bilbao
EL estómago es la oficina donde se tramita el papeleo de la buena salud, es cierto. Pero también el despacho donde se reciben buenas noticias (qué se yo: el anuncio de una herencia inesperada, la concesión de un préstamo, el fin de esa historia interminable que es una hipoteca...) que nos alegran el día. A ello se dedica la gastronomía, el arte de ver las estrellas sobre un plato. A él debieran dedicarse los Premios Euskadi de Gastronomía que, año tras año, concede el Gobierno vasco a propuesta de la Academia Vasca de Gastronomía que preside, con buen gusto, Mar Churruca.
Ayer, la sala Arriaga del Bizkaia Aretoa se convirtió en la sala de lectura del veredicto: una sentencia siempre favorable al paladar de los más exigentes comensales. Así, se supo que Jabier Gartzia, mano de santo en el Boroa Jatetxea de Amorebieta-Etxano, fue el mejor restaurador del pasado año; que Urko Mugartegi es el mejor director de sala del país, allá en el restaurante Nerua de Bilbao; que Josema Azpeitia hace una gran labor periodítica desde su web Ondojan, y que Mugaritz. La cocina como ciencia natural, firmado por el laureado chef Andoni Luis Aduriz, fue la mejor publicación gastronómica de 2012. En su nombre recogieron el laurel Daniel Lasa y Oswaldo Oliva.
Al tiempo, y en presencia de la consejera Cristina Uriarte, se hizo entrega de los premios propios de la Academia. Alfonso Zamora, Juan Carlos Muro y el Consejo Regulador Denominación de Origen La Rioja, representado por Víctor Pascual, fueron los galardonados.
Testigos de cuanto les cuento fueron Itziar Epalza, Josean Martínez Alija, José María Aizega, director del Basque Culinary Center; Ana Laguna, presidenta de la Academia Navarra de Gastronomía; Juan Pedro del Romero, de Inversis Bilbao; Mariano Gómez, Jon Andoni Zarate, Bibiñe Belaustegigoitia, Alexandra Wiche, Teresa Muguerza, Catalina Olabarri, Josu Lapatza, Cristina Goñi, Luis Irizar, Beatriz Mesa, Luis Mokoroa, Asun Ibarrondo, Ane y Leire Gartzia, Iker Callejo, Igor Ozamiz y una legión de gastrónomos que paladearon las mieles del éxito.