María Chivite afronta con optimismo el nuevo curso político. Adelanta que la mejora de la situación epidemiológica va a permitir “flexibilizar” las medidas de restricción y movilidad, y encara su tercer año como presidenta del Gobierno foral con la expectativa de los fondos europeos y la negociación de los Presupuestos a la vuelta de esquina. Aboga por consolidar la actual coalición con PSN, Geroa Bai y Podemos, que, según afirma, “está funcionando muy bien”.¿Cuándo se podrá recuperar la normalidad?

—Sé que ha sido año y medio muy duro, con muchas restricciones, y la perspectiva es a mejor. Pero no voy a generar falsas expectativas. El objetivo ahora es ampliar el número de personas vacunadas para recuperar esa normalidad lo antes posible.

¿Las restricciones en Nafarroa han estado siempre justificadas?

—Sí, salvo alguna cuestión puntual, el TSJN ha venido avalando todas las decisiones del Gobierno.

¿Comprende el malestar que siente una parte de la juventud?

—Es cierto que ha habido un señalamiento mediático hacia los jóvenes. Y no creo que sea justo, porque han aceptado sin rechistar ser los últimos en el calendario de vacunación y han hecho un ejercicio de solidaridad intergeneracional muy importante.

En cierto modo los ha señalado el propio Gobierno, que justificó el toque de queda por los botellones.

—El Gobierno navarro siempre ha enfocado las situaciones donde había riesgo para la salud. En unos momentos ha estado en unos lugares, y este verano estaba donde estaba.

¿Le preocupa el desgaste que suponga la pandemia para su Gobierno?

—Gobernar supone tomar decisiones. Es nuestra responsabilidad. Sé que muchas de las que hemos tomado no han gustado en algunos sectores. A mí tampoco me ha gustado tener que tomar algunas. Lo hemos hecho siempre con criterio técnico, poniendo siempre por delante el interés general, aunque no hayan sido populares. La prioridad siempre ha sido proteger a las personas más vulnerables.

¿Ha tenido muchas presiones del sector económico?

—Muchas. Son entendibles porque algunos sectores han sufrido mucho y lo único que querían era trabajar.

¿Cómo interpreta los incidentes que vemos en la calle?

—Los actos de violencia son siempre rechazables, vengan de donde vengan. Lo que me preocupa es que un colectivo muy pequeño reivindique la libertad de emborracharse. Comparto que se reclamen mejoras sociales, mejores servicios, más oportunidades, un futuro mejor. Pero libertad no puede ser solo poder salir a emborracharse.

¿Le ha molestado que durante la pandemia reiteradamente se comparara a Nafarroa con Madrid?

—No, tenía la tranquilidad de saber que nuestra apuesta por la detección, la prevención y el control era acertada. Es verdad que Navarra ha tenido muchos casos positivos por habitante. Pero no era eso lo que más nos preocupaba. Nuestra prioridad ha sido la ocupación hospitalaria. La comparación no era una foto real, ya que no todas las comunidades han hecho el mismo número de pruebas.

¿Está satisfecha entonces con la gestión de Gobierno de Navarra?

—Soy bastante inconformista, y sé que todo puede ser mejorable. Quizá alguna cosa hubiéramos hecho diferente. Pero no teníamos el conocimiento del virus que tenemos ahora. Así que me siento razonablemente satisfecha.

¿Cómo valora la experiencia de estos dos años de su Gobierno de coalición con Geroa Bai y Podemos?

—El modelo de gobernanza está siendo muy positivo. Hemos tenido diferencias, pero nos hemos sabido poner de acuerdo. Esa ha sido nuestra prioridad, así que puedo decir que la experiencia es muy positiva. Nos quedan dos años para finalizar muchos de los hitos que nos hemos marcado.

¿Es coyuntural o de largo plazo?

—Por mi parte es una apuesta de largo plazo, sin duda. Creo que está funcionando muy bien, y más allá de cuestiones puntuales, lógicas en cualquier grupo de trabajo, estamos sacando muchísimas cosas adelante. Sinceramente, creo que este modelo ha venido para quedarse.

¿El peso político del Ejecutivo está descompensado a favor del PSN?

—No comparto esa reflexión. Es verdad que en esta primera parte de la legislatura el interés mediático ha estado más en ciertos ámbitos. Pero hay carteras estratégicas que no gestiona el PSN y que van a tener gran protagonismo en esta segunda parte de la legislatura, como Desarrollo Económico o todo lo relacionado con el pacto verde y el cambio climático.

¿Le preocupa que la tensión interna pueda ir creciendo conforme se acerque la fecha electoral?

—Por mi parte no va a ser. Hasta ahora no hemos tenido ningún problema de protagonismo, y espero que tampoco lo haya en el futuro. La acción del Gobierno hay que valorarla en su totalidad, y no por quién dirige o capitaliza determinadas actuaciones que, al final, siempre están acordadas.

No es el caso del decreto que regula el acceso a la Función Pública.

—Está en proceso de elaboración. En cualquier caso, espero que al final sepamos poner el acento en las cosas en las que estamos de acuerdo, que son mayoritarias, y no tanto en las que no estamos de acuerdo.

¿Por qué el PSN rechaza que se valore el euskera donde se puntúa el alemán o el francés?

—Ya veremos cómo queda el decreto. Debemos entender que esta es una cuestión sensible para todos y que la debemos afrontar desde el respeto a la realidad lingüística. El avance del euskera tiene que venir desde el convencimiento, no desde la imposición.

