madrid. La Audiencia Provincial de Madrid condenó ayer al soldado Josué Estébanez a 26 años de cárcel por la muerte en 2007 del joven antifascista Carlos Palomino en un vagón de Metro de la estación de Legazpi de Madrid, al considerarle autor del asesinato con la agravante de "discriminación ideológica".

La sentencia, hecha pública ayer, impone a Estébanez 19 años de prisión por el asesinato de Carlos Javier Palomino y siete años más por un delito de homicidio en grado de tentativa por la agresión a otro joven que intentó quitarle la navaja con la que apuñaló a la víctima.

"Las extremas discrepancias de pensamiento constituyeron el móvil que guió la agresión de Josué contra Carlos Javier", explica la sentencia para aplicar la agravante de discriminación ideológica, solicitada por la Fiscalía y las acusaciones, y recogida en el Código Penal para delitos cometidos por motivos de raza, ideología o religión, entre otros.

Se trata de la primera vez que un tribunal madrileño ha reconocido como agravante el "odio ideológico", según señaló el presidente de la asociación Movimiento contra la Intolerancia, Esteban Ibarra, que mostró su satisfacción por la condena porque, dice, "va a generar una pedagogía social de prevención de la violencia", ya que "lanza un mensaje inequívoco para todos los que la perpetran".

Por su parte, el abogado de la familia del fallecido, Erlantz Ibarrondo, que pedía para Estébanez una pena de 37 años de cárcel, se ha mostrado "moderadamente satisfecho" ya que "se reconoce la agravante de odio ideológico, que era lo que considerábamos más importante".

La madre de Carlos Palomino, María Victoria Muñoz, consideró como una "buena sentencia". "Me tengo que dar por contenta, no quiero recurrir", apuntó. Con este fallo, la madre del joven consideró que ha "cerrado un ciclo" de la historia de su hijo y ha conseguido "cumplir la promesa" que le hizo en su momento de darle "Justicia".