Bilbao
Un post-it con la ruta de montaña escogida pegado en la nevera puede salvarte la vida. Lo mismo que un silbato o una cantimplora. Pero tan importante o más que el material con el que uno se equipa para alcanzar una cima es calibrar hasta dónde se es capaz de llegar. Hay que saber dar marcha atrás o incluso cancelar un plan. Antes de que sea demasiado tarde.
No se cansa de repetirlo. "Lo fundamental es conocer dónde tienes tu límite", subraya Javier Arechaga, miembro de la Federación Vizcaina de Montaña. Consciente de que "la gente se va muy alegremente al monte", repasa el itinerario que todos debieran recorrer antes de calzarse las botas. "Primero, infórmate, aprende, coge técnica suficiente y, después, no te metas donde no te tienes que meter. Valora el riesgo de la zona, del día climatológico y de tu día físico, porque tú no te levantas siempre igual. Todo eso lo tienes que tener en cuenta y, entonces, te pones la meta: Hasta aquí llego. Si te cambia el día a peor, corriges hacia abajo, y si mejora, te puedes permitir un poco más, pero esas decisiones las tienes que tomar sobre la marcha. No vale decir: Hay que hacer cima".
Aunque es aconsejable ir acompañado, no siempre es garantía de una mayor seguridad. "Yo puedo ir contigo, me pasa cualquier cosa e igual no eres capaz en ese momento de susto de dejarme solo y tener la sangre fría de volver a buscar ayuda", señala Arechaga, quien confiesa haber ido "muchas veces solo" al monte, pero tomando precauciones. "Cuando he ido solo siempre he buscado las rutas más seguras y transitadas, he dejado aviso de dónde voy y cómo... Es cuestión de organizarse bien", apunta.
En sus rutas y travesías, Arechaga ha visto "a gente tirar agua de la cantimplora para no llevar peso" y a otra que tuvo que ser rescatada por un helicóptero porque "cambió el tiempo y habían subido a más de 2.000 metros en camiseta, pantalón corto y zapatillas". Por eso insiste en que hay que vestirse con ropa y calzado adecuado y meter en la mochila, además de comida y bebida, "cualquier cosa que puedas necesitar porque allí no tienes un supermercado. No hay que cargar, pero sí llevar lo indispensable".
En su lista no faltan un botiquín, una manta térmica, una linterna y un mechero. "Hombre, si vas a subir a Artxanda o al Pagasarri a pasar la mañana lógicamente no hace falta todo eso, pero si te vas a pasar uno o dos días a Pirineos, por supuesto que lo tienes que llevar. Yo, por lo menos, recomiendo que la gente lo lleve, aunque pese", advierte Arechaga, convencido de que más de uno se tomará a broma sus consejos. "Habrá mucha gente que se parta de risa por mis comentarios porque considere que está por encima de todo esto, pero si uno los sigue y se salva, fabuloso".