Pontoise. "Cuando se fabrica un avión, un error minúsculo puede causar daños inmensos", dijo la jueza con voz seria, al emitir la sentencia sobre el caso Concorde. Una pieza de metal desprendida de un avión de la compañía Continental Airlines causó hace diez años un accidente de fatales consecuencias. En total, perdieron la vida 113 personas, la mayoría alemanes. Y el mito del avión supersónico que unía París y Nueva York en tres horas y media quedó arruinado.

Los jueces franceses descartaron numerosas tesis y se decantaron finalmente por la versión de la acusación y del dictamen pericial, presentado hace tiempo: una lámina de titanio que se encontraba en la pista de despegue hizo que reventara uno de los neumáticos, y los trozos de goma que se desprendieron fueron a parar a uno de los motores, de modo que el keroseno ardió en llamas.

No habían pasado ni diez minutos desde el despegue cuando el avión se estrelló contra un hotel a las afueras de París. Todas las personas a bordo y cuatro huéspedes del hotel murieron. ¿No era el Concorde lo suficientemente seguro como para hacer frente a una pieza de metal en la pista?, ¿o la culpa era de la compañía estadounidense Continental Airlines, ya que uno de sus aviones había perdido minutos antes una lámina de titanio defectuosa? Los jueces se decidieron por la segunda opción: Continental Airlines fue condenada a una multa de 200.000 euros (265.000 dólares) y una indemnización por daños y perjuicios a Air France -entre otros por los daños causados a su imagen- por valor de un millón de euros (1,33 millones de dólares).

El mecánico de Continental responsable de la lámina de titanio, John Taylor, fue condenado a 15 meses, con libertad condicional bajo fianza, por homicidio imprudente. El entonces ingeniero jefe del programa Concorde, Henri Perrier, fue declarado libre de cargos. Lo único de lo que se le acusó finalmente fue de haber infravalorado el riesgo de incendio, subrayó la jueza.

No obstante, EADS Francia -la empresa para la que trabajaba- deberá participar en un 30% en el pago de la indemnización. Continental Airlines contrató para su defensa al abogado estrella francés Olivier Metzner, quien anunció nada más conocer la sentencia que la apelaría. "Es una decisión nacionalista, que sobre todo vela por los intereses franceses", afirmó. Según dijo, eso es claramente proteccionismo. Y él sigue manteniendo la tesis de que el avión ya ardía en llamas antes de que las ruedas pisaran la lámina de metal.

Reacción de las familias Para los familiares de las víctimas de este fatal accidente aéreo, la sentencia sólo tiene un valor simbólico, pues unos 700 parientes de los fallecidos en el vuelo AF 4590 recibieron elevadas indemnizaciones de Air France y su aseguradora en el tiempo récord de sólo un año. En total, la suma de la indemnización acordada por la justicia ascendió a más de mil millones euros. "Había un gran interés político en que los Concorde pudieran volar de nuevo", dijo ayer a la agencia Dpa el abogado berlinés Heiko van Schyndel, entonces implicado en el caso. Ningún alemán ha querido participar en el proceso como querellante. "Han pasado ya diez años, ¿para qué reabrir las viejas heridas?", se pregunta Van Schyndel. Ni Perrier, absuelto de sus cargos, ni Taylor, condenado culpable, estuvieron presentes en la salas de este trascendental juicio.