Bilbao - Más de 12.600 ciudadanos vascos han ejercido en los últimos diez años su derecho a determinar qué cuidados médicos y qué tipo de atención sanitaria desean recibir cuando su estado físico les impida tomar decisiones, autorizar tratamientos e intervenciones o poner límites a las actuaciones terapéuticas. Esos miles de vascos han suscrito un Documento de Voluntades Anticipadas, más conocido como testamento vital, y han dejado por escrito su voluntad y disposiciones para la enfermedad y la muerte.

“Para los supersticiosos debo decir que nadie se muere por hacer este documento”, apunta José Luis Vidal, máximo responsable del Registro de Voluntades Anticipadas de Euskadi, para quien hacer testamento vital “tiene mucho de acto de amor”. “El Documento de Voluntades Anticipadas lo hacen fundamentalmente personas que han estado en contacto directo con el sufrimiento y quieren evitárselo a otros. Es un acto de amor hacia los demás y hacia uno mismo porque, entre otras cosas, busca impedir una prolongación artificial de la vida si llega un momento en que eso no tiene sentido”, explica el doctor Vidal. Las principales ventajas del testamento vital consisten en que uno mismo participa en la toma de decisiones que nos pueden afectar cuando tengamos limitación de la capacidad, se evita que otras personas -familiares, personal médico, etc.- tengan que tomar decisiones, y facilita la tarea de los responsables de la asistencia sanitaria. José Luis Vidal destaca que contar con este documento “evita sufrimiento físico y afectivo y permite adecuar, en la medida de lo posible, la asistencia médica a las preferencias de cada persona”.

Desde 2004 El testamento vital en Euskadi se regula por la ley 7/2002 de 12 de diciembre, mientras que el decreto 270/2003 de 4 de noviembre crea y regula el Registro vasco de Voluntades Anticipadas. Ambas normas sirven para hacer efectivo el derecho de los ciudadanos a la expresión anticipada de su voluntad respecto a las decisiones clínicas que les afectan. Desde que en abril de 2004 se pusiera en funcionamiento el Registro el número de personas que suscriben el Documento de Voluntades Anticipadas (DVA) ha registrado una notable progresión y desde 2011 -año en el que se alcanzó la máxima cifra de documentos registrados- supera los 1.500 testamentos vitales anuales. En lo que llevamos de 2014 y según las cifras a 21 de agosto facilitadas por José Luis Vidal, ya se han presentado 1.355 documentos, lo que hace prever que se superarán los 1.502 testamentos registrados en todo 2013. Desde abril de 2004 y hasta el pasado jueves, 12.623 vascos habían suscrito el DVA, de los que 8.528 son mujeres y 4.095 hombres. Algo más del 67% de los ciudadanos vascos que han expresado en un documento sus voluntades anticipadas son mujeres y eso “posiblemente sea debido al rol tradicional de cuidadoras que han desempeñado”, apunta el responsable del Registro. Por tramos de edad, un 46,9% de quienes hacen testamento vital son mayores de 65 años, un 41,8% de los documentos los otorgan personas de entre 45 y 65 años y el 11,3% restante corresponde a ciudadanos de entre 18 y 45 años.

Preguntado por los factores que apoyan la difusión y conocimiento del DVA y el creciente número de otorgamientos, José Luis Vidal señala que hay “un incremento natural debido a que quienes lo han hecho se lo cuentan a otros y a que cada vez la gente es más consciente de que puede planificar los cuidados médicos que puede necesitar”. “Igual que planifico a quién dejo mis bienes, puedo estipular dónde y cómo quiero ser tratado en determinadas circunstancias”, añade el responsable del Registro. Los servicios sanitarios, asociaciones de pacientes de determinadas enfermedades, experiencias directas... animan a que cada día haya más vascos con testamento vital, pero también hay “episodios mediáticos” que impulsan puntualmente la demanda de información y asesoramiento. “Tras la proyección de algunas películas que sintonizan con situaciones terminales, que crean debate social, notamos inmediatamente que sube la demanda”, indica el doctor Vidal antes de citar los casos de Mar adentro, Million dollar baby o Hable con ella.

Sobre las disposiciones más habituales en el documento, el responsable del Registro enumera la designación de representante, el alivio de cualquier sufrimiento, la limitación del esfuerzo terapéutico, los cuidados paliativos y la donación.