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Olas de hasta 15 metros barren la costa vasca

Donostia, Getxo, Zarautz, Bermeo o Lekeitio cuantifican ahora los daños del temporal Continúa activada en Euskadi la alerta naranja en la mar y amarilla en tierra por vientos de hasta 100 km/hora

Olas de hasta 15 metros barren la costa vascaFoto: Ruben Plaza

Bilbao. La costa vasca fue ayer testigo y víctima de la violencia de la naturaleza. El temporal que azotó la cornisa cantábrica con olas de hasta 15 metros, como la registrada a las cuatro de la mañana en Donostia, ha dejado graves desperfectos en las localidades costeras, sobre todo en la capital guipuzcoana donde el embate de la mar provocó un socavón de 20 metros en el Paseo Nuevo e importantes daños en el Peine del Viento, donde piedras de hasta 500 kilos fueron arrastradas por las olas "como si fueran azucarillos".

Estas palabras de la concejal de Urbanismo de la capital guipuzcoana describen a la perfección la virulencia de un mar que ayer no estaba para tonterías, pese a que fueron cientos los vascos que se acercaron hasta la costa para observar y fotografiar la estampa de un Cantábrico enloquecido. Los problemas más graves se registraron con la primera pleamar, dejando tras de sí un rastro de destrozos en la franja litoral de la capital guipuzcoana y otros puntos como Bermeo, Getxo o Bakio.

A lo largo del día se repitieron instantáneas similares a lo largo y ancho de la costa: mobiliario urbano arrancado de su ubicación habitual, tramos de muros y barandillas de los paseos marítimos destrozados por la fuerza del mar, pivotes, farolas, máquinas de la OTA rotos o locales con distintos daños, los más afectado fueron los locales y servicios ubicados en la playa de La Concha y la discoteca La Rotonda.

El temporal también se cebó en Getxo. Las fuertes olas arremetieron en la madrugada contra varias decenas de metros del muro y las barandillas de protección del paseo de Ereaga, que acabaron en el suelo ante la potencia desbocada de la mar. Las olas llegaron a superar la altura de un local hostelero municipal situado a pie de playa, donde también se produjeron desperfectos en su cristalera, al igual que en algunos establecimientos del Puerto Deportivo. Para evitar desgracias personales coincidiendo con la pleamar de las seis de la tarde, el Ayuntamiento mantuvo cerrado el tráfico para vehículos y viandantes desde los cines del Puerto Deportivo hasta el faro de Arriluze y entre el edificio de La Ola y el Puerto Viejo de Algorta.

La zona más afectada resultó la ubicada entre el hotel Igeretxe y el edificio municipal La Terraza. Como consecuencia de las olas algunos cristales de la mampara exterior que cubre la terraza del local se fracturaron. Por lo que respecta al Puerto Deportivo, los desperfectos afectaron a un par de locales próximos al Getxo-Aquarium. Sus fachadas acristaladas se rompieron por el impacto de las olas, que también arrancaron algunas baldosas del suelo y causaron desperfectos en el cierre perimetral de una zona verde ubicada al final de las instalaciones deportivas.

Por el contrario, los desperfectos apenas afectaron al Puerto Viejo de Algorta. "Han sido mínimos", destacaron fuentes municipales. Las olas chocaron contra la barandilla del murallón grande, que aunque no llegó a ser arrancada, "sí ha quedado doblada en algunas partes", según las mismas fuentes. Una brigada especial de limpieza trabajó desde las 06.30 de la mañana para retirar los trozos de muro derribados, la arena y los troncos arrastrados por la fuerza de la mar hasta el paseo de Ereaga, en la zona más afectada.

La historia se repite en Bermeo Sus vecinos estaban sobre aviso de lo que podía acontecer, y como el mejor antídoto contra los posibles desastres suele ser la prevención, los municipios costeros de Busturialdea y Lea Artibai se prepararon a conciencia. Las recomendaciones municipales para extremar las medidas de seguridad ante la alerta por el temporal sirvieron, salvo destrozos materiales en algunos puertos, para ver pasar la tormenta sin que produjera un reguero de daños, y menos aún daños personales. El rompeolas de Bermeo se llevó, otra vez más, la peor parte. Cerca de treinta metros de la sección superior del rompeolas del puerto bermeotarra cayeron al mar por la fuerza de las olas. Más de lo mismo, ya que otros dos temporales, pero en proporciones más considerables, también consiguieron arrancar las paredes de hormigón de la infraestructura portuaria en diciembre del 2007 y marzo del 2008.

Tres millones de euros sirvieron para recuperar el rompeolas, que deberá ser reparado una vez más. Con el acceso a esa zona cerrado a los vecinos para evitar males mayores, en el interior de la dársena -sin los buques pesqueros locales, resguardados ayer en el canal de Deusto- una embarcación de recreo fue a pique merced del intensa resaca que se formó en el interior de la dársena.

Ondarroa tampoco sufrió en exceso los embates del temporal, salvo el susto vivido con tres inconscientes surfistas que se aventuraron en las aguas pese a las complicadas condiciones. Salieron por su propio pie, pero una llamada de un testigo alertó de la desaparición de uno de ellos tras el golpe de una gran ola y "se han vivido momentos de incertidumbre", relataron desde el cuerpo local de policía ondarrutarra.

Embarcaciones hundidas En Lekeitio fueron mayores los daños ya que la fuerza de las olas afectaron a la sociedad Isuntza, ubicada sobre el rompeolas, cuyos cristales quedaron hechos añicos, pese a que habían sido reforzados. En Ea un total de ocho embarcaciones se hundieron y varias instalaciones cercanas al puerto sufrieron desperfectos, mientras que las calles amanecieron llenas de arena por efecto de la fuerza del mar. "Han sido solo daños materiales", confirmaron desde el Consistorio.

El temporal también se hizo sentir en Bakio, donde las fuertes olas ocasionaron daños en el paseo marítimo. La peor parte se la llevó el muro que protege a los viandantes, en un tramo de unos cincuenta metros. Las grandes placas de granito fueron levantadas por la mañana con la pleamar. "No parecía que hubiese paseo, la mar se lo llevaba todo por delante", apuntan testigos presenciales. La fuerza del agua se dejó sentir en la parte central del paseo. Las rampas de acceso a la playa también se vieron seriamente dañadas, según apuntaron ayer fuentes del Ayuntamiento. Los daños pudieron ser mucho mayores, ya que el río estuvo a punto de desbordarse por la mañana.