Bilbao - La primera opción terapéutica suele ser extirpar el tumor mediante cirugía, siempre que sea posible. Después comienzan los tratamientos para lograr su extinción. Pero también existe la esperanza de que el tumor haya desaparecido casi totalmente cuando se entra a quirófano. Esa es la potencialidad del fármaco en experimentación.

¿Por qué el IMQ se ha decidido ahora a participar en el campo de la investigación clínica?

-Llevamos abiertos en Zorrotzaurre un año y pico y el equipo oncológico ha creído que era hora de dar el paso. Yo tenía una cierta trayectoria en ensayos clínicos y tenía interés en que los pacientes de IMQ también tuvieran accesos a fármacos nuevos. Es la manera de ofrecer a nuestros pacientes un poco antes las cosas que funcionarán más tarde.

Es un fármaco experimental antes de la intervención quirúrgica.

-Sí, es un tratamiento que se viene haciendo desde hace años porque ensayando cuando la enfermedad está en marcha sabes mejor cómo funcionan los medicamentos. Una manera de hacer las cosas es te opero primero y luego te doy quimioterapia, pero no sabes si es efectivamente es lo mejor. Los estudios en esa fase, cuando la quimio se da después de la intervención, se hacen en base a grupos grandes que demuestran que ese grupo de medicamentos va bien a ese grupo concreto. Sin embargo, una manera más personalizada de demostrar que la quimio funciona es darla antes y ver si el tumor se reduce o desaparece.

¿Se podría hablar de una especie de quimioprevención?

-No, es tratamiento con quimioterapia pero antes de la intervención.

¿Y cuál es su principal aportación?

-La principal aportación de este fármaco que experimentamos es que, combinado con la quimioterapia que ya tenemos, creemos que aumentará la cantidad de veces que el tumor haya desaparecido complemente antes de la intervención.

¿Es una estrategia nueva?

-No, ya se estaba haciendo antes. Porque esta pastilla no es la única parte del tratamiento, sino que combinada con lo que ya existía, puede contribuir a aumentar el porcentaje de veces que la enfermedad desaparece completamente. Así cuando ya se opera a la paciente nos encontramos que ya no queda nada de tumor. Y cuando se erradica completamente, la paciente tiene un pronóstico mucho mejor.

¿Que tipo de pacientes son candidatas a este medicamento?

-Aquellas con un cáncer de mama que tenga un cierto tamaño antes de la intervención y aquellas que tengan solamente afectados la mama y los ganglios de la axila. El fármaco actúa sobre una diana que se llama Er2. Por eso, tienen que ser pacientes cuyo tumor exprese esa diana y que no sean metastásicas. A esas pacientes les aplicamos ese tratamiento y después de la intervención hacemos un estudio comparativo y sabemos si las que llamamos oficialmente respuestas completas patológicas son menores en el grupo experimental o son mayores.

En España se diagnostican cada año más de 20.000 nuevos casos de cáncer de mama. ¿Cuántos corresponden a Euskadi?

-Según el último registro de tumores de Euskadi, que corresponde a 2008 y 2009, en el primer año hay 1.314 nuevos casos diagnosticados y el segundo 1.320.

Y de estos, ¿qué porcentaje podría tomar este tratamiento?

-Las que expresan esa diana molecular son un 25% de las afectadas.

Al tratarse de una enfermedad con tanta incidencia, la investigación está en continuo movimiento ¿no?

-Sí, hay muchos trabajos con nuevos fármacos. La investigación está avanzando mucho y estas medicinas nuevas funcionan. Lo que ocurre es que desde que se descubre en el laboratorio hasta que se puede investigar en personas y hasta que se comercializa pasan muchos años.