- Los aspirantes a ertzaina que realizan su formación en la Academia de Arkaute ya han comenzado a acompañar a los ertzainas como refuerzo por el excedente de tareas a los que tiene que hacer frente la Ertzaintza debido a la crisis generada por la pandemia del coronavirus. La mitad de los 617 en periodo de prácticas están ya desplegados en diferentes puestos y comisarías de toda Euskadi, que van desde el apoyo a las patrullas ciudadanas hasta los trabajos internos en las sedes policiales.

Fuentes del Departamento de Seguridad del Gobierno vasco consultadas por este diario señalaron ayer que desde el miércoles pasado 330 alumnos de Arkaute de la 28 promoción de la Ertzaintza han visto adelantado su futuro cometido profesional para apoyar a los ertzainas en un momento de saturación de trabajo para el conjunto de la plantilla cercana a los 8.000 agentes. Es casi la mitad de los aspirantes a ertzaina que han tenido que aparcar su formación a falta de tres meses para su finalización. Cuando termine esta situación provisional, deberán volver a Arkaute para terminar el periodo de instrucción.

La otra mitad de alumnos de Arkaute se irá incorporando al servicio activo en función de las necesidades que vayan surgiendo en los próximos días.

Los alumnos no son aún ertzainas y no tienen plenas atribuciones. Entre otras cosas, no llevan pistola dado que técnicamente aún son agentes en prácticas. En cuanto a los trabajos que están desarrollando, algunos de estos ertzainas en formación realizan trabajos dentro de las comisarías de la Policía vasca, recibiendo y tramitando denuncias y tareas administrativas y de atención al público, liberando así agentes para que puedan salir a la calle. En los últimos días ha aumentado de manera considerable el volumen de expedientes de la Ley de Seguridad Ciudadana impuestos a ciudadanos con motivo de los incumplimientos ante las limitaciones a la libertad de movimientos de la ciudadanía por el estado de alarma.

Los alumnos que no realizan trabajos en comisaría patrullan en los vehículos policiales acompañando a un ertzaina. En estos casos la patrulla se completa con un segundo coche policial que acudirá a cubrir la incidencia e integrado también por una pareja compuesta por un agente en activo y otro alumno. De este modo, la patrulla sigue siendo de dos ertzainas pero acompañados de dos aspirantes en formación, que de forma indirecta profundizarán su instrucción con experiencias reales.

En la última promoción se forman unas 600 personas para ser ertzaina y otras 300 para policía local, a los que también les quedan varios meses de formación pero cuyