Donostia. El jurado compuesto por cinco mujeres y cuatro hombres encargado de enjuiciar el llamado crimen de Lekunberri, en el que murió apuñalado en enero de 2010 el joven donostiarra Asier Lavandera, consideró ayer al acusado, Sergio Fernando Ramos de Sousa, autor de un delito de asesinato con ensañamiento.
Los miembros del jurado, reunidos desde las 14.30 horas, se decantaron de esta forma por el delito de mayor gravedad y rechazaron las otras dos opciones contempladas también en este caso: el homicidio y el asesinato sin agravantes.
Asier Lavandera murió la madrugada del 16 de enero de 2010 a la salida de la discoteca Mao Mao de la localidad navarra de Lekunberri, cuando el acusado, de 23 años, le asestó cinco puñaladas, dos de ellas en la espalda, en el transcurso de una discusión entre dos grupos de amigos.
De esta forma, el jurado apreció, con ocho votos a favor, que al cometer el crimen hubo alevosía, por lo que el delito se considera asesinato y no homicidio. Asimismo, dieron por probado, con siete votos, que también hubo ensañamiento. En concreto, el jurado consideró probado, con ocho votos a favor, que el acusado dio muerte a Asier Lavandera al haberle asestado tres navajazos, en un primer momento, sin que pudiera apercibirse la víctima y, en un segundo momento otros dos navajazos, aprovechándose de que había caído al suelo y que se encontraba indefenso.
En su veredicto, el jurado estimó que existió ensañamiento (hecho probado con siete votos a favor) en la forma en que el acusado dio muerte a Lavandera, ya que "aumentó innecesariamente el sufrimiento de la víctima", al darle primero tres puñaladas y perseguirla cuando huía para darle otras dos.
Los miembros del jurado consideraron en su veredicto que el acusado sufre un trastorno antisocial, pero rechazan que esta circunstancia fuera la causa del comportamiento del joven el día del asesinato. También rechazaron las atenuantes de embriaguez y de provocación -que el acusado hubiera recibido un puñetazo de la víctima antes de la agresión-, y estimaron la de confesión, al haber reconocido los hechos el joven a un guardia civil cuando era trasladado a dependencias policiales.
Una vez leído el veredicto del jurado, recibido con aplausos por la familia de la víctima, las partes realizaron al juez sus propuestas de condena y, así, la fiscal, tras destacar la falta de arrepentimiento y actitud "de frialdad" del acusado, solicitó 18 años de prisión y una indemnización de 200.000 euros.
La acusación particular elevó la petición a 25 años de prisión y una indemnización de 300.000 euros, mientras que la defensa, haciendo hincapié en la atenuante de confesión, solicitó la pena mínima para este delito: quince años y un día de cárcel. Respecto a la responsabilidad civil, tras señalar que el acusado es insolvente, anunció que acatarán la indemnización que se determine en la sentencia.
la familia Manuel Lavandera, padre de la víctima, afirmó tras conocer el veredicto del jurado que para la familia era "clave" que se calificara la muerte de su hijo Asier como un asesinato.
Acompañado de su esposa, Edurne de La Granja y de la abogada de la acusación particular, el padre de la víctima declaró que, pese a que el jurado estimó que el acusado, Sergio Fernando es autor de un delito de asesinato con ensañamiento, es "muy difícil" que se haga justicia con ellos, porque "la vida de Asier valía más de 20, 25 o 100 años".