bilbao. Con motivo del centenario del nacimiento de Julián de Ajuriaguerra (Bilbao, 1911), figura de talla mundial en el mundo de la psiquiatría, Eusko Ikaskuntza-Sociedad de Estudios Vascos organizó ayer en Bilbao y hoy en Baiona unas jornadas de homenaje en las cuales tomó parte el catedrático de la UPV/EHU, José Guimón (3-VI-1943), que trabajó con él y que atendió a DEIA momentos antes de su ponencia.
¿Cuándo conoció a Julián de Ajuriaguerra?
Yo había hecho Medicina y quería hacer Psiquiatría, pero no sabía dónde ir. Entonces mi padre, que era amigo de Juan de Ajuriaguerra, consiguió ponerme en contacto con él en un viaje que hizo Julián a Bilbao. Me recomendó que estuviese dos años en Barcelona con dos discípulos suyos y allí hice la tesis doctoral y luego marché en 1969 a Ginebra que es cuando le conocí y trabajé con él. A partir de entonces y, a pesar de que luego nos separamos, seguí teniendo bastante relación con él.
Ha señalado que lo que más le impresionó de Julián de Ajuriaguerra fue su personalidad, ¿cómo le describiría?
Fue un hombre de una calidad personal increíble, gran sencillez y modestia y una inteligencia extraordinaria. Además, era muy cautivador y seductor, te captaba inmediatamente. Su personalidad hizo que fuese mi principal influencia en mi carrera.
Julián participó en la Guerra Civil en el bando republicano y también tomó parte en la resistencia francesa durante la Segunda Guerra Mundial. Sin duda tuvo una vida de película...
Fue como un aventurero. Estando él en Francia estalló la Guerra Civil y decidió enrolarse sin tener ninguna necesidad. Su mujer era anarquista y ambos compartían parte de esta ideología, aunque Ajuriaguerra era más republicano que nacionalista vasco, pues también se sentía español. Por eso se fue a luchar en Mallorca y el frente de Aragón. En este sentido, discernía de su hermano Juan, que era nacionalista vasco, pero se querían mucho.
La carrera de Ajuriaguerra está plagada de reconocimientos: considerado el creador de la psiquiatría infantil, impulsor de la psiquiatría geriátrica, padre de la psicomotricidad, responsable del primer Plan de Salud del Gobierno vasco...
Sí, han sido un cúmulo de circunstancias en su carrera. En la década de los cincuenta, cuando estaba en París, la psiquiatría era solo una, la general, no había especialidades. Ajuriaguerra trabajó en centros de niños con otros psicólogos y estudiaron muchas cosas sobre los niños. Tanto él como otros expertos en Londres y en Estados Unidos fueron los creadores de la psiquiatría infantil. De hecho, su texto sobre psiquiatría infantil es uno de los más conocidos del mundo. Además, fue un hombre muy creativo y precursor de la moderna psiquiatría no hospitalaria.
¿Por qué cree que Ajuriaguerra se marchó a estudiar a París?
Porque en Bilbao no habría hecho nada. En aquella época era una ciudad muy progresista en la que los hijos de las familias pudientes se marchaban fuera para estudiar.
En la entrevista mostrada en las jornadas, Julián de Ajuriaguerra declara que estudió Medicina para conocerse a sí mismo.
Sí, es algo que nos sucede a la mayoría de psiquiatras: querer conocer la propias dificultades psicológicas para conocernos mejor. Él hablaba mucho de buscar con sus estudios la libertad del ser humano.
Para los profesionales de la psiquiatría, ¿qué ha supuesto la figura de Julián de Ajuriaguerra?
Fue el último gran patrón. Para mí conocerle fue lo más importante que me ha pasado en la profesión.
Resulta una paradoja que siendo un experto en la enfermedad del alzheimer se retirase por esta causa.
Sí, totalmente. Nos puede pasar a cualquiera. No empezar a coordinar y morir de alzheimer. Aunque no deja de ser casualidad que le pasase a él después de ser un estudioso de esta enfermedad.
Por último, ¿le podría definir en una palabra?
En dos. Insobornable e integral.