El proceso llega en el momento más exquisito del PNV.

—Desde luego, institucionalmente sí, gobernando en Lakua, en las diputaciones y en los ayuntamientos de las tres capitales. Tenemos un Parlamento Vasco donde gobernamos en coalición con mayoría absoluta, sólido para poder superar esta crisis y los próximos años, que serán complicados. Y en la parte interna atravesamos un momento dulce, tranquilo, con la ilusión de que el partido pueda durar otros 125 años.

La ausencia de una pulsión interna garantiza mayor tranquilidad.

—Sí. Ahora serán las bases y los alderdikides quienes decidirán el futuro de este proceso interno. Somos un partido muy asambleario, con un sistema muy democrático, y serán ellos quienes decidan la conformación de las ejecutivas.

Una organización interna, de abajo hacia arriba, que se erige en referente.

—Debemos tener en cuenta que el proceso interno es largo porque tenemos dos vueltas. La primera, entre el 12 y el 25 de octubre, es cuando todos los alderdikides pueden proponer las personas que formarán la presidencia y el Consejo Nacional del EBB. Hablamos de unas 25.000 o 30.000 personas que pueden participar en esta elección. Después, en la segunda vuelta, entre el 2 y el 18 de noviembre, serán los alderdikides en todos los municipios, en base a las propuestas, los que voten quiénes serán los miembros del Consejo. Luego, tras ese resultado, llegan las asambleas territoriales. A nivel nacional, el 13 de diciembre, la Asamblea Nacional, en el marco de la Asamblea General, culminará la elección de los burukides.

¿A qué obedecen las reformas estatutarias?

—Sobre todo se proponen mejoras técnicas o adaptaciones a la propia ley. Luego hay dos incorporaciones, la nueva forma de relacionarse con el partido, los alderdizales, personas que quieren tener un vínculo o relación directa con el PNV. Las que están en todo el mundo pero allí no hay organización municipal y quieren afiliarse; y luego aquellos ciudadanos que no quieren dar el paso hacia la afiliación pero sí conectar con el partido para tener una relación estrecha. Además, en nuestra lucha por conseguir la igualdad real y efectiva entre hombres y mujeres, una de nuestras prioridades, hemos recogido dentro de los principios generales un plan aprobado en 2005 y hemos incorporado un mecanismo interno que ya está en marcha, porque lo aprobó la Asamblea Nacional, por el que si un afiliado está siendo investigado por un delito de violencia de género o contra la libertad sexual, será automáticamente suspendido cautelarmente.

Hacen también un análisis de los planteamientos a futuro.

—Aprovechando el 125 aniversario de nuestra fundación, hemos activado un proceso de reflexión compartido con la sociedad vasca para ofrecer nuestra visión sobre cuestiones y retos que marcarán el futuro de la próxima generación. Para ello hemos pedido la opinión de diferentes expertos que no son afiliados para que nos redacten varias reflexiones en tres grandes bloques: el primero, sobre la identidad, la cultura y la diáspora; el segundo, economía, crisis climática, energías verdes y globalización; y el tercero, cohesión social, igualdad... Tras un contraste interno en la organización, el EBB presentará esos informes a la Asamblea General.

La logística es complicada en estos tiempos de crisis sanitaria.

—Dependerá en función de la evolución de la pandemia. La Asamblea será en Bizkaia pero está sin concretar el lugar. Recuerdo que en enero marcamos las fechas para esta Asamblea que se iba a celebrar en julio. Ya tendrían que estar renovados todos los cargos internos pero la pandemia lo retrasó todo. Los estatutos marcan que hay que renovarlos dentro de los cuatro años naturales de mandato y estamos a tiempo de hacerlo con todas las garantías sanitarias. Además, este sistema tan asambleario donde juntamos a tantas personas dificulta el proceso, pero la pandemia no impedirá que lo saquemos adelante.

¿Ha conseguido plasmar personalmente los retos que se planteó desde que accedió hace cuatro años? —Los últimos resultados electorales demuestran que la sociedad vasca deposita su confianza en el PNV. En cuanto a esos retos, queda trecho para conseguir la igualdad efectiva. En el EBB ha habido un momento en el que ha habido más mujeres que hombres. Es imprescindible además que haya personas jóvenes en cargos de representación porque son quienes mejor conocen las demandas. El reflejo es la actual configuración del Parlamento Vasco.

"Expondremos el análisis de los informes de expertos externos sobre los retos de la futura generación vasca?