Bilbao. Hoy se celebra el Día Mundial del Euskera, un día jalonado por multitud de actos con el euskera y la ciudadanía como protagonistas, y la calle como escenario. Ayer, la Consejera de Cultura, Blanca Urgell, afirmó: "La fotografía de unidad que veremos mañana -por hoy- es el reflejo de la unidad que existe actualmente alrededor del euskera". Esta imagen edulcorada, casi bucólica de este día de celebración no oculta, sin embargo, la marejada política y social existente por el nuevo rumbo que ha tomado la política lingüística con el Gobierno del cambio. Una deriva que el mundo euskatzale define como falta impulso hacia el euskera. El ejemplo más clamoroso de esta ausencia de compromiso objetivo es la paralización del Consejo Asesor del Euskera -el órgano encargado de coordinar las políticas de normalización lingüística-, desde que los socialistas accedieran a Ajuria Enea.

A 3 de diciembre de 2010, aún no se ha configurado ni convocado el nuevo Consejo, pieza clave en la revisión del Plan General de Promoción del Uso de Euskera (EBPN), el que está llamado a ser el corpus de la normalización lingüística en el siglo XXI. El Consejo permanece en dique seco desde que el 2 de febrero de 2009 -con Ibarretxe en el poder- aprobase el trascendental Documento Euskara XXI, un texto de consenso en el que expertos y políticos de todo signo ofrecieron un diagnóstico común sobre la situación del euskera y cómo afrontar los retos del futuro. Dicho documento, que los socialistas abrazan recurrentemente, establecía como "objetivo inexcusable" la renovación del EBPN e instaba al Ejecutivo a hacerlo.

Entonces cambió el Gobierno y el nuevo Ejecutivo no sólo ha ignorado este deber, sino que en junio de este año, en una maniobra difícil de calificar, volvió a pasar la pelota al Consejo en su primera reunión oficial. Fue una reunión más testimonial que práctica ya que lo único que se sacó en claro fue la foto de familia y que no se volvería a reunir hasta el 16 octubre, fecha en la que la Viceconsejería de Política Lingüística nombraría a los nuevos componentes del Consejo. El 16 de octubre llegó y no se convocó el Consejo. A día de hoy, aún se desconocen las identidades de los 40 miembros independientes de este órgano cuyo mandato expiraba el 16 de octubre, tras tres años de vigencia.

Según fuentes consultadas, el Gobierno vasco ha estado enviando correos electrónicos a los actuales miembros para sondear su disponibilidad para integrar el nuevo órgano. Algunos han respondido que sí, y otros han declinado la proposición. Los únicos cinco nombres seguros son los de las personas designadas por el Parlamento Vasco en la Comisión de Cultura celebrada el 9 de noviembre: Iciar Lamarain Cenitagoya, Lorea Bilbao Ibarra, Garbiñe Mendizabal Mendizabal, Alberto López Basaguren y Miren Lourdes Oñederra Olaizola. Por tanto, el nuevo Consejo Asesor del Euskera, el nombramiento de sus nuevos componentes y la modernización del EBPN continúan paralizados. Se apuntaba al Día Mundial del Euskera como fecha clave para la puesta de largo del nuevo Consejo, pero su convocatoria no está prevista en el calendario de actos del día.

Otra de las asignaturas pendientes del Departamento de Cultura es la financiación a las ikastolas de Iparralde y Nafarroa. Tal y como ha podido saber este periódico, los 400.000 euros prometidos por Cultura a Seaska -la federación que agrupa a las ikastolas de Iparralde- no han llegado a sus destinatarios. Cabe recordar que el actual Ejecutivo se ha compometido a aportar 1,1 millones de euros hasta 2012 a Seaska a razón de 400.000 euros al año, cuando el Gobierno Ibarretxe aportaba 1,1 millones cada año a cargo de los presupuestos de Lehendakaritza.

Además, las ayudas nominales al Nafarroa Oinez y el Herri Urrats,que desparecieron de los presupuestos de 2009, tampoco aparecen en las Cuentas de 2010. Por tanto, ni Seaska, ni NIE recibirán el apoyo económico que el Gobierno vasco les daba para la organización de sus respectivas fiestas. Estas ayudas hoy serían fundamentales para aliviar la penosa situación económica por la que atraviesan las ikastolas de estos herrialdes, después de que Lakua haya retirado toda ayuda a las ikastolas navarras y a las de Iparralde, por el momento. La última intervención de Urgell en el Parlamento Vasco al respecto tampoco es nada halagüeña para la organización de Iparralde. Luego de dudar de la legalidad de estas ayudas, Urgell afirmó: "El Departamento de Cultura no tiene dinero para ladrillos. ¿Qué hace el Gobierno de Francia al respecto? Desde el PNV respondieron a estas manifestaciones como otra pregunta pero para el Ejecutivo López: "¿El Gobierno vasco no tiene dinero o no tiene voluntad política para seguir ayudando las ikastolas de Seaska?".

Lo paradógico es que mientras Urgell y su equipo consideran que financiar a las ikastolas de fuera de la CAV invaden las competencias educativas del Gobierno de Miguel Sanz, el PSOE desde Madrid sostiene el criterio contrario ya que en los dos últimos años ha ofrecido a las ikastolas de Nafarroa 4,5 millones de euros a través de sendas enmiendas del Grupo Nacionalistas Vascos en el Congreso de los Diputados.

La polémica sobre la legalidad de las ayudas a Seaska coincidió en la misma semana en la que el Gobierno vasco también puso en duda la legalidad del Decreto de los Derechos Lingüísticos de las Personas Consumidoras y Usuarias, un reglamento cuya aplicación ha logrado demorar un año con la ayuda del PP so pretexto de que imponía unas multas lingüísticas a las grandes empresas de servicios -el 6% del comercio, 2.000 empresas de las 30.000 que hay en Euskadi- si no rotulaban o atendían a sus clientes en los dos idiomas oficiales de la CAV. Sin embargo, el decreto no contempla ninguna sanción. Conclusión: un año en blanco para el euskera en el comercio.

El saldo negativo de la acción de Urgell no acaba aquí. El 23 de octubre DEIA publicaba que a dos meses para la finalización del año, cientos de asociaciones, ayuntamientos y empresas públicas y privadas continuaban sin las subvenciones para la promoción y fomento del uso del euskera con los que financiar los proyectos que estaban ejecutando. Había 12,6 millones de euros para repartir. Según fuentes consultadas, a día de hoy, sólo se han adjudicado los 510.000 euros del programa Lanhitz, dirigido a la normalización lingüística en las empresas privadas; así como las subvenciones a los medios de comunicación. Por tanto, cientos de asociaciones culturales, de ocio y tiempo libre, ayuntamientos, empresas de tecnología de la información... aún siguen esperando.