Bilbao. Ona Electroerosión, la empresa de Durango a la que la Agencia Tributaria acusa de violar el embargo internacional a Irán, desmintió ayer estar involucrada en ninguna "trama de contrabando" y aseguró que es "absolutamente ajena al programa nuclear" de este país islámico.

La empresa vizcaina se vio sorprendida el lunes por una nota de la Agencia Tributaria en la que, sin citar su nombre, se afirmaba que había vendido maquinaria "que habría tenido por destino el programa de proliferación nuclear de la república iraní". La agencia dependiente del Ministerio de Hacienda también afirmaba que para saltarse el embargo decretado por la ONU, la compañía de Durango "se sirvió de una empresa intermediaria que la sociedad iraní compradora había creado en Turquía con fines meramente instrumentales".

Ante estas acusaciones, Ona Electroerosión niega rotundamente estar involucrada en ninguna trama de contrabando con Irán y reitera que siempre "ha cumplido escrupulosamente con los acuerdos internacionales" a la hora de exportar su productos. En este sentido, los responsables de Ona Electroerosión, firma que exporta el 80% de su producción de máquina-herramienta, explicó ayer que "en 2009 solicitó dos permisos para dos empresas iraníes clientes y esperó meses a la contestación de la Administración. Uno fue concedido y, por tanto, la máquina se exportó a Irán con autorización. El otro permiso no se concedió y, por tanto, no se realizó esa operación".

otro cliente La empresa especificó que al no obtenerse los permisos pertinentes y cancelarse la operación de venta al cliente iraní, las máquinas se vendieron posteriormente a otro cliente. Se trataría de la firma turca que según la Agencia Tributaria habría sido creada expresamente para eludir los controles aduaneros" y que actuó como intermediaria. Sobre este punto, Ona Electroerosión afirmó que "las citadas máquinas fueron suministradas a otro cliente no iraní que realizó un pedido estándar de similares características, cumpliendo la normativa nacional y comunitaria de aplicación". Esto fue posible, según la empresa vasca, porque "las máquinas denegadas no correspondían a ningún modelo a medida. Se trataba de máquinas estándar, sin ningún tipo de equipamiento especial, las más sencillas de entre las ofertadas en nuestro catálogo y que son vendidas en todos los mercados". Fuentes de la empresa puntualizaron que estas máquinas se comercializan desde el año 2005 y han sido exportadas a numerosos países. Las siete máquinas en cuestión eran para la fabricación de hélices de turbinas de plantas de generación de energía y las autoridades españolas las consideran "susceptibles de utilización en el programa nuclear iraní".

La noticia sobre la supuesta implicación de una empresa de Durango, que rápidamente fue identificada como Ona Electroerosión, en una trama de contrabando a Irán tuvo repercusión internacional y tanto la agencia Reuters, como el Wall Street Journal y la cadena Euronews la recogieron con amplitud.