Bilbao. En el calendario en curso se cumplen quince años de la muerte de un recordado afiliado del PNV como fue Hilario Zubizarreta. Así lo significó ayer el senador por este partido en Madrid, Iñaki Anasagasti, quien le dedicó el grado de "histórico" y quiso que vida y obra no cayera en el olvido del paso de los años. Con el mismo objetivo, la sección Gogoan - En el recuerdo resume hoy su reconocida trayectoria.

Hilario Zubizarreta Lazkano era natural de Zumaia (Gipuzkoa). Nació el 14 de enero de 1917. Fue ajustador de profesión; ahora bien, las páginas de la historia le ubican además como sargento del batallón Gernika. Un artículo de Mikel Rodríguez titulado en La guerra aérea de los Aldekoa en Euskonews, ilustra que existieron dos intentos de las autoridades vascas exiliadas para constituir una unidad propia en el Ejército francés. "Una primera iniciativa en 1942 resultó un fiasco, pues solo se apuntaron 80 voluntarios, en su gran mayoría, iberoamericanos. Finalmente, el 28 de diciembre de 1944, se organizó el Bataillon de Volontaires Basques-Espagnols, más conocido como Batallón Gernika. Cuando entró en combate, a las 15.35 horas del 14 de abril de 1945, disponía de 180 hombres en plantilla. Lucharon valientemente hasta ocupar su objetivo, las formidables fortificaciones de la Pointe de Grave, sufriendo cinco muertos y una veintena de heridos", recogió Rodríguez.

Zubizarreta falleció el 1 de abril de 1997, en el herrialde de Lapurdi, concretamente en Bidarte. En Iparralde vivió desde que tuvo que exiliarse. Así, desde su juventud, como recuerda Anasagasti, trabajó en Las Landas, en la tala de pinos, "una de las pocas actividades laborales a las que podían acceder los refugiados".

Tras ser voluntario en el Batallón Gernika, llegó a sargento junto con el comandante Ordoki. Ellos, con sus amigos Igiñitz, Intxausti, Prieto y Martínez, participaron en la batalla de La Pointede Grave contra los alemanes. "Fue una sangrienta batalla en la que perdieron sus vidas varios gudaris y otros resultaron mutilados, con el fin de recuperar una de las bolsas que mantenían los alemanes al final de la guerra en la costa del Atlántico", enfatiza el senador jeltzale, quien agrega que después de esta contienda que tuvo lugar en las proximidades de Burdeos, Zubizarreta fue seleccionado junto a otros gudaris por el Gobierno de Aguirre para recibir un curso de instrucción especial en las afueras de París. Concluida la formación, junto a otros compañeros del Euzko Gudarostea, participó en acciones llevadas a cabo en diferentes enclaves de la frontera con Nafarroa.

grupos especiales La bonita villa de Ainhoa (Lapurdi) acogió la sede del grupo en el que prestaba sus servicios Hilario durante aquel tiempo. A finales de los años 40, una vez disueltos estos grupos especiales, el zumaiarra se instaló en Donibane Lohizune. Encontró empleo en una empresa de manufactura de armas sita en Baiona. Allí trabajó hasta su jubilación. "Durante todos estos años estuvo siempre a la disposición de las autoridades de EAJ/PNV, habiendo realizado diferentes trabajos de carácter reservado y confidencial", ensalza Anasagasti.

En el Aberri Eguna del año 1974, acompañado de Primi Abad y de Deunoro Totorika, fue de uno de los tres exgudaris que "arroparon al lehendakari Leizaola en su viaje clandestino a Gernika. Desde Baiona a Bilbao y Gernika, y después en su regreso a Donibane Lohizune". En una de las fotos de aquel viaje, se puede ver a Hilario Zubizarreta, en la Casa de Juntas, detrás del lehendakari. En otra foto, en un homenaje a Lizardi también coincidieron Zubizarreta, el denominado lehendakari zarra -presidente vasco en el exilio- e Iñaki Anasagasti.

Durante aquellos años, Hilario permaneció afiliado a la Junta de Lapurdi, siendo vocal de la misma a finales de los años 70, después de la dictadura franquista. Con posterioridad, participó en diferentes Asambleas Nacionales del Partido, como representante del mismo herrialde. Cuando falleció estaba afiliado en la Organización Regional de Iparralde.

El guipuzcoano asistió a los diferentes actos que se celebraron con motivo del cincuentenario del Batallón Gernika, en La Pointe de Graves como en Baiona. Él fue uno de los pocos supervivientes de aquella época. "Uno de los últimos actos en que estuvo presente, fue en la misa de aniversario de la muerte de Montxo. Y el último fue su presencia en Donibane, en la misa aniversario del lehendakari Aguirre, a la que no faltaba nunca". Anasagasti no duda en resumirle con tres palabras: "Un gran tipo".