huesca. La segunda jornada del juicio por el asesinato del alcalde Fago, Miguel Grima, ha concluido tras prestar declaración 19 testigos, uno ellos el médico Iñaki Bidegain, quien afirmó que la persona que vio en el lugar del crimen, al parecer poco después de que se produjera, la noche del 12 de enero de 2007, no era el guarda forestal Santiago Mainar.
El médico, que tiene una segunda residencia en Fago, ha admitido que "siempre es posible una distorsión", pero que la persona que vio esa noche, en la carretera que une Majones con Fago, en el coche de Miguel Grima no era el guarda forestal, y ha insistido en que su percepción entonces fue "clara y definida".
Una voz "ronca, tomada por un catarro", al preguntar qué pasaba, le respondió que nada y que siguiera camino, relató ante el tribunal.
Era una persona alta, de 1,80 metros, delgada, con tez oscura, de cara alargada y rasgos redondeados, precisó este médico, quien insistió que no creía que fuera Mainar, aunque "no tenía la completa seguridad", ya que llevaba un frontal con una linterna, por lo que había una zona de la cara que no se veía bien.
El médico, quien ha rechazado que liderara el grupo de vecinos que se oponían a Grima, reconoció que en la reconstrucción de los hechos con la Guardia Civil y la autoridad judicial se dio cuenta de que era "imposible" reconocer a la persona con el frontal.
Para la mujer del alcalde asesinado, Celia Estalrich, que también prestó declaración, este médico, que es psiquiatra, era la persona que lideraba a los "enemigos de Miguel", con los que se reunía en su casa.
Celia Estalrich, que ha mantenido un escrupuloso silencio hasta ahora, declaró que hacía "todo lo posible" para que su marido dejara la alcaldía e irse a vivir a otro pueblo, ya que estaba muy deprimido como consecuencia de los problemas que tenía con algunos de los vecinos, desde que accedió al cargo tras ganar las elecciones de 2003, al frente de una lista del PP.