Santiago de Compostela - La Guardia Civil descarta, a partir del visionado y análisis de las imágenes que captaron las cámaras de seguridad ubicadas en distintos establecimientos, en concreto una en la gasolinera de la rotonda de la Galuresa, que Rosario Porto hiciese el trayecto en el que asegura que trasladó de vuelta a su hija Asunta desde la casa de Montouto, en Teo (A Coruña), a Santiago. En la segunda jornada de comparecencias de testigos, el agente mostró diferentes capturas de imágenes grabadas por cámaras situadas en locales del ensanche compostelano y también de los alrededores de la casa de Teo, en la que los investigadores fijan el crimen de la menor, del que acusan a Rosario Porto y Alfonso Basterra.
Previamente, un guardia explicó la reconstrucción que en su día realizó Porto, acompañada de los agentes, de los recorridos que asegura que hizo aquel día, 21 de septiembre de 2013, cuando afirma que la niña le acompañó a Montouto por la tarde pero una vez llegadas ambas al lugar le pidió volver al piso de Doutor Teixeiro para hacer los deberes. Del estudio de la Guardia Civil, el fiscal de la causa, Jorge Fernández de Aránguiz, ha constatado que solo quedó constancia del primer y el último trayecto, de ida de la capital gallega al municipio vecino de Teo y de regreso, ya pasadas las 21,00 horas. “Ella a la vuelta dice que regresa por Galuresa. Tiene que pasar por Galuresa sí o sí, y en ese tiempo no pasa”, señaló, a preguntas del abogado de Porto, José Luis Gutiérrez Aranguren. “Tendría que pasar para dejar a la niña”, ha aseverado el guardia civil. “No hay ningún vehículo que pueda ocultar el Mercedes”, reiteró este agente ante la insistencia de las cuestiones del letrado.
horarios Por su parte, la defensa de Basterra, Belén Hospido, trató de desmontar la compatibilidad de que la menor estuviese con su padre a la hora a la que una compañera asegura que la vio con su padre. Hospido quiso evidenciar que no hay forma de que su cliente, el padre de la niña, pudiese “eludir” las cámaras de la calle, a lo que el agente le espetó que, en su opinión, esto sí sería posible.
Por otra parte, la hipótesis de la Guardia Civil es que los mensajes enviados los días 20 y 21 de septiembre de 2013 a través de la aplicación móvil WhatsApp por los teléfonos de Rosario Porto y Alfonso Basterra fueron borrados, pero no fue posible recuperarlos. Así lo reveló el agente que se encargó, durante “meses”, del estudio del material volcado de los teléfonos y ordenadores de los padres de Asunta. En el juicio que trata de esclarecer el crimen, este guardia civil también dio a conocer que fueron eliminados los listados de las llamadas salientes y entrantes del móvil de Porto hasta las 23.00 horas de día de la muerte de la menor. Por el contrario, sí permitió recuperar mensajes borrados del teléfono de la menor. De acuerdo con este funcionario, el estudio del teléfono de Rosario Porto dio a conocer una búsqueda realizada en Google el día de la muerte de Asunta.
‘Selfies’ en el tanatorio Justo después, Aránguiz hizo referencia a los selfies que Porto y Basterra se hicieron en el tanatorio de la niña, y que no están incluidos en el sumario de la causa. “La finalidad es que los jurados se formen su propia opinión respecto de esta manera de actuar”, explicó el fiscal. La abogada de Basterra, Belén Hospido, pidió que no se mostrasen las imágenes y el fiscal insistió, a las cuestiones del presidente del tribunal, Jorge Cid, en que lo que pretendía es que lo viesen los miembros del jurado “para que se formen su idea ellos”. Finalmente, estas fotografías no fueron exhibidas en la sala.
En su exposición, el guardia civil que examinó los dispositivos móviles relató cómo en un primer registro del piso del acusado no se buscaba el portátil de Basterra, pero a él, personalmente, le extrañó no ver ninguno en el piso de este. Cuando más tarde sí se dio con él, llamó la atención sobre el hecho de que apareció en un lugar de la vivienda que no había mirado pero justo al lado de una “bolsa de viaje” con ropa que el padre de Asunta había llevado a la prisión. Del estudio del ordenador de Basterra, informó de que no se pude saber si se había “cambiado el disco duro”. En cuanto al contenido, habló de “un montón de contenido eliminado”, de “todo tipo” de carácter, y los cifró en más de 540.000 archivos.
Acerca de si, efectivamente, alguien con amplios conocimientos informáticos suprimió contenido sin dejar rastro, este guardia también respondió al abogado de Porto, José Luis Gutiérrez Aranguren, que no puede afirmar esto. Por su parte, Hospido hizo alusión a la conclusión de un informe relativa a que el portátil no había sido operado desde el 20 de septiembre. - Europa Press