Bilbao - ¿San Mamés, Anoeta, Ipurua o Mendizorroza libres de humo? Sí, concretamente lo que tarde en ser publicada, previsiblemente unas semanas, en el Boletín Oficial del País Vasco la Ley de Adicciones aprobada ayer en el Parlamento que no permite fumar y vender bebidas alcohólicas en espacios como estadios de fútbol, frontones y otros recintos deportivos, así como en plazas de toros.

Y es que el fútbol apura las últimas caladas, ya que la nueva norma proscribe el tabaco en todos los espacios cerrados y semicerrados de uso público, con independencia de su titularidad pública o privada, como es el caso de los estadios. En España, solo el Barcelona había impuesto el veto al tabaco en el Camp Nou a raíz de una iniciativa del club.

El texto explica que se entiende por espacios semicerrados todas las zonas ubicadas fuera de un local cerrado que estén cubiertas por techumbre o paredes en más de la mitad de su superficie. La ley indica explícitamente que no se podrá fumar en las instalaciones deportivas, incluidas en las zonas colindantes “cerradas, semicerradas y al aire libre”, aunque en estas últimas podrán “habilitarse lugares anexos a los espacios de hostelería, que deberán estar claramente acotados y señalizados”.

Todos los grupos parlamentarios respaldaron la ley, excepto UPyD que se abstuvo, un apoyo que el consejero de Salud, Jon Darpón, agradeció ya que, según explicó, la nueva norma busca seguir protegiendo la salud, especialmente de los menores, y responder de manera “efectiva a una cuestión tan compleja y cambiante”.

Estas restricciones entrarán en vigor una vez aparezcan publicadas en el Boletín Oficial del País Vasco, en un plazo sin delimitar porque ahora la Cámara debe tramitar su publicación con la secretaría de relaciones con el Parlamento, aunque podrían ser aplicadas antes del verano.

¿Qué pasa en los txokos? Las cortapisas al humo en espacios cerrados tienen una salvedad, que abre la puerta a la posibilidad de fumar en las sociedades gastronómicas. Y es que se indica que, en el caso de los espacios de titularidad privada de uso público, el consumo de tabaco “podrá permitirse expresamente mediante acuerdo mayoritario de las personas socias”. Es decir, los miembros podrán decidir que se fume en sus locales si esta es la opción mayoritaria, siempre y cuando no haya menores. No obstante, esta salvedad solo es aplicable a entidades sin ánimo de lucro.

Para el debate de ayer se habían dejado algunas enmiendas de los grupos parlamentarios, la mayoría de las cuales fueron rechazadas y las aprobadas no supusieron cambios de importancia. Luis Javier Tellería (PNV) destacó que la ley supone un “avance” y Eva Blanco (EH Bildu) aplaudió que la prohibición de fumar o beber en los recintos deportivos “se aplique a todas las personas por igual, independientemente de si se sientan en una grada o en un palco VIP, algo que no ocurría hasta ahora”.

Se podrá potear en la calle Euskadi también echará el freno al alcohol pero la normativa no prohibirá de forma genérica el consumo en la vía pública como proponía inicialmente el Gobierno vasco en el proyecto original de Ley de Adicciones, al retirarse durante los trabajos de la ponencia dicho artículo, con la oposición del PNV. De esta forma, se podrá continuar con el ritual de potear en las calles y correrá a cargo de los ayuntamientos la regulación del consumo de alcohol en la vía pública como, por ejemplo, el botellón. En este sentido, durante el debate, Txaro Sarasua (PSE) valoró que esta regulación continúe en manos de los consistorios.

La ley prohíbe el suministro de alcohol a menores de 18 años, que también quedan protegidos al blindarse centros de enseñanza y aquellos locales o centros que ofrecen servicios para adolescentes y jóvenes. Asimismo, el texto es beligerante con la comercialización de bebidas de más de veinte grados en los centros de enseñanza a alumnos mayores de 18 años (como las universidades), en las dependencias de las administraciones públicas, en las estaciones de servicio de autovías y autopistas y en espacios recreativos, y de entretenimiento.

Gorka Maneiro (UPyD) aseguró que comparte el espíritu de la norma pero calificó, por ejemplo, de “hipócrita” diferenciar entre bebidas de mas o menos de veinte grados.