Síguenos en redes sociales:

"Todo volverá a la normalidad cuando veamos a aita sentado en el sofá de casa"

tras la incredulidad inicial, las familias recibieron con alegría la noticia Agradecen a vecinos, allegados y a los medios de comunicación su apoyo y la labor que han llevado a cabo

"Todo volverá a la normalidad cuando veamos a aita sentado en el sofá de casa"Foto: jose sampedro

bilbao. Alivio y prudencia. Ayer, ante la confirmación en firme de que el Alakrana navegaba huyendo de la pesadilla, los familiares de los arrantzales liberados desplegaron su alegría, pero eso sí, expectantes y prudentes ante ese abrazo de reencuentro que aún no se ha producido. Y es que, después de 47 días sintiendo el miedo estrangulando el alma, no es fácil sacudirse las sombras para estallar en una felicidad abierta. Pero el atunero era libre. Eso ayer se convirtió en una evidencia, y a medida que transcurrían las horas menos reparo tenían las familias en ir liberando su alegría.

Argi Galbarriatu, hermana del capitán del atunero, y Olga Torre, mujer del maquinista, aseguraron ayer en rueda de prensa que estaban "muy contentos" pero que no se creían todavía que la liberación era una realidad. Galbarriatu recalcó que los arrantzales se sentían muy "aliviados" pero que no estaban "muy animados". "Están deseando llegar a puerto", subrayó.

Que estas Navidades van a ser muy "especiales" para estas familias lo dejó claro ayer Galbarriatu, que también recalcó que no tienen pensado hacerles un recibimiento especial, ya que los arrantzales "no tendrán muchas ganas". "Lo primero será acogerles en casa y darles cariño", afirmó Galbarriatu.

Ponerse guapa En Sestao, María Ángeles Jiménez, la mujer de Gaizka Iturbe, manifestó tras conocer la liberación del barco que era un día "superfeliz" no sólo para los 36 tripulantes sino también "para las miles de personas que han estado detrás". Con rostro relajado y risueño, y el teléfono entre sus manos, mostró ante los medios de comunicación agolpados a la puerta de su casa su deseo de poder hablar con su marido cuanto antes "para poder oírle en libertad". A pesar de que a medida que avanzaba la mañana era cada vez más fuerte el rumor que apuntaba hacia un final del secuestro, Jiménez aseguró que ella no se lo creyó hasta "un minuto antes" de la comparecencia de Zapatero. La empresa armadora, "como ha hecho todos los días", volvió a ponerse en contacto con ella, pero en esta ocasión para transmitirle buenas noticias: "No imaginaba que hoy pudiera ser el día de la liberación, pero nos han confirmado que era cierta toda la información que estaba saliendo por los medios".

Después de permanecer una semana en cama, abatida por los momentos tan duros que le ha tocado vivir, aseguró que tiene ganas de que Gaizka regrese a casa para vivir ese reencuentro "en privado". María Ángeles reconoció que le gustaría "ponerse guapa" para ese anhelado momento por la familia, pero matizó que tanto ella como su hija necesitan ahora "un poco de descanso".

Jiménez agradeció por último las muestras de solidaridad y cariño que han recibido durante estos días de incertidumbre y tuvo unas palabras especiales para los medios de comunicación por la labor realizada. "Os estaré eternamente agradecida y espero que nos volvamos a ver por la vida en otras circunstancias", concluyó.

pronto en casa No muy lejos de allí, en Santurtzi, Saioa y Eider no acertaban ayer a expresar con palabras la alegría que les embargaba tras conocer que su aita, Ángel Mari Diego Arrizabalaga, navegaba ya en libertad tras la resolución del secuestro del Alakrana. "Nos ha llamado directamente el armador para decirnos que estaban ya libres. En estos momentos estamos contentas y deseando verle pronto en casa", relataban a las puertas del portal de su domicilio santurtziarra.

Atrás empiezan a quedar ahora las horas de angustia, el infierno de la incertidumbre, los altibajos tras tantas jornadas de secuestro. "Esperamos que todo pueda volver pronto a la normalidad pero ese tiempo empezará cuando veamos a aita sentado en el sofá de casa", aseguraba Eider mientras una sonrisa nerviosa dibuja su joven rostro. "Han sido momentos muy duros los que hemos pasado pero no queremos olvidarnos de dar las gracias a todo los que nos han ayudado y especialmente a los vecinos de Santurtzi y a los medios de comunicación", apuntaban estas hermanas que no ven el momento de abrazar a su aita. Arriba en el domicilio familiar, su madre, Marisa "empieza a creerse" que pronto pasará la pesadilla. "Ahora mismo está contenta porque ya tiene la confirmación de que está libre", aseguraban las hijas.

En tierras gallegas, los sentimientos también se vivieron a flor de piel. Cristina Blach, la hija del patrón del Alakrana, afirmo tras hablar con su padre brevemente, que los miembros de la tripulación se sentían "aliviados" y "cansados" e intentando recuperarse del agobio que habían supuesto los 47 días de secuestro. Cristina Blach demandó un aumento de la seguridad de los barcos que faenan en el Índico para que esto no vuelva a suceder. "No se puede abandonar un océano porque los piratas lo decidan", recalcó. Por otra parte, aseguró que su padre ya tenía en mente la jubilación y no descartó la posibilidad de que éste abandone la profesión o que no vuelva a trabajar en esas aguas.

Por su parte, las esposas de los arrantzales Manuel Antonio Pérez y José Manuel Crujeiras manifestaron ayer que esperan que regresen a casa este fin de semana. Indicaron que éstos les transmitieron que se encontraban muy animados Pérez fue uno de los tres marineros llevados a tierra por los piratas, y a los que amenazaron de muerte, lo que provocó una gran tensión entre sus familiares.

"Le voy a comer a besos. Las palabras sobrarán", dijo ayer expresiva Silvia Albés, la esposa de Pablo Costas, uno de los tripulantes del Alakrana. En cambio, Albés también manifestó su tristeza porque este secuestro se ha prolongado hasta los 47 días.

En Huelva, la familia de Patxi Valadé, uno de los arrantzales del barco liberado, natural de Isla Cristina y residente en Ondarroa, no ocultaban su felicidad. "Nos alegramos muchísimo de la noticia", aseguraron, añadiendo que cuando regrese a casa "lo celebrarán por todo lo alto".