Gasteiz. La entrada de las mujeres en las sociedades gastronómicas supone para determinados hombres no sentirse tan libres para relacionarse con el resto de socios. La presencia de mujeres les obliga a mantener la compostura y medir más sus palabras para que no se ofendan, aunque también justifican la exclusión de las féminas por considerarlas proclives al chismorreo.

Estos son algunos de los argumentos esgrimidos por el 58,5% de los txokos de la Comunidad Autónoma Vasca (CAV) para impedir a las mujeres ser socias, aunque también hay lugar para la esperanza, ya que un 63% de los creados a partir de 1998 sí las acepta, según se recoge del informe La relevancia e impacto social de las sociedades gastronómicas", elaborado por la Defensoría para la Igualdad de mujeres y hombres del Gobierno vasco.

Para este informe se entrevistaron 323 sociedades gastronómicas para analizar las consecuencias, motivos, significados y mecanismos de restricción de la participación de las mujeres en condiciones de pleno derecho. Se llevaron a cabo dos estudios distintos, uno etnográfico sobre la relevancia e impacto social de las Sociedades Gastronómicas y, por otra parte, se analizó el marco jurídico de regulación de las Sociedades Gastronómicas en materia de igualdad de trato y no discriminación por razón de sexo.

la fuerza de la tradición Los resultados reflejan que más de la mitad los 323 txokos excluye a las mujeres como socias. En Gipuzkoa, aunque el porcentaje las que restringen la admisión de socias es importante (45,8%), en la mayoría de ellas (54,2%), las mujeres son socias de pleno derecho. Mientras, la mayoría de sociedades gastronómicas de Bizkaia (79%) y de Araba (59,6%) limitan la participación de las mujeres en calidad de socias.

Una de las razones para la discriminación de las mujeres es la tradición, siempre ha sido así. La fuerza de este argumento se debe, entre otras razones, a que ésta se percibe como inocua e incuestionable, por eso se acepta sin cuestionamiento, "incluso por parte de las propias mujeres", tal y como explica la antropóloga Teresa del Valle.

Los datos relativos al tamaño de las sociedades gastronómicas (número de personas socias), y la política de admisión a las mismas, señalan que las franjas de 20-50 y 50-100 personas socias son las que aglutinan el mayor número de sociedades gastronómicas, el 68,7% y también son las que demuestran la tendencia a "no admitir" mujeres socias, el 75 y el 61,2%, respectivamente.

En el informe extraordinario elaborado por la Defensoría para la Igualdad se aprecia que aunque la mayoría de sociedades gastronómicas de la Comunidad Autónoma Vasca "no admite" a mujeres socias, la evolución de la última década es "alentadora", puesto que casi dos tercios (63%) de las sociedades creadas a partir del año 1998 sí admite a féminas socias.

El estudio antropológico pone de manifiesto que las restricciones de acceso a las mujeres a los txokos se sustentan en estereotipos creados para mantener un régimen jerarquizado, en este caso de género, explican desde la Defensoría de Igualdad. "Porque los txokos igualitarios han logrado demostrar que el cambio y la adaptación a nuevos contextos no conlleva a la desaparición de los mismos".

tres tipos de sociedades En el análisis de los Estatutos de las sociedades gastronómicas, se ha evidenciado que existen tres tipos de sociedades: las de carácter mixto y dos tipos de sociedades en función de su presunta discriminación por razón de sexo.

En este sentido, existen los txokos en los que "estatutariamente el ser varón es condición necesaria para la admisión y/o para la transmisión "inter vivos/mortis causa" de la condición de socio". Además, hay otros cuyos Estatutos no indican expresamente la admisión como socios a los hombres y mujeres, "se guarda silencio al respecto y se exige para el ingreso como socios requisitos formales, que pese a su apariencia neutra pueden llegar a ser un instrumento real de discriminación por razón de sexo", añaden desde la Defensoría

represalias Los socios de los txokos no avalan las candidaturas de las mujeres por convicción sobre el efecto beneficio de la exclusión de las mismas del entorno asociativo o por temor de estos socios a una ulterior expulsión de la sociedad como represalia por su apoyo a las mujeres.

La Defensoría de Igualdad advierte que ambas situaciones de exclusión "vulnerarían la Constitución, la Ley Orgánica 3/2007 y la Ley 4/2005, y se podrían encuadrar en tipos previstos en el Código Penal, como así lo han manifestado sentencias del Tribunal Supremo y del Constitucional". El informe señala que las sociedades gastronómicas, "como importantes dinamizadoras y protagonistas a nivel social y cultural, son un lugar de creación y perpetuación de redes de influencia y poder, así como un acceso a fuentes de prestigio". "Recrean y perpetúan una manera de entender las relaciones de género que implica una jerarquización sexual que resulta en detrimento de las mujeres y las sociedades gastronómicas que no permiten a las mujeres ser socias vulneran una serie de derechos", censura la Defensoría.