El Parlamento Vasco ha cerrado filas para respaldar la labor de la Ertzaintza y las policías municipales en plena pandemia, y ante la difícil papeleta que supone actuar para disolver los botellones y las concentraciones que incumplen la normativa. La Cámara ha condenado también los ataques sufridos por los agentes al disolver estas agrupaciones. En el pleno de este jueves se ha aprobado una proposición no de ley transaccionada por PNV, PSE y PP+C's que muestra su "más rotunda condena a los actos de violencia y enfrentamiento con la Policía", que ponen en evidencia "actitudes insolidarias e incívicas de determinadas personas que perturban la convivencia" e incumplen la normativa sanitaria. En un segundo punto, se exhibe el "apoyo y respaldo a la Policía del País Vasco" a la hora de hacer cumplir la normativa sanitaria.

La iniciativa se ha aprobado con el desmarque de EH Bildu, que ha votado en contra, y la abstención de Elkarrekin Podemos-IU, que compartía todos los puntos pero quería añadir una tercera alusión al modelo de ocio. La ultraderecha de Vox, entre críticas al Gobierno vasco, sí ha querido dar su voto a favor para escenificar el apoyo a las policías. En el caso de EH Bildu, Julen Arzuaga ha querido matizar que su coalición "rechaza con total firmeza cualquier agresión y actos vandálicos, que no tienen ninguna justificación", aunque se ha negado nuevamente a utilizar la palabra "condena". No obstante, ha evitado al mismo tiempo respaldar este texto con el argumento de que no quería dar un "cheque en blanco" a la actuación policial, y ha sembrado la duda sobre la proporcionalidad de su actuación en algunos casos.

Preguntó si cabe plantearse como hipótesis que haya jóvenes solidarios en esas concentraciones que merezcan su aplauso, y haya ertzainas que merezcan una "reprobación", lo que desde otras bancadas se vivió como una demostración de las resistencias de la izquierda abertzale a respaldar la tarea de la Ertzaintza tras décadas de animadversión. Elkarrekin Podemos-IU, por su parte, había planteado una enmienda para debatir el modelo de ocio. La iniciativa aprobada, sin embargo, se centra en respaldar a la Ertzaintza y condenar los altercados con la intención de realizar un pronunciamiento claro y nítido sin desviar la atención hacia otros debates o hacia tesis que se puedan interpretar como una justificación de lo sucedido.

EL TEXTO NO SEÑALA A LA IZQUIERDA ABERTZALE

La proposición no de ley era de mínimos, pero no solo porque no incluyera estos argumentos, sino que tampoco situaba una mano negra de la izquierda abertzale detrás de los altercados, y habla de "determinadas personas", sin adscripción o intencionalidad política. El PP, en este caso, ha cedido con este punto aunque en su discurso Carmelo Barrio ha señalado directamente a la izquierda abertzale. Además, la proposición no de ley inicial era suya, pero la transaccionó con PNV y PSE y se eliminaron coletillas referentes a que el Gobierno vasco debe hacer cumplir la ley.

PROPORCIONALIDAD DE LA ERTZAINTZA

Desde Elkarrekin Podemos-IU, se quería incorporar la alusión al modelo de ocio, y también acotar las actuaciones policiales al criterio de la proporcionalidad y la idoneidad, si bien no le tembló el pulso en su enmienda para compartir el “respaldo” a las policías. Iñigo Martínez dijo “rechazar y condenar las actitudes insolidarias, los altercados y las agresiones a agentes de la Policía”, más si su trabajo “lo realizan con criterios de proporcionalidad”. A partir de ahí, defendió que la Ertzaintza no debe dar órdenes de “tirar a dar” como dice que se hizo en Donostia, y criticó el “punitivismo populista” en Bilbao para sancionar los macrobotellones. Además, negó la intencionalidad política de estos actos, que sí vio Barrio asegurando que esto no es cosa de pandilleros, sino que se ve la “marca del odio al representante de la autoridad” que sería el sello de la izquierda abetzale.

Desde el PNV, Jon Andoni Atutxa apeló al esfuerzo colectivo ante este problema complejo, sin señalar a la izquierda abertzale. El socialista Txarli Prieto denunció los intentos de escaparse de la condena con otros debates o aplicando atenuantes, y vio “provocadores profesionales” en estos actos, en alusión implícita a los jóvenes que acudían con petardos y con herramientas para levantar las tapas de las alcantarillas.