La comisaria de Pesca, Maria Damanaki, no está dispuesta a modificar ni un milímetro su propuesta de prohibir las ayudas al desguace de barcos o la compra de motores más potentes a partir del año 2014, pese a la presión que ejercieron ayer países como España o Francia durante el debate sobre el futuro fondo europeo marítimo y pesquero celebrado ayer por los ministros de pesca de la UE.

"Quiero ser muy sincera, aunque vamos a discutirlo y ustedes son los que deciden. Tenemos una cantidad de dinero limitada. Yo he optado por la acuicultura, ayudar a los pescadores, la seguridad, artes de pesca más selectivos porque todo esto va a permitir que el sector se ajuste a la reforma. Por eso hacemos esta propuesta y excluimos otros elementos", recordó sobre las ayudas al desguace y la modernización de la flota que exigieron mantener España, Francia, Italia o Irlanda. Y es que tanto Bruselas como Alemania o Suecia parten de la base que las ayudas destinadas en el pasado al desguace o a la modernización de la flota no han servido para cumplir con el objetivo de reducir el esfuerzo pesquero. En este sentido, recordó que no es partidaria de financiar el cambio de motores por otros más potentes y que si se van a permitir algunas ayudas tienen que conocer exactamente la capacidad del sector. "¿Están seguros de que podremos controlar la situación? Para asegurarnos de que no se va a aumentar habrá que manejar datos concretos. Envíenme informes sobre la potencia de sus flotas antes de finales de año", urgió.

postura de madrid Por su parte, el ministro de Pesca español, Miguel Arias Cañete, admitió que la postura de Damanaki "es muy negativa" y recordó que España ya ha hecho los deberes porque ha conseguido reducir desde el año 2000 un 48% su potencia y un 31% el tonelaje bruto. "A nosotros nos gustaría que las ayudas al desguace y las paradas fueran permanentes en la reforma en el próximo período de perspectivas financieras pero si hay una voluntad de eliminarlas en el largo plazo que tenga un periodo de phasing out (desaparición gradual) razonable hasta que se produzca el ajuste de la flota", explicó. "Somos uno de los países que ha utilizado los fondos de paralización para hacer un ajuste y eso lo pondremos en valor a la hora de negociar", esgrimió.

Frente a esta batalla, Damanaki sí aceptó suavizar su postura en materia de prohibición de descartes y la obligación de desembarcar en puerto las capturas. España, Francia o Italia fueron algunos de los que exigieron una política más flexible a lo que respondió aceptando "soluciones prácticas" a medida. "Todos coincidimos en que nos hace falta un enfoque flexible por etapas, con un calendario y unos objetivos claros. Todos los ministros quieren hacer las cosas bien y poner fin a la mala práctica de los descartes", resumió. La comisaria aprovechó para urgir a que desbloqueen de una vez por todas estos, entre ellos el de la anchoa, que más de dos años después de ser aprobados por el pleno de Estrasburgo siguen sin ver la luz.