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"El secuestro de un barco en Somalia dura de media más de un mes, lo que fue lo del "Playa de Bakio"

De liberado a secuestrados, traslada "calma" a los familiares de los arrantzales retenidos desde hace 27 días en el "Alakrana". DEIA ha contactado en Etiopía con el fotógrafo gallego que corrió idéntica mala suerte hace un año y que se pone en las botas de los pescadores

"El secuestro de un barco en Somalia dura de media más de un mes, lo que fue lo del "Playa de Bakio"Foto: petterik wiggers/panos pictures

Bilbao. Desde su residencia en Etiopía, el fotógrafo gallego José Cendón revive los 40 días de secuestro que vivió junto a un colega, el periodista británico Colin Freeman, a manos de piratas de tierra somalíes. Se pone en la piel de los arrantzales retenidos desde hace 27 días en el atunero Alakrana, sus miedos, estados de ánimo, y lo hace días antes de la publicación de Billete de ida (a la venta el 11 de noviembre), un libro que, más allá de su relato en primera persona, se presenta como una peligrosa investigación sobre la realidad de Somalia y la del inframundo de la piratería que tantos titulares está dando.

¿Cómo vivió los 40 días de secuestro a manos de los piratas somalíes?

Con angustia. Sobre todo, por mi familia, porque nosotros sabíamos cómo estábamos, que estábamos relativamente bien, nos alimentaron y no nos maltrataron, pero muy apesadumbrado por ellos que, seguro, se esperaban lo peor. Eso fue lo peor del secuestro.

¿Imagina cuáles son los miedos y los estados de ánimo que pueden estar atravesando los arrantzales del "Alakrana"?

Creo que mi caso es diferente porque soy un periodista que llevo el riesgo implícito en mi trabajo. He ido varias veces a Somalia y he trabajado en muchos países en conflicto. Un marinero no está acostumbrado a este tipo de situaciones y, seguramente, sentirá más miedo. Miedo que luego se convierte en aburrimiento y en una espera que parece no tener fin. Como digo, estarán muy aburridos, pero, por lo que he podido ver, les han dejado hablar bastante con el exterior, hasta con medios de comunicación, y en español, que a nosotros no nos dejaron. Estarán viviendo una tensa espera más que ver peligrar sus vidas.

¿Cómo estará siendo el comportamiento de los piratas? ¿Hacen distinciones de color?

No creo que hagan muchas diferencias entre la tripulación. Eso sí, saben que el botín valioso son los blancos. No te hacen la cama, pero te traen comida. No interesan ni muertos, ni tan siquiera enfermos. La presión psicológica es el encierro, el no saber cuándo terminará y, como mucho, pueden hacer un simulacro de ejecución, posiblemente antes con un blanco que con cualquier otro, pero es parte del miedo que quieren infundir.

¿Informan de cómo discurre el secuestro? ¿Se presiente el momento de la liberación cuando se acerca?

En nuestro caso, lo sabíamos porque nos lo dijeron. Pero depende de quién te secuestre y de dónde lo hagan. Ha habido gente que se ha llevado la sorpresa en el momento y otros, como nosotros, que estábamos al tanto desde la víspera.

¿Cómo se produce la liberación sobre la cubierta?

En nuestro caso, llegaron cincuenta tipos armados hasta los dientes y esta fue la confirmación de que nos liberaban.

¿Podría lanzar un mensaje tranquilizador a las familias?

Que piensen que su interés primordial es no hacerles absolutamente nada porque, de lo contrario, pierden el dinero. Que se remitan a los datos que dan cuenta de que, prácticamente, todos los secuestros han acabado bien. Creo que el que más ha tardado ha sido nueve meses y otros, como el de Playa de Bakio, se zanjan en una semana.

La liberación se demora. ¿O los 27 días que acumula el atunero bermeano entran dentro del plazo estimado?

Lo anormal fueron los siete días del Playa de Bakio. Un barco tiene de media de secuestro un mes o algo más de un mes. Claro que puede complicarse y alargarse. La cuestión es llegar a un acuerdo económico y se acabó la historia.

Usted alabó mucho la labor del embajador en Kenia para acabar con su secuestro y también está mediando en el del "Alakrana".

Confío mucho en su buen hacer. Tuvo un papel fundamental, sobre todo, al término de nuestro secuestro. Conoce muy bien la idiosincrasia de los somalíes, sabe cómo hay que hablarles y es muy importante saber con quién estás tratando, porque no es lo mismo negociar en Somalia que en Irak. Tiene términos prácticos para poner en libertad.

Quizá entendiendo la realidad que se vive en Somalia...

Durante dos décadas, los países occidentales y asiáticos han estado esquilmando la aguas somalíes, pescando ilegalmente y arrojando residuos tóxicos. Hay pruebas de ello. Incluso, documentación que lo relaciona con muertes y malformaciones en la población local somalí. Que se pesca ilegalmente en aguas de Somalia o de muy cerca es una verdad como un templo, con lo que los piratas tienen la excusa perfecta para secuestrar estos barcos. Sinceramente, a día de hoy, asaltan cualquier barco, ya sea de pesca o humanitario. Han visto que es buen negocio y, además, tienen esa buena coartada para aducirla como excusa. Y el problema es que tienen razón. Otro gran problema es que los gobiernos occidentales no les despojan de su excusa multando la pesca ilegal o los vertidos tóxicos.

Tras las "negligencias" cometidas por los gobiernos español y vasco que denuncian los arrantzales y los políticos, la presión ha agilizado la adopción de medidas y, finalmente, Defensa autorizó la contratación de seguridad privada con armamento militar a bordo. ¿Qué opina?

Me parece que es lo único que se puede hacer en cierto modo y, al mismo tiempo, peligroso porque muchos de estos barcos se pueden aprovechar de esta seguridad privada para pescar donde les dé la gana, en cualquier caladero, y no me extrañaría que lo hicieran.

Su secuestro fue fruto de un compinchamiento a gran escala.

De primeras, los intérpretes somalíes que llevábamos con nosotros fueron quienes lo organizaron todo, aunque estaban implicadas más personas, como nuestros ayudante y traductor allí. Pero no se queda aquí. El último día, el día en el que nos íbamos, nos cambiaron nuestros guardaespaldas por otros, que luego fueron los que nos secuestraron. Sólo el ministro de Seguridad podía haber dado esta orden de cambio de guardaespaldas de última hora.

¿Los "soldados de fortuna" evadirán de todo posible complot?

No porque estos soldados de fortuna son occidentales. Los somalíes son una sociedad de clanes muy cerrada; confían los unos en los otros, pero en nadie más que en ellos. Nunca van a estar compinchados con otros países porque no confían en nadie y entre ellos tampoco al 100%.

¿Qué está haciendo el Gobierno somalí para frenar esta mafia?

El Gobierno está compinchado. Los clanes son los que mandan en Somalia, con lo que los presidentes, los ministros... pertenecen a un clan y cuatro de estos clanes que están secuestrando los barcos son los mismos clanes a los que pertenecen estos políticos. Hay un montón de dinero de por medio y ellos no van a hacer nada. Y no es que no vayan a hacer nada, sino que van a colaborar.

¿No caben esperar soluciones?

El Gobierno somalí no va a hacer absolutamente nada contra la piratería. Los únicos que hicieron algo fueron los islamistas en 2006. Y no sólo hicieron algo, sino que acabaron con ella y fueron expulsados por los etíopes que estaban apoyados por los norteamericanos y la piratería volvió a aguas somalíes. La piratería es una de las consecuencias de lo que está ocurriendo en Somalia. Son 18 años de guerra en los que no se ponen de acuerdo en nada, antagónicos, peleando entre sí, con la comunidad internacional siempre empeorando las cosas... Por primera vez en 17 años, hubo un periodo de paz de seis meses que nunca antes se había conseguido.