roma. El productor de cine para adultos Riccardo Schicchi, descubridor de estrellas del cine porno como Ilona Staller, más conocida como Cicciolina; Moana Pozzi o el actor Rocco Siffredi, murió, a los 60 años, a causa de una complicación sufrida como consecuencia de la grave diabetes que sufría.
Los medios de comunicación italianos informaron el pasado lunes de que su exmujer, la también exactriz de cine húngara Eva Engher, confirmó la muerte de Schicchi en un hospital romano.
Schicchi, que nació en Sicilia en 1952, comenzó su carrera como fotógrafo viajando a varias partes del mundo, incluso a zonas de guerra, pero su encuentro con la actriz porno húngara Ilona Staller, a quien después se conoció con el nombre artístico de Cicciolina, le hizo cambiar la carrera para dedicarse al mundo del cine. Sin embargo, los primeros pasos de ambos como colaboradores los dieron en la radio, donde mantenían debates calientes, con el sexo como principal referencia, y en el que daban la oportunidad a los oyentes de participar, ya fuera planteando cuestiones o contando sus propias experiencias.
Con la artista húngara fundó en 1983 la agencia Diva Futura, dedicada a lanzar a la fama a modelos y actrices en el mundo del erotismo como Moana Pozzi o Jessica Rizzo.
'cicciolina', diputada El productor también fue quien respaldó la entrada de Cicciolina en el Parlamento italiano en 1987 como diputada en las filas del Partido Radical, para después decidir dar un paso más y continuar con la aventura política creando el llamado Partido del Amor, con cuatro actrices porno como candidatas, pero que no consiguió ningún escaño en las siguientes elecciones.
"Ha sido como un padre para mí. A Riccardo le debo todo. Para Italia y el mundo de la pornografía es un grave luto", dijo Rocco Siffredi tras conocer la muerte de la persona que le lanzó a la fama y el estrellato cuando tan solo tenía 20 años.
En el lado oscuro de la vida de este empresario del cine para adultos no se puede ocultar que fue condenado en primera instancia, durante el año 2006, a seis años de reclusión por asociación criminal y instigación a la prostitución. Dos años más tarde fue arrestado y liberado poco después tras ser condenado a una multa de 800 euros por los mismos delitos.
Además, cuando tenía 14 años fue expulsado del centro de estudios donde estaba matriculado por espiar en los baños de las chicas.