- Felipe González no logra quitarse de encima el fantasma de los GAL a pesar de los años. En las últimas cuatro décadas ha tenido que driblar todo tipo de informaciones, declaraciones e insinuaciones sobre su implicación en la trama de terrorismo de estado que sacudió Euskadi, sobre todo Iparralde, y el resto del Estado español. Hasta ahora esas acusaciones procedían de Euskadi y de España y Francia, pero la última revelación tiene su sede en los Estados Unidos y lo firma la todopoderosa Agencia Central de Inteligencia, la CIA. El servicio de inteligencia norteamericano ha desclasificado varios documentos y en uno de ellos destaca el nombre del expresidente del Gobierno español. El informe le señala, sin ningún género de duda, como el organizador de los GAL, esto es, la famosa X del entramado de la guerra sucia del Estado contra ETA durante los años 1983 y 1987.

En el informe de la CIA, titulado España: Terrorismo vasco y respuesta gubernamental se afirma de forma clara:“Felipe González ha acordado la creación de un grupo de mercenarios para combatir fuera de la ley a terroristas”. El documento elaborado por un agente de los servicios secretos estadounidense en base a informaciones periodísticas sostiene que el entonces presidente español “está de acuerdo con la formación de un grupo de mercenarios, controlado por el Ejército (Army), para combatir el terrorismo fuera de la ley”.

Es un documento secreto y como es habitual en estos informes desclasificados tras 35 años en la sombra aparecen algunos estractos censurados (sanitized copy, en la jerga de la CIA). Al tratarse de un texto censurado no se puede saber qué frase precede a esa afirmación clave y si está descontextualizada o realmente significa lo que se desprende de esa frase.

Después de otra frase censurada, el agente que elaboró el informe añadía que “los mercenarios no serían necesariamente españoles y tendrían como misión asesinar a los líderes de ETA en España y Francia“. La agencia de servicios secretos admite que la operación no solo es ilegal, sino que pone en cuestión la esencia misma de la democracia: “Si la supuesta participación de Madrid es confirmada, las credenciales democráticas del Gobierno español y del Partido Socialista quedarían manchadas seriamente”.

El documento se incluye dentro de uno más extenso de 32 páginas, con 3 folios censurados por completo, fechado el 19 de enero de 1984 en pleno azote de los GAL, titulado Revisión del terrorismo y ha sido desclasificado con un año de retraso, ya que la ley de secretos oficiales dice que pasados 35 años hay que desclasificarlos.

La CIA ha tenido y tiene por costumbre elaborar informes de este tipo sobre todo tipo de conflictos armados en cualquier parte del mundo.

Los GAL, que operaron entre 1983 y 1987, mataron a 27 personas, la mayoría miembros o presuntos miembros de ETA y de su entorno político a través de la guerra sucia. Además del asesinato, c ometieron varios secuestros y torturaron a sus víctimas. Algunas de ellas no tenían vinculación con ETA y fueron confundidos con su objetivo real.

Los asesinatos de los grupos parapoliciales y de mercenarios que operaron bajo la sigla GAL fueron juzgados años después. Los juicios sentaron en el banquillo al exministro del Interior José Barrionuevo y a su secretario de Estado Rafael Vera, así como el jefe de la Guardia Civil Enrique Rodríguez Galindo y a los policías Ángel Amedo y Michel Domínguez. Todos ellos fueron acusados a penas reducidas comparando con otras condenas por delitos de naturaleza similar. Felipe González nunca ha sido juzgado ante los tribunales, aunque las dudas que siguen vigentes sobre los GAL mantienen viva la sospecha sobre su grado de responsabilidad y conocimiento de este grupo.