barcelona - La muerte de la escritora y periodista Ana María Moix deja aún más huérfana a la gauche divine barcelonesa, de la que fue musa.
Pegada siempre a un cigarrillo, Ana María, la hermana menuda de otro ilustre, Terenci Moix, La Nena, como aún la llamaban muchos de sus amigos, se inició en los años 70 en el periodismo y en la poesía.
Como poeta, el también recientemente fallecido Josep Maria Castellet la incluyó como única mujer en aquella antología poética de los Nueve novísimos, junto a nombres como Manuel Vázquez Montalbán, Félix de Azúa, Pere Gimferrer, Vicente Molina Foix o Leopoldo María Panero.
Aquella poesía iniciática se plasmó entre 1969 y 1973 en poemarios como Baladas del dulce Jim, Call me stone y No time for flowers, que más tarde fueron reunidos en el volumen A imagen y semejanza.
Siempre más pendiente de los demás que de sí misma, Ana María Moix publicó en TeleXprés en los 70 sus conversaciones con los grandes del boom latinoamericano, Gabriel García Márquez, Mario Vargas Llosa, Julio Cortázar o José Donoso.
Una de sus últimas apariciones públicas, cuando el cáncer ya había esculpido su apariencia, tuvo lugar en octubre del pasado año en el Palau de la Música con motivo de la entrega de los IX Premios Internacionales Terenci Moix. - Efe