¿Los dos acuerdos presupuestarios con EH Bildu allanan el camino para un nuevo pacto en 2022?

—Como en los dos años anteriores, el Gobierno tenderá la mano a las dos fuerzas que forman parte de la oposición. Evidentemente, hasta ahora no todas han respondido igual. Y nosotros acordamos con quien quiere y pone propuestas encima de la mesa.

Navarra Suma dice que son ustedes quienes no quieren pactar.

—La propuesta de acuerdo de Navarra Suma nunca ha sido sincera. Nunca puso propuestas concretas en la mesa. Seis años después de dejar el Gobierno no se ha sabido situar en la nueva realidad que vive en nuestra comunidad. Siguen hablando del pasado. Están instalados en el no por el no, en la hipérbole continua y en la confrontación. La obligación del Gobierno en cualquier caso es seguir con la mano tendida, como siempre ha hecho. Por nosotros no va a ser.

¿Se ve compartiendo Gobierno con EH Bildu a medio plazo?

—No. Una cosa es llegar a acuerdos sobre temas concretos y otra llegar a un acuerdo de Gobierno. Son cosas diferentes. EH Bildu tiene que hacer todavía una trayectoria ética que no ha hecho, y sería deseable que la hiciera. No se puede aplaudir públicamente a un asesino. En ese sentido, nuestra posición es clara.

¿Qué perspectivas económicas manejan para el próximo año?

—Dependerá de la evolución del virus, pero las vacunaciones están permitiendo la reactivación de nuestra economía, y las perspectivas son buenas. Tanto a nivel de recaudación, como de afiliación a la Seguridad Social, o de producción industrial, tenemos datos que nos indican que ya estamos en el inicio de la recuperación.

¿Habrá muchos cambios en el Presupuesto de 2022?

—Estamos pendientes de la elaboración del techo de gasto, pero posiblemente crezca. Dependerá de cómo termine la recaudación y de la estimación de déficit que acordemos con el Gobierno de España.

¿Habrá reforma fiscal?

—Veremos qué margen hay. Pero tengo muy claro que no voy a entrar en el debate de bajar impuestos al modelo Ayuso, porque no tiene nada que ver la calidad de los servicios públicos que hay en Madrid con los que tenemos en Navarra. Si queremos una excelencia en los servicios públicos, hay que pagar impuestos.

Sin embargo, rechazan revisar el Impuesto de Sociedades

—Lo que hemos dicho es que no nos parece lógico subir determinados impuestos cuando todavía tenemos en marcha convocatorias de ayudas para las empresas. Hay en cualquier caso un grupo de expertos que está haciendo una reflexión en torno a las desgravaciones y beneficios fiscales.

¿Es partidaria de homogeneizar algunos impuestos a nivel estatal?

—Me parece un debate razonable, que en cierto modo también han planteado Joe Biden y la Unión Europea. Así que no lo veo mal. Siempre y cuando se respete nuestra autonomía fiscal.

¿Qué espera de los fondos europeos?

—Creo que pueden suponer una gran oportunidad, tanto para la propia Administración que va a recibir fondos directamente, como para las empresas navarras, que también se van a poder presentar a las convocatorias que sacarán los ministerios.

¿Saben ya cuánto dinero va a recibir Nafarroa de Europa?

—No, porque no todos los ministerios avanzan al mismo ritmo, y porque no todos los fondos los gestiona la Administración foral.

¿Habrá financiación para el TAV?

—Con el TAV heredamos un proyecto al que no se le había dado todo el impulso debido. Este año hemos recibido 63 millones de inversión de los Presupuestos del Estado y ya se ha aprobado que el tramo navarro forme parte de los grandes corredores europeos, por lo que va a ser susceptible de financiación europea, que puede ser de en torno a 100 millones.

¿Habrá pronto un acuerdo sobre el Convenio Económico?

—Esperemos que este mes. En lo que se refiere a los nuevos impuestos y el déficit seguro, pero tenemos que ver cómo queda reflejado el tema de las transferencias. Es posible que lo relativo al coste de la gestión exclusiva de Tráfico quede para el año que viene.

¿Siente que su futuro como presidenta está ligado al de Sánchez?

—Cuando al PSOE le va bien, al PSN también. Pero el PSN y el Gobierno de Navarra tienen su propio camino.

¿Qué espera del congreso del PSN, que se celebra en octubre?

—Que sea tranquilo. Cuando llegué a la secretaria general en 2014 para mí era fundamental lograr la paz interna y tener mayor representatividad como PSN. Y ambos objetivos creo que los hemos cumplido con creces.

¿El PSN volverá a apoyar los presupuestos de Enrique Maya?

—Se pone siempre el foco en Pamplona, pero nuestra actitud es la misma en todos los ayuntamientos. Si hay voluntad de acuerdo y nuestras propuestas se ven reflejadas, el PSN actuará con responsabilidad.

“Estoy satisfecha con la labor de este Gobierno, hemos tomado medidas pensando en el interés general aunque no siempre fueran populares”

“EH Bildu tiene que hacer todavía una trayectoria ética que no ha hecho y sería deseable que la hiciera; no se puede aplaudir a un asesino”

“El euskera es una cuestión sensible para todos pero su avance tiene que venir desde el convencimiento, no desde la imposición”