El lento descenso del nivel de la inundación provocada por la crecida del río Ebro en Nafarroa impidió iniciar ayer las labores de achique en los cascos urbanos de las localidades de Tudela y en Buñuel, que continúan con calles inundadas, según informó el Gobierno foral. Además, el desbordamiento del Ebro mantenía cerradas todavía carreteras en la Ribera, mientras en la mitad norte de la Comunidad Foral hay cortes por desprendimientos o hundimientos de calzadas.
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