BILBAO. "Uy, menos mal, yo creía que tenía... porque había mirado en internet y...". Cada vez más pacientes resoplan aliviados cuando el médico les dice que no sufren esa terrible enfermedad que encontraron en Google. "Lo grave es que no lo cuenten, porque se pueden llegar a automedicar", advierte el psiquiatra José Ramón Eizmendi.

Una persona contrasta su radiografía con las de internet, deduce que tiene un tumor y acude a Urgencias. ¿Es un 'cibercondriaco' o esto le puede pasar a cualquiera?

En un momento determinado le puede pasar a cualquiera. Te dan la radiografía, como tienes el médico la semana que viene, mientras tanto, miras internet. El problema es que, como no sabes, interpretas cosas donde no las hay. Donde hay una mancha que es normal ves un tumor y te angustias hasta que vas al médico y te dice que no es nada.

A un hipocondriaco, en cambio, no le tranquiliza ni el médico.

Ni el médico ni nada, porque su patología es esa, un miedo permanente a tener una enfermedad grave. El médico le tranquiliza un día, pero al día siguiente vuelve a sentir los síntomas y se va a otro médico o a la urgencia hospitalaria.

¿Cómo se trata la hipocondría?

El tratamiento es muy difícil porque la persona cree que está enferma. Tengo un tumor. Y si el médico le dice que no... ¿Cómo que no tengo un tumor? Este médico no tiene ni idea. Voy a otro. El tratamiento sería establecer una buena relación con el paciente para que, en vez de una vez cada dos días, vaya a la consulta una vez a la semana y luego una vez al mes. Y si puede ser, derivarle a los servicios de salud mental, donde se iniciaría un tratamiento con medicación y abordaje psicológico o psicoterapéutico.

En los servicios de Urgencias les suelen detectar con cierta rapidez.

Igual es porque han ido ya veinticinco veces con los mismos síntomas. De todas formas, siempre hay que descartar una patología. Es como el cuento de que viene el lobo. Un día puede venir y hay que mirar, no sea que tenga un infarto.

Muchos se autodiagnostican.

Como han leído tanto a través de internet, ya no preguntan: Doctor, ¿qué me pasa? Te dicen lo que tienen con pelos y señales e incluso el tratamiento. Esto ya te pone en alerta, el lenguaje del paciente, que ves que se lo ha estudiado.

Hay médicos que, incluso, se sienten retados por el paciente.

Sí y también es, en parte, un problema nuestro. Cada vez es más frecuente que los pacientes, en general, se informen en internet y eso, en lugar de verlo como una colaboración, lo vemos como una intromisión en nuestro saber y no nos gusta. Pensamos: Este de qué va, cómo me puede decir a mí lo que tiene y dónde tiene que tratarse.

A veces uno no se atreve a decir que ha consultado sus síntomas en internet para que el médico no le ponga mala cara.

Está también la forma en que lo digas. Puedes decirlo de una manera más o menos educada. Tenemos que aprender a entender que el paciente cada vez busca más información fuera de la consulta.

Tecleas en Google 'dolor de cabeza' y puede ser desde una jaqueca a un cáncer y si pones 'bultito', apaga y vámonos. ¿Con internet han aumentado los hipocondriacos?

Con internet está aumentando el número de hipocondriacos. Personas predispuestas encuentran ahí una fuente de información bestial y cien mil enfermedades. Hace cincuenta años solo había libros y ahora con un clic del ratón... Internet está haciendo que gente que igual era un poco aprensiva o normal desarrolle una hipocondría.

Además, de todas las opciones posibles, escogen la más grave.

Lo más frecuente es lo más frecuente, pero nuestra tendencia es a ponernos en lo peor. En cuanto le dices que no es un tumor, que le duele la cabeza por la tensión, los cafés o cualquier cosa banal, que es lo más habitual, si es una persona normal, se tranquiliza.

A veces la muerte de un familiar por cáncer les hace obsesionarse con esa enfermedad.

Muchas veces es algo entre genético, biológico y luego, en la infancia, imagínate que tus padres estaban todo el día hablando de enfermedades o que hubo una muerte por un tumor. Eso te predispone a "me tengo que cuidar, no sea que me vaya a pasar como a mi hermana, que se murió cuando yo era pequeñito".

Y una vez predispuesto, internet te pega el empujoncito que te falta.

Eso que tienes ahí larvado, ante un síntoma, como un bultito, y con la facilidad que tienes para entrar en Google y empezar a mirar cosas de bultos, hace que a la tercera o cuarta página tengas el melanoma.

¿Qué webs son de fiar?

Las páginas oficiales, de la OMS, de un hospital o una universidad... Si te quieren vender un medicamento o que vayas a algún centro, fuera.

¿El hecho de que una presentadora haya hecho público que tiene cáncer y haya salido con pelo corto en la tele también les influye?

Eso tiene cosas buenas porque normaliza un poquito la enfermedad, pero al paciente que tiene de por sí una base hipocondriaca eso no le va a ayudar porque le va a reafirmar. Yo creo que tengo un cáncer, mira qué me puede pasar, como a Terelu, seguro que ella no se lo miró, en cambio yo me lo tengo que mirar para que no me pase lo que a ella.

Al final encuentran motivos de preocupación por todas partes.

Siempre van a encontrar la excusa para reafirmar sus miedos.

¿Se les debería prohibir hablar de salud por prescripción médica?

Lo ideal es que no hablen de enfermedades, que la familia les desvíe la atención, que hagan deporte, que se relajen, que mantengan una vida activa social y familiar, porque si le damos vueltas a las cosas...

Y cuando consulten información sanitaria en internet, que lo hagan con prudencia, ¿no?

Internet es una herramienta que te puede ayudar y dar información, pero si estamos hablando de salud, el que sabe es el que sabe. Si se tiene cualquier duda, hay que acudir al médico y dejarse asesorar.

Porque todos los años que estudian no van a ser en balde.

Entonces, Medicina no serían seis años y cuatro de MIR. Sería un curso de tres meses, Cómo teclear con el ordenador en Google o Cómo hacer una búsqueda sencillita. No, vete al médico, ya verás cómo no es nada, y si es algo, el médico te va a poner el mejor tratamiento posible.