Bilbao. Hace unos días la Asamblea de estudiantes de Medicina del hospital de Cruces se manifestó frente a este centro sanitario en protesta por las condiciones académicas en las que se desarrolla el segundo ciclo de la carrera. Pero más allá de las quejas motivadas por las fechas de exámenes que, además, incluyen materia que no se imparte, la dificultad de dar con los profesores para la revisión de las pruebas o la insuficiencia de las prácticas, los estudiantes de Medicina han hecho lo imposible para intentar mejorar la situación de la Unidad Docente del hospital de Cruces. Pese a ser un centro de referencia, el edificio del hospital de Cruces, que acoge a unos 200 estudiantes de 4º, 5º y 6º de Medicina, adolece de unas condiciones acordes a un las de un aulario del siglo XXI.

¿Se imaginan a una estudiante que junto a los apuntes y el estetoscopio lleve bajo el brazo un calefactor a clase? ¿Que un alumno done el microondas de su casa para el bien común? ¿Se imaginan que el único aula de estudio tenga solo seis mesas para 200 alumnos y que, además, sea el pasillo para acceder a otro aula? ¿Qué dirían si de un día para otro y sin previo aviso se cierra la única biblioteca de la Unidad Docente? ¿Ventanas que filtran agua a escasos centímetros de una instalación eléctrica del aula de informática?, ¿aulas sin radiador? ¿Desconchones en el techo? ¿Falta de clases?... ¿Y un edificio de la UPV/EHU ocupado por los sindicatos del hospital de Cruces y por el servicio de limpieza del hospital? No se lo imaginen, este es el estado de la Unidad Docente de uno de los hospitales más punteros del Estado.

Acompañado por un representante de la Asamblea de estudiantes, este periódico ha visitado el interior de la Unidad Docente para comprobar de primera mano si el contenido del informe de daños, elaborado por el Consejo de Estudiantes de la Facultad de Medicina, se correspondía con la realidad. Y sí, la descripción recogida por el informe es un fiel reflejo del mal estado de las infraestructuras. Hasta la fecha ni el coordinador de la Unidad Docente de Cruces, ni los representantes de la Junta de Campus de Bizkaia o el Decano de la Facultad han atendido las demandas de este grupo de estudiantes.

La construcción de la nueva facultad de Medicina en Basurto seguramente solventará estos problemas. Pero los estudiantes se preguntan: "¿Y mientras el flamante Polo Sanitario se convierte en realidad qué pasa con quienes estudiamos aquí?". Según el informe remitido por los estudiantes a todas las instancias universitarias, han pasado cuatro meses sin calefacción: "El problema es que los estudiantes nos vemos obligados a estudiar con el abrigo incluido porque el estado deficitario de las ventanas filtra el frío sin un resquicio de calor en las instalaciones?". Y apunta: "Algunos alumnos se han visto en la necesidad de traer radiadores por cuenta ajena para poder ejercer su derecho a estudiar sin morir en el intento".

Otro de los asuntos más peliagudos fue el cierre en octubre de la biblioteca de la Unidad Docente y los problemas derivados de compartir espacio y bibliografía con los adjuntos y residentes en la Biblioteca del hospital de Cruces. Así se lo trasladaron al coordinador de estudios y la situación sigue igual. Además de escaso material de consulta y espacio, 30 sillas para 200 estudiantes y demás médicos del hospital, los alumnos se quejan por la acogida hostil de algunos facultativos. "Los alumnos nos vemos obligados a acudir a dicha biblioteca donde apenas cabemos para consultar libros, habiéndose escuchado ya alguna queja por parte de adjuntos o residentes que dicen que ocupamos su lugar, ¿pero qué vamos a hacer si la nuestra la han cerrado?", se preguntan.

Además, el aula que antes ocupaba la biblioteca, y que servía como anexo a la pequeña sala de estudio, se ha convertido en un aula normal por lo que para llegar al aula se debe atravesar el aula de estudio con las consecuentes molestias. "Tenemos una pasarela de alumnos continua cruzando la sala de estudio, eso sin olvidar que no tenemos la mejor calidad de paredes y, por lo tanto, oímos todas las retahílas que cuentan los profesores mientras estudiamos", afirma este colectivo de universitarios.

Con esta denuncia pública de "los agónicos problemas sufridos", el Consejo de Estudiantes de Medicina pide tanto a la Universidad del País Vasco como a la gerencia del hospital de Cruces que resuelvan la situación "de un modo rápido, efectivo y eficaz", dada la "insistencia de nuestras peticiones y la infructuosidad de las mismas".