EN un mundo cada vez más globalizado y fuertemente condicionado por los conflictos internacionales, las alianzas entre países se presentan fundamentales para el desarrollo económico, político y social. El escenario mundial está marcado por la ausencia de certezas y seguridades, especialmente, tras la invasión de Ucrania, la guerra entre Hamás e Israel y las sequías e inundaciones que asolan al planeta.

En definitiva, Euskadi vive en un mundo donde la crisis es una constante y adaptarse a los cambios, una necesidad, más aún en materia energética y social. De este modo, tras las elecciones del 21 de abril, la sociedad vasca seguirá teniendo su futuro supeditado a los debates y decisiones que se adopten en Bruselas. Por este motivo, el principal reto en el marco comunitario reside en la creación de una macrorregión atlántica que defienda los intereses de Euskadi en el seno de la Unión Europea.

Una propuesta de gran importancia e impulsada desde el Gobierno vasco que, junto con otras regiones del Arco Atlántico, lucha por evitar la pérdida de su peso político, económico y cultural en la nueva Europa que se está conformando. Cabe destacar que este proyecto en ciernes cuenta con algunos antecedentes: las cuatro macrorregiones correspondientes a la región báltica, la del Danubio, la alpina y la adriática-jónica. Con el impulso de este nuevo marco se pretende consolidar el peso del eje Atlántico en una UE donde la influencia de los países de la zona oriental es cada vez mayor.

Esta alianza permitiría a Euskadi avanzar, particularmente, en términos de conexiones ferroviarias y eléctricas, en el impulso del corredor del hidrógeno, en políticas a favor del cambio climático y de transición ecológica y, en última instancia, ayudaría a estrechar los lazos culturales y sociales con el resto de regiones, estados y nacionalidades del Arco Atlántico. Esta macrorregión daría alas a una Euskadi más global, pero con voz y capacidad propia en el ámbito internacional, otorgándole una nueva posición desde la que promover mayor bienestar, mejor calidad de vida y una voz propia en beneficio de los intereses de la sociedad vasca.

Hidrógeno

En lo que respecta al sector energético, la incipiente actividad de administración, empresas y centros tecnológicos vascos en el desarrollo de la industria del hidrógeno verde recibió un fuerte espaldarazo durante la celebración de un evento sobre esta nueva fuente de energía. El Bilbao Exhibition Center acogió, a principios de marzo, la Conferencia Europea del Hidrógeno donde se destacó el papel que está jugando Euskadi en la consecución de uno de los principales retos climáticos: la descarbonización.

Los cimientos de esta se asientan, actualmente, en iniciativas como el Corredor Vasco del Hidrógeno y los movimientos que está realizando el tejido productivo. En cuanto al empleo del hidrógeno verde, sin embargo, la mayor dificultad recae en la industria y el transporte, dos sectores en los que la descarbonización se presenta tan difícil como clave para alcanzar los objetivos de emisiones. No obstante, en términos generales, el desarrollo del hidrógeno se percibe como espacio de oportunidades al servir de palanca para la transición energética y redundar en favor de la autonomía energética de la Unión Europea, hasta ahora altamente dependiente de los suministros de terceros países.

La guerra en Ucrania, sin ir más lejos, ha evidenciado la necesidad de contar con recursos propios en un mundo cada vez más inestable. También debe señalarse que este ámbito energético es considerado una pieza clave para “el futuro de la neutralidad climática de Europa”, según remarcó en aquel encuentro el comisario europeo de Acción por el Clima, Wopke Hoestra. Una línea de actuación en la que se está trabajando intensamente desde Euskadi, aunque con obstáculos en el camino. El más evidente guarda relación con el sector industrial vasco y la necesidad de disponer de acceso a una red de suministro eléctrico que facilite su desarrollo y competitividad, además del mencionado proceso de descarbonización. En resumen, debe dotarse de un acceso eléctrico a las industrias de Araba, Gipuzkoa y Bizkaia, bien para incrementar potencias en sus instalaciones o bien para desarrollar estrategias de descarbonización en sus procesos productivos mediante su electrificación.

La agenda europea desarrollada hasta la fecha ha estado centrada, a su vez, en poner en valor el papel y el peso de Euskadi en Europa. El lehendakari Urkullu ha reivindicado en sus estancias en Bruselas la necesidad de que la CAV tenga voz y voto en los órganos europeos, además de haber impulsado personalmente la puesta en marcha de la macrorregión atlántica. Ambas iniciativas están ligadas a que los territorios del oeste no pierdan influencia en el reparto de inversiones energéticas ni ferroviarias. Para ello, Urkullu articuló y remitió a la Comisión Europea una propuesta en la que pidió dar forma al protocolo que permita a las regiones y nacionalidades constitucionales tener voz y voto en el marco europeo.

Durante sus viajes a la capital belga, el lehendakari también ha trasladado ante el pleno de la Comisión la demanda de oficialidad del euskera. Una reclamación que ha coincidido con la petición de que el euskera, el catalán y el gallego sean lenguas oficiales y de funcionamiento en el Parlamento europeo. Pese a que el debate se encuentra sobre la mesa, el Consejo ha cuestionado la conveniencia de dar luz verde a la solicitud.

Por último, merece especial mención el pacto migratorio, uno de los asuntos más divisorios de la última década en la UE. La Eurocámara avaló hace una semana el acuerdo por el que se permite a los países pagar una cuantía económica a cambio de poder rechazar refugiados. El Pacto sobre Migración y Asilo choca frontalmente con el modelo vasco vigente, ya que endurece las condiciones de acogida y asilo entre los países miembro.

Las claves

Voz propia y toma de decisiones. Euskadi lidera la ‘Iniciativa de Regiones europeas con competencias legislativas’ para garantizar la participación de los territorios con competencias legislativas en la toma de decisiones del club comunitario. El caucus por la autodeterminación, del que forma parte PNV, EH Bildu, ERC, Junts y el Sinn Féin, quiere regular las condiciones para poder ejercer este derecho en la UE.

Oficialidad del euskera uso de lenguas cooficiales. El presidente español introdujo en la agenda el uso de las lenguas cooficiales, pero la petición se topó con objeciones económicas. Bélgica ha asumido la presidencia de turno y el debate ha pasado a abordarse a nivel técnico y el presidente del Consejo Charles Michel se presenta a los comicios europeos, lo que añade incertidumbre a su implicación personal.

Macrorregión preservar las inversiones. Sánchez no llegó a elevar a la Comisión Europea la petición para la creación de la macrorregión atlántica, pese a ser la salvaguarda para que comunidades como la vasca no pierdan influencia. Mientras tanto, la balanza europea se inclina hacia el este por Ucrania.