"Aquí no hay mítines, pero tampoco los necesitamos”, aseguran los vecinos de Lanestosa, el pueblo más pequeño de Bizkaia, con 1,31 kilómetros cuadrados de extensión. Si las elecciones municipales tienen en sí mismas un carácter más cercano que las forales, las autonómicas y las generales, hay municipios en los que este rasgo se acrecienta aún más, llegando incluso, en ocasiones, a que el candidato o candidata haga sombra a las siglas. Es el caso de Lanestosa, un pueblo vizcaino ubicado en el extremo más occidental del Señorío de Bizkaia, dentro de la comarca de Enkarterri que limita al Norte con Ramales de la Victoria en Cantabria, al Este con el valle vizcaino de Karrantza, al Oeste con el Valle de Soba de Cantabria y al Sur también con Soba y Karrantza.

Aquí sin haber mítines electorales los vecinos sienten a los políticos más cerca que en aquellos municipios en los que las actividades electorales multitudinarias son el pan de cada día durante la campaña. Y es que en Lanestosa los vecinos y vecinas desayunan en el mismo bar que el alcalde, compran en la misma tienda y el teléfono de los candidatos no es difícil de encontrar entre los contactos de los móviles de todo aquel que vive allí.

A pesar de la cercanía y el roce diario entre los candidatos y los vecinos, “la convivencia es muy sencilla porque el que es contrario de tu partido es mismamente tu primo”, asegura Paco Izquierdo, que regenta el ultramarinos del pueblo. Sobre la figura del candidato, Izquierdo señala que en Lanestosa se le percibe diferente a lo que se está acostumbrado en los municipios más grandes ya que “aquí el que se presenta es o tu amigo, o un vecino o incluso directamente un familiar”.

En cuanto a la campaña electoral, que empezó el pasado día 12 de mayo a las 00.00 horas, en Lanestosa prácticamente no la viven, pero aseguran que tampoco echan de menos que las diferentes formaciones políticas se acerquen al pueblo a pedir el voto. “Aquí no necesitamos mítines”, afirman los vecinos. Las ideas políticas, las propuestas electorales y las promesas de campaña son importantes, pero no lo más importante para los vecinos. “Aquí todo es más próximo, más personal, no necesitamos que con un micrófono los candidatos se pongan a contar lo que quieren para Lanestosa porque ya les conocemos”, relata Carlos Alonso, presidente de la Federación Vizcaina de Judo y vecino del municipio. Alonso relata, en una mañana en la que los vecinos en el pueblo se cuentan con los dedos de una mano, que la escasez de vecinos durante el día es normal: “al igual que yo, la mayor parte de la gente trabaja y hace vida en Bilbao o en otros municipios, aquí venimos para despertarnos y dormir con la paz y el silencio”.

Raúl Chávez frente a las antiguas escuelas donde se acude a votar. Oskar González

Tan pocos son los vecinos de Lanestosa, 286 censados pero 170 los que viven allí, que para las elecciones fue complicado cerrar alguna de las listas. “Hay quien no tiene suplentes”, señalan en el pueblo. Siete son los concejales que están en juego el próximo 28 de mayo y son Belén Fernández por el PNV, Alberto Vázquez por el PSE, Irene Doña por el PP y Pedro Pérez por Lanestosa Zurekin quienes luchan por la alcaldía.

Los candidatos, tanto del PNV como de Lanestosa Zurekin son vecinos del pueblo a los que todos conocen, sin embargo, “los que se presentan por el PSE y el PP no tenemos ni idea de quien son, será gente que han traído desde Madrid”, cuentan. Sin embargo, las siglas detrás de los candidatos no pesan tanto como en otros municipios ya que “aquí lo importante es la persona, las ideas también lo son, pero pesa más cómo sea la persona”.

El PNV hizo la presentación oficial de la candidata Belén Fernández el pasado 22 de abril, y aquel evento “sí que trajo mucha gente al pueblo”. Sin embargo, una vez pasada la presentación, la campaña se desarrolla con la entrega de papeletas en los buzones de las casas.

A CUENTAGOTAS

El 28M los nestosanos y nestosanas tendrán que acudir a las antiguas escuelas a votar, donde acuden “a cuentagotas”, relata Raúl Chávez. A diferencia de los municipios más grandes, el lugar de votación es un espacio que ahora se destina para las actividades del pueblo, ya sean talleres para los jóvenes o lugar de reunión para los más mayores. Así mismo, el ambiente en las votaciones dista mucho al de los pueblos más grandes: ni esperas ni problemas para identificarte. “Aquí cuando se vota no hay colas, se viene de forma muy espaciada, cada hora puede venir un puñado, pero no se junta mucha gente al mismo tiempo y los que nos juntamos, nos conocemos entre todos”, cuenta este vecino que llegó de Bolivia a Lanestosa hace ya 19 años.

Durante los 15 días que dura la campaña electoral, los nestosanos y nestosanas continuarán sus vidas como hasta ahora, sin actos multitudinarios con promesas y propuestas como sí están habituados otros municipios. Lo único que cambiará es la correspondencia que reciban en su buzón, donde las papeletas para votar empezarán a asomar entre cartas y recibos.

¿DÓNDE ESTÁ?

  • Limítrofe. Limita al Norte con Ramales de la Victoria (Cantabria), al Este con el valle vizcaino de Karrantza, al Oeste con el Valle de Soba (Cantabria) y al Sur también con Soba y Karrantza.
  • Enkarterri. Se encuentra ubicada en el extremo más occidental del Señorío de Bizkaia, dentro de la comarca de Enkarterri.
  • Situación privilegiada. Goza de una situación privilegiada al quedar enclavada en un entorno natural marcado por un estrecho valle dominado por fuentes pendientes que descienden de las cumbres de Sierra Lobera y la Peña del Moro.

EN CIFRAS

  • 1,31 kilómetros cuadrados. La Villa de Lanestosa es el municipio de menor extensión de Bizkaia ocupando apenas 1,31 kilómetros cuadrados.
  • 286 personas censadas. Tan pocos son los vecinos de Lanestosa, 286 censados pero 170 los que viven allí, que para las elecciones fue complicado cerrar alguna de las listas.