donostia. El padre del menor de trece años encontrado muerto el pasado día 1 en el barrio donostiarra de El Antiguo fue interceptado en la noche del miércoles en la vivienda de su madre, ubicada en la calle San Marcial de la capital guipuzcoana, y se encuentra detenido como presunto autor de un delito de omisión del deber de socorro. Al parecer, el hombre, que se encontraba desaparecido desde la madrugada de aquel fatídico jueves y al que la Policía había buscado durante una semana, había pasado los últimos días en una especie de borda o cabina prefabricada de la que dispone en el monte Igeldo (cerca de la sede de la Sociedad Protectora de Animales y Plantas de Gipuzkoa), hasta que hace dos días cambió su rutina.
Y fue esa circunstancia, su visita a la casa de su progenitora, la que aprovechó la Ertzaintza para interceptarlo y tomarle declaración, ya que su ausencia era, precisamente, uno de los interrogantes que existían en torno al fallecimiento del menor. Según determinó el informe forense tras un análisis cuyo resultado fue recogido por este periódico el pasado sábado, este murió como consecuencia de un suicidio (después de la autopsia la Ertzaintza no descartó en cualquier caso la hipótesis del homicidio), pero quedaban numerosas dudas por resolver.
En su declaración ante la Policía, el interrogado afirmó que su hijo se había puesto en contacto con él en el momento en el que se autolesionó, y que acudió inmediatamente hasta el domicilio familiar en el que el niño se encontraba. Al llegar, agregó, cogió entre sus brazos al menor, que, según su versión, falleció poco después.
incógnitas Tras escuchar su declaración, la Policía procedió a arrestarlo como presunto autor de un delito de omisión del deber de socorro, al tiempo que trata de esclarecer si existió algún tipo de influencia del padre, que al parecer sufría algunos problemas psicológicos, en el presunto suicidio de su hijo. No en vano, el suceso continúa rodeado de numerosas incógnitas que la investigación, que se encuentra bajo secreto de sumario, intenta resolver.
La aparición del padre de la víctima cierra una de ellas. La Policía estuvo varios días buscando su pista tanto por tierra como por mar, se sabía que había desaparecido también su motocicleta y se sospechaba que pudiera estar en una zona próxima a Igeldo, pero los resultados no estaban siendo fructíferos. Hasta la citada noche del miércoles, cuando la vigilancia sobre la vivienda de su madre permitió hallarlo.
A partir de ahora, en cualquier caso, la investigación continuará su cauce para tratar de esclarecer todas esas dudas que quedan pendientes, en un suceso que conmocionó a toda la capital guipuzcoana y, especialmente, al barrio en el que se produjeron los hechos (los padres del menor, que se encontraban en trámites de separación, regentan un bar en la zona y son muy conocidos en El Antiguo).
Unos hechos que tuvieron lugar en el mediodía del 1 de diciembre cuando, a las 12.45 horas, un amigo de la familia descubrió el cuerpo sin vida de Julen Serrano en un inmueble del número 5 de la calle Logroño de Donostia. El cadáver presentaba evidentes signos de violencia y se encontraron restos de sangre y un cuchillo en el propio interior del piso y más restos de sangre tanto en el garaje del inmueble como en el tirador de acceso a la vivienda.
suicidio En los primeros momentos la Policía barajó la hipótesis del homicidio pero, con el paso de los minutos, el suicidio comenzó a consolidarse como la posibilidad más probable. Médicos forenses y agentes judiciales de la Ertzaintza investigaron el lugar durante algo más de cinco horas, hasta que a las 17.40 horas una comisión judicial autorizó el levantamiento del cadáver, que fue trasladado hasta el Instituto de Patología Forense para la realización de la correspondiente autopsia. Y fue esta última la que determinó el suicidio del menor.
La investigación policial proseguirá, en cualquier caso, tratando de esclarecer tanto la causa como las circunstancias que rodearon a este suceso, que sigue envuelto en numerosas incógnitas.