Berlín/Londres. Fue el ángel de la guarda de Rubens Barrichello y Michael Schumacher, pero no pudo ser el de Ayrton Senna: el británico Sid Watkins, médico de la Fórmula 1 durante 26 años, falleció el miércoles a los 84 años. El neurocirujano era considerado el pionero de numerosas medidas de seguridad en la Fórmula 1 moderna y salvó la vida a varios pilotos.

De 1978 a 2004 fue médico jefe de la Fórmula 1 y en su calidad de médico de urgencia en el circuito prestó ayuda en gran número de graves accidentes. "Descansa en paz", expresó vía Twitter el brasileño Rubens Barrichello, a quien Watkins salvó la vida en Imola en 1994. Otros muchos grandes pilotos de la Fórmula 1 rindieron también homenaje al médico. "Una gran pérdida no solo para la Fórmula 1", dijo el heptacampeón mundial, el alemán Michael Schumacher. "Fue el hombre que hizo posiblemente más que nadie para hacer la Fórmula 1 tan segura como lo es hoy en día", destacó.

El jefe de McLaren, Ron Dennis, opinó que muchos pilotos y expilotos deben su vida a su incansable trabajo. Watkins fue quien trató a Schumacher cuando en 1999, en Silverstone, se fracturó una pierna. Pero vio morir en la pista a su amigo íntimo, el mítico piloto brasileño Ayrton Senna.

Imola, mayo de 1994: en los entrenamientos, Barrichello sufre un grave accidente, pero salva la vida gracias, entre otros, a Watkins. Al día siguiente, el austriaco Roland Ratzenberger muere al estrellarse su bólido contra un muro. En el lugar del accidente, Senna llora con la cabeza apoyada en el hombro de Watkins.

memorias El médico escribió en sus memorias que había intentado convencer al brasileño, tricampeón del mundo, de que se retirase. "¿Qué quieres demostrar aún?", le dijo a Senna. "Deja de correr y vayamos a pescar", le pidió. Pero Senna respondió: "Hay ciertas cosas sobre las que no tenemos control. No puedo retirarme. Tengo que continuar". Justo 24 horas después, el brasileño murió en un accidente en la misma pista de San Marino.

Experiencias como esa impulsaron al neurocirujano de Liverpool a lanzar nuevas iniciativa para buscar mayor seguridad. "Sid fue sin dudas el solucionador de problemas más carismático y extraordinario que conocí jamás", dijo su sucesor, Gary Hartstein.

"Gracias por todo lo que hiciste por nosotros los pilotos", escribió en Twitter Barrichello. "Sid conjugaba competencia con corazón, y estaba siempre con los pilotos cuando lo necesitábamos", destacó Schumacher.

Watkins, hijo de un minero, fue convencido en 1978 por el jefe de la Fórmula 1, Bernie Ecclestone, para asumir el cargo de médico de carrera. "Sin él no habría pasado nada. Fue siempre muy duro para conseguir su objetivo", dijo Watkins en una ocasión sobre Ecclestone.

La muerte fue una invitada constante en la Fórmula 1 décadas atrás. Watkins salvó la vida al piloto de Ferrari Didier Pironi en 1972 en el circuito alemán de Hockenheim en circunstancias dramáticas. En 1985, en Adelaida, practicó una traqueotomía en el último momento al finlandés Mikka Hakkinen, luego doble campeón mundial. Los esfuerzos de Watkins por una mayor seguridad dieron su fruto.

Desde Senna, ningún piloto de Fórmula 1 ha perdido la vida en un accidente. "Sin ti, el deporte del motor no sería lo que es hoy", opinó el británico Jenson Button, campeón del mundo en 2009, en su mensaje de despedida a Watkins.