PAMPLONA. Miles de peregrinos de todas las edades, unos 18.000 según los organizadores, se han dirigido hoy a la localidad natal del patrón de Navarra, San Francisco Javier, en la segunda de las Javieradas de 2011, celebradas este año bajo el lema "Arraigados y edificados en Cristo, firmes en la fe".

Al contrario que en la primera de las Javieradas de este año, que tuvo lugar el pasado fin de semana, en esta ocasión el tiempo no ha sido tan benigno con los peregrinos, lo que no ha impedido que la explanada del Castillo de Javier se llenara de personas para asistir a la ceremonia religiosa presidida por el arzobispo de Pamplona y obispo de Tudela, Francisco Pérez.

Previamente, muchos de los peregrinos llegados desde todos los puntos de Navarra y de muchas localidades de España e incluso del extranjero habían participado en un "via crucis" desde Sangüesa hasta Javier, cuna del patrón mundial de las misiones, un acto que este año se adelantó sobre su horario habitual a consecuencia de la lluvia.

Entre los peregrinos que han llegado hoy al castillo en el que nació el santo navarro, se encontraban más de doscientas personas de Aspace que, caminando o en silla de ruedas, han hecho esta mañana el tramo entre Sangüesa y Javier para dar inicio de esta forma a los actos conmemorativos del 40 aniversario de esta organización.

Ante una explanada abarrotada de peregrinos, algunos de ellos portando pesadas cruces, ha tenido lugar una eucaristía cuya homilía ha sido leída por el arzobispo Francisco Pérez, quien ha asegurado que se vive "una severa crisis de fe en Dios como creador y dueño de la vida", de ahí que "se pretenda ausentarlo y marginarlo como si fuera alguien ajeno a la vida, a la realidad económica y a la realidad social".

"Trabajamos, nos afanamos y vivimos como si Dios se hiciera el intruso, como alguien que nada tiene que ver en nuestra existencia", ha dicho el arzobispo, quien ha señalado que "se llega hasta pensar que Dios ya no sólo no existe sino que quien tenga fe en él es un hereje social: debe ser expulsado de la sociedad. Pensemos lo que está sucediendo, con el martirio de cristianos, en ciertos países de medio y extremo Oriente".

El arzobispo ha hecho en su homilía especial hincapié en los "ataques de todo tipo" que a su juicio está recibiendo la familia, ya que "se repite que es parte de una sociedad moderna la obligación de que no se someta a los esposos a una convivencia imposible de resistir" y se promulgan leyes "profundamente injustas".

En estos "ataques" a la familia, ha subrayado, "se buscan subterfugios inconsistentes para acallar la conciencia" y, así, se plantea "el derecho de la madre a abortar, a realizar separaciones matrimoniales cuánto antes mejor o el derecho a interrumpir la vida cuando a uno le apetezca y lo desee".

Esta segunda Javierada ha contado, al igual que la primera, con el aporte logístico y operativo de Cruz Roja, que ha movilizado más de 150 personas para atender a los peregrinos y ha habilitado diez puestos de socorro distribuidos por la Ribera, Zona Media y Zona Norte de Navarra.

Un total de 12 ambulancias, 16 vehículos auxiliares y dos motocicletas componen la flota de vehículos de este dispositivo, que también ha incluido la instalación de dos carpas junto a las casetas del puesto en Javier.

Cada puesto ha contado con personal médico, enfermeras, socorristas, auxiliares de transporte en ambulancias, masajistas y técnicos en comunicaiones, con el material clínico y sanitario necesario para realizar curas y masajes, toma de tensión, atención a personas diabéticas y lipotimias.

Han participado en la segunda Javierada voluntariado de las asambleas locales de Cruz Roja de Azagra, Buñuel, Burlada, Cintruénigo, Lodosa, Mélida-Carcastillo, Mendavia, Pamplona, Sangüesa, Tafalla y Tudela.

Las carreteras navarras por las que transcurre la Javierada han sido vigiladas por un dispositivo policial conjunto integrado por 195 agentes de la Policía Foral y 300 de la Guardia Civil, que han velado por la seguridad de los peregrinos.