bilbao. Los ojos también deben defenderse de los rayos solares. En los primeros meses es suficiente con poner una gorra al bebé, porque el pequeño está protegido cuando está dentro del cochecito, con la sombrilla. Después, es mejor ponerle unas gafas de sol.
Los cuidados de los ojos se hacen extensivos a toda la población y de forma especial en verano, ya que es una época en la que reciben más agresiones ambientales. Sin embargo, los ojos de los niños son más sensibles. Por lo tanto, es necesario prevenir posibles irritaciones o alergias.
La higiene de los ojos es también muy importante. Sobre todo en el caso de los bebés, las glándulas lagrimales producen más líquido que las de los jóvenes y los adultos. Este líquido lagrimal es muy importante, dado que lágrimas actúan de barrera protectora contra los gérmenes. Sin embargo, con las altas temperaturas, estas lágrimas se secan y se forman legañas, que hay que eliminar a menudo.
Para realizar la higiene ocular es necesario limpiar el ojo en dirección a la nariz, para no arrastrar la suciedad dentro de él. Para ello habrá que utilizar toallitas limpiadoras de un solo uso, ya que los remedios caseros, como la manzanilla, no siempre son adecuados.
Pero sobre todo, los especialistas aconsejan abandonar la idea de que las gafas de sol son solo para los adultos. La visión de los niños debe protegerse tanto o más que la de los mayores.
No obstante, hay que tener cuidado con el modelo elegido y asegurarse de que está homologado y que cuenta con un filtro protector contra los rayos ultravioleta.