Bermeo. El Alakrana y el Elai Alai salieron de puerto el mismo día con apenas cuatro horas de diferencia. El destino estableció que el primero de ellos fuera secuestrado. Josu ha navegado con Iker Galbarriatu, el capitán del Alakrana, y fue éste último quien le comunicó que el Playa de Bakio había sido secuestrado.
¿Cómo ha sido la última campaña en aguas del Índico infestado
Ha sido muy duro. Tenemos el miedo metido en el cuerpo. Es algo difícil de explicar. Durante el día no sabes hacia dónde navegar porque los ataques piratas se producen en cualquier punto del Índico. Por la noche permanecemos con las luces apagadas. La tensión se hace insoportable. Cualquier novedad en el radar hace saltar todas las alarmas. A mí me gusta mi trabajo. Sin embargo, la vida en el atunero se ha convertido en una auténtica pesadilla. Es un sinvivir.
El Alakrana pertenece a la misma empresa que el AlakranaElai Alai
Me une una gran amistad con Iker Galbarriatu, el capitán del Alakrana. Navegamos juntos durante varias campañas a bordo del Elai Alai hasta que en junio pasado lo trasladaron al Alakrana. Coincidimos en Port Victoria y permanecimos juntos, con los barcos atracados durante toda la descarga. Cuando llegó el momento de salir a la mar, ellos zarparon cuatro o cinco horas antes que nosotros. En principio estaba previsto que navegáramos hacia la misma zona pero finalmente nosotros cambiamos de rumbo para comprobar una baliza. Pocas horas después nos enteramos de que el barco estaba siendo atacado. Fue un auténtico mazazo para todos. Le tocó al Alakrana pero podíamos haber sido cualquier otro atunero. Todos estamos metidos en el mismo bombo y el gordo le puede tocar a cualquiera.
Su hermano Mikel continúa pescando en el Océano Índico.
Ahora trabaja en el Albatun Dos, de bandera española y por tanto sin protección para hacer frente a los piratas. Estoy preocupado. Los seis días de secuestro del Playa de Bakio fueron un infierno pero finalmente fueron liberados. Desgraciadamente en el caso del Alakrana la cosa se ha complicado mucho. Esto no puede seguir así.
¿Cómo recuerda los días con su hermano secuestrado?
Fue realmente duro. Yo me encontraba en la mar a apenas cien millas de donde se produjo el asalto al barco de mi hermano. Sientes una impotencia terrible. Quieres hacer algo y no puedes. Por aquel entonces, Iker Galbarriatu, el capitán del Alakrana, estaba con nosotros y fue él quien me comunicó que habían secuestrado el Playa de Bakio. Al principio pensé que se trataba de una broma y le reproché que frivolizara con un tema tan serio. Desgraciadamente no era una broma. Ahora, es el propio Iker quien está en manos de los piratas somalíes junto a otros 35 compañeros.
Todo apunta a que antes de que finalice la semana llegarán a Seychelles las armas y los agentes privados que embarcarán los atuneros de bandera española.
Los hechos nos demuestran que los atuneros franceses no han tenido problemas con los piratas desde que embarcaron infantes de marina a bordo. Cuando alguna embarcación se les ha acercado, los soldados se han encargado de disuadir a los piratas. Sin embargo, los barcos con bandera española como nosotros resultamos una presa fácil para los agresores al no contar con hombres armados a bordo. Espero que a partir de ahora cambien las cosas.
El nivel de tensión ha llegado a tales niveles que resulta comprensible la decisión de aquellos arrantzales que han optado por abandonar la zona.
Insisto en que la presión es insoportable. Tengo la esperanza de que finalmente nos permitan embarcar militares. Lo que está claro es que esto no puede seguir así. En pleno siglo XXI es absolutamente inconcebible que grupos de piratas armados ataquen a cualquier barco que navegue por la zona occidental del océano Índico. El Gobierno tiene que hacer lo que sea para lograr la pronta liberación de los arrantzales secuestrados.