TUDELA. Javier Martínez Llort, el tudelano de 32 años que permanecía en coma tras recibir una paliza en el paseo del Queiles, ha fallecido esta madrugada en el Hospital de Navarra al no poder recuperarse de un grave traumatismo cranoencefálico, del que fue intervenido quirúrgicamente. Tras permanecer ingresado en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI), presentó evolución a muerte cerebral y finalmente ha perdido la vida.
Javier Martínez fue encontrado ayer por la Policía Municipal pasadas las 7.00 horas, en coma y tirado en el paseo del Queiles, a escasos metros de la plaza Nueva. El hallazgo tuvo lugar después de que un viandante diera el aviso de que había encontrado el cuerpo de un varón inconsciente junto al restaurante La Mafia. Una vez personados los agentes en el lugar y ante la gravedad de las heridas que presentaba el chico, sobre todo en la cabeza, fue trasladado al hospital Reina Sofía de Tudela desde donde se pidió un helicóptero que, a las 8.42 horas, lo llevó hasta el Hospital de Navarra donde ingresó con pronóstico "muy grave".
El suceso, que conmocionó a la capital ribera, está siendo investigado por la Policía Foral y se desconocen los detalles que provocaron la muerte de Javier Martínez, aunque los primeros indicios apuntan a una agresión en la que no se tiene constancia de si participaron una o más personas. De hecho, y pese a que todo ocurrió en pleno centro de la ciudad, en una zona muy transitada, abierta y rodeada de viviendas, nadie oyó ni vio nada hasta que apareció el cuerpo inconsciente.
Según ha podido saber este periódico, en la agresión pudo utilizarse un tablón de uno de los bancos del parque que habría sido arrancado y utilizado como arma para golpearle. Lo cierto es que todo lo que rodea al suceso se mantuvo ayer en completo secreto y desde Policía Foral sólo se transmitió que agentes de la Judicial "se encuentran recopilando hechos y reuniendo pruebas".
empleado de proinso Javier Martínez Llort tenía 32 años y era el segundo de tres hermanos. Trabajaba en la empresa de placas solares Proinso del grupo Opde, en la localidad ribera de Fustiñana, donde desempeñaba labores relacionadas con su carrera, Ingeniería Técnica Industrial, que cursó en Pamplona. Vecinos del inmueble en el que reside con su familia constataron que la madre (viuda) y el hermano mayor de la víctima viajaron a Pamplona nada más conocer la noticia.
"Era un chaval muy deportista, no tenemos ni idea de qué le ha podido pasar", comentaron.