BARCELONA. Ocho votos de diferencia abrieron ayer la puerta a prohibir los toros en Cataluña, en un Parlament muy dividido entre defensores y detractores de la fiesta nacional. En una votación secreta, y con libertad de voto de los dos partidos mayoritarios -CiU y PSC-, 59 diputados se mostraron a favor de rechazar la Iniciativa Legislativa Popular (ILP) que pide prohibir las corridas de toros -avalada por 180.000 firmas de catalanes- y 67 en contra.

Cinco diputados se abstuvieron y cuatro más no votaron, sobre un total de 135 escaños. La votación electrónica y secreta impidió conocer el voto de cada diputado, si bien ERC e ICV-EUiA se habían manifestado a favor de que la cámara debatiera la abolición, PP y Grupo Mixto defendieron lo contrario, y CiU y PSC dieron a sus parlamentarios libertad de voto.

PSC-CpC, PP y C"s presentaron enmiendas a la totalidad sobre la ILP, apoyada por 180.000 firmas, para de que el Parlament no aceptara debatir la abolición. A pesar de ello, se cumplieron los pronósticos y la cámara apostó por generar un debate durante los próximos meses, que implicará la participación de expertos de uno y otro signo antes de que se legisle sobre la materia, si bien la diferencia final del voto fue menor de la prevista.

Las posiciones favorables a las corridas estuvieron secundadas sobre todo por la idea de la "libertad" de los ciudadanos para elegir si quieren asistir a las corridas, bajo la premisa de que prohibirlas no sería justo. Los abolicionistas, en contra, se centraron en criticar la "tortura" y sufrimiento de un animal y el espectáculo "cruel" que le rodea.

El presidente de la plataforma en Defensa de la Fiesta, Luis Corrales, aseguró que "todavía queda mucho partido" para convencer a los diputados. Corrales restó importancia a la decisión del Parlament, aunque ha asegurado que el debate sobre el futuro de la fiesta taurina en Cataluña que ahora pasará a comisión -donde se estudiará si se elimina la "excepción" de los toros en la Ley de protección de los animales- nace "viciado de antemano".

Los defensores catalanes de la tauromaquia adelantaron que rechazarán realizar corridas a la portuguesa, en las que el toro no muere en la plaza, para satisfacer así el principal punto de conflicto con los abolicionistas y esperan poder convencer de su posición a los diputados del Parlament.

La abogada de la plataforma Prou! (¡Basta¡) explicó en rueda de prensa que ahora la ILP pasará a la comisión parlamentaria de Medio Ambiente, donde se discutirá la modificación de la ley de Protección de los Animales, que incluía una "excepción" para estos espectáculos de toros. Según la plataforma, esta iniciativa será votada en comisión previsiblemente en el mes de febrero, para que pase a pleno en mayo, un tiempo que, no obstante, es muy ajustado, ya que el periodo de sesiones finaliza en junio, y a la vuelta del verano, se convocarán las elecciones al Parlament.

Por su parte, el propietario de la Plaza Monumental de Barcelona, Pedro Balañá, opinó que la prohibición, si sale adelante, es "una limitación a la libertad de las personas que mantienen y sienten esta tradición". El torero Enrique Ponce señaló que la admisión es "un ataque político utilizando la "Fiesta" contra algo español". >agencias