Lo que supone dar una hora más de clase
pasar de 17 a 18 horas lectivas no significa trabajar más, sino dedicar menos tiempo a los planes de convivencia o a la diversidad
IRUÑEA. Ante esta situación, los profesores quieren dejar claro lo qué supone dedicar una hora más a la docencia directa "Pasar de 17 a 18 horas lectivas no significa que vayamos a trabajar más. Nuestro horario sigue siendo el mismo: 37 horas y media semanales (30 horas presenciales y 7,5 para organizar el trabajo fuera del centro, como corregir exámenes o preparar el temario)", explica Amaia Zubieta, maestra y representante del sindicato STEE-EILAS, que añade "lo que ocurre es que vamos a dedicar menos tiempo a otras labores".
Y es que la función del docente no se reduce a preparar e impartir las clases. "Tenemos que hacer guardias, tutorías individualizadas y grupales, refuerzo, apoyo a la diversidad o atención a las familias", enumera Zubieta. Pero no sólo eso. Hay muchas tareas, cada vez más, que la sociedad delega en la escuela. Son los maestros y profesores quienes se encargan de los planes de convivencia, de igualdad, de fomento de la lectura, de bibliotecas...
Todo este trabajo se debe realizar independientemente del número las horas de docencia directa. "La disminución de la carga lectiva permite al profesorado tener más tiempo para esos planes y para atender mejor al alumnado y a las familias. No se trata de trabajar menos sino de una distribución del trabajo diferente", explica esta maestra, que asegura que "no es cierto de que este recorte no vaya a suponer una merma en la calidad educativa". Y pone un ejemplo. "Si en los cien profesores de un instituto van a tener que dedicar una hora más a la docencia directa eso significa que disponen de cien horas menos para dedicarlas a otras labores o para impulsar planes de centro", explica Zubieta, que insiste en que "cuando afirman que la calidad no se verá afectada están diciendo, de forma sibilina, que antes no cumplíamos con nuestras obligaciones. Al desaparecer esas cien horas habrá menos atención a la diversidad, menos reuniones con las familias o menos planes
El voluntarismo, como en tantos trabajos, también está presente en la docencia. "A pesar de los ajustes presupuestarios de 2010 y 2011 y de los recortes en época de repunte de matrícula, el profesorado y las direcciones han trabajado conjuntamente para mejorar la calidad de la enseñanza pública. Ahí están los resultados en las evaluaciones diagnósticos, que pese a todo sitúan a Navarra entre los mejores índices del Estado", afirma Zubieta, que añade "pero ese goteo de recortes está creando un poso de malestar creciente". Al docente se le encargan más funciones al tiempo que disminuye su reconocimiento y se impulsan los recortes. No parece la mejor solución para reducir el fracaso escolar.
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