Hay figuras de origen vasco que pasan desapercibidas en Euskadi cuando son claves para la historia, en este caso, antifranquista. Una de ellas es el diplomático americano Carlos Eduardo Stolk Mendoza, quien cuenta con una biografía en inglés en internet pero no en euskera o castellano. Se cumplen redondos 25 años de su fallecimiento.Figura de calado internacional, fue un embajador venezolano que en 1946 votó a favor del boicot al dictador Franco, totalitarista que no logró entrar en la ONU hasta casi una década después. De hecho, Naciones Unidas vetó su acceso en organismos internacionales acusando a España de ser el único Estado colaboracionista con la Alemania nazi.

Como prueba de su reconocimiento, el centro Vasco de Caracas le regaló un pergamino dibujado por NIK, quizás el cartelista del PNV de mayor prestigio y más reconocido a nivel mundial, que residió exiliado en la capital de Venezuela, donde llevó una vida de película.

Tal y como aporta el exsenador jeltzale Iñaki Anasagasti, la revista Euzkadi publicó en 1947 la recepción de la comunidad vasca a Stolk (Caracas, 4 de abril de 1912-9 de noviembre de 1995) y la entrega del cuidadoso trabajo de Luciano Quintana NIK. Organizado por las numerosas colonias antifranquistas exiladas en Venezuela, el banquete se celebró en el Hotel Waldorf. No solo se rindió tributo a Stolk, sino al resto de miembros de la Delegación Venezolana ante la ONU, que "tan brillante y destacado papel cumplieron en el acuerdo relativo a las medidas a tomar por las Naciones Unidas en contra del régimen de Franco", valora la hemeroteca de Euzkadi.

Asistieron representaciones de la Junta de Gobierno, el presidente de la Asamblea Constituyente, numerosos diputados (entre ellos el Padre Vera, "sacerdote ejemplar representante en la Asamblea Constituyente del Partido Acción Democrática"), el Dr. Stolk y miembros de la Delegación Venezolana ante la ONU. También acudieron al encuentro representaciones diplomáticas que "desconocen el régimen de Franco y gran número de antifranquistas exiliados", subrayaban. La colonia vasca envió asimismo una nutrida representación.

Amo Salvador organizó el homenaje e improvisó un discurso. A continuación, el conocido como Dr. Stolk hizo una síntesis de la labor de su delegación en la ONU. "Hizo ver el alcance (tal vez mayor que el que se supone, afirmó) del acuerdo aprobado por abrumadora mayoría" de boicot a Franco.

Hubo más discursos que fueron emitidos por Radio Nacional de Venezuela, habiendo constituido el acto "un hermoso y elocuente símbolo del agradecimiento de los exiliados antifranquistas a la delegación Venezolana ante la ONU", destacaba el cronista.

Fundación benéfica

Las entidades oficiales vascas en Venezuela quisieron agradecer en persona a Stolk su posicionamiento férreo contra la dictadura totalitarista de Franco tras el fallido golpe de Estado de julio de 1936 que derivó en guerra militar, que no civil. A modo de agasajo, la colonia del lehendakari Aguirre encargó lo que el medio de comunicación nacionalista calificó de "magnífica obra de Arte de nuestro compatriota el dibujante Luciano de Quintana NIK" con el objeto de "rendir un perpetuo homenaje a la Delegación de Venezuela en las Naciones Unidas, otorgándoselo a su presidente, señor Stolk".

Sobre el exquisito y detallado trabajo realizado por Luciano Quintana y datado en enero de 1947, la revista Euzkadi imprimió la siguiente alocución: "Nuestro querido NIK ha puesto su inteligencia y su Arte con el buen gusto y acertado criterio que le caracteriza".

Y la conexión Stolk-NIK pudo ser mayor, según valora el nieto del cartelista, Luken Ignacio Quintana. Carlos Eduardo Stolk, de origen vasco, fue presidente de la Delegación de Venezuela de la Asamblea General de las Naciones Unidas y sirvió a su país con diferentes cargos entre 1945 y 1949. Así, por ejemplo, formó parte del Comité Jurídico Interamericano y del Consejo Económico y Social. Fue presidente de la Tercera Comisión de Asuntos Sociales, Humanitarios y Culturales.

La hemeroteca le recuerda como presidente de la junta y de la compañía privada más grande de Venezuela, Empresas Polar, entre 1952 y 1985. De hecho, bajo el liderazgo de este diplomático, se constituyó la Fundación Polar, una de las organizaciones benéficas más grandes del país americano. "Según tenemos entendido nuestro abuelo diseñó el logotipo original de Polar y quizás fue gracias a Stolk", valora el nieto del carismático ilustrador en declaraciones a este medio.

El pergamino lo recibió en 1947 tras la actuación protagonizada por el delegado venezolano en la ONU el año anterior. Fue presidente de la firma en 1952. "Quizás Stolk fue el puente tras haber visto el pergamino entregado por el Centro Vasco de Caracas a él, que recordemos era además de origen materno vasco. Quizás tras la entrega Stolk pensó en el abuelo NIK", redondea Luken Ignacio Quintana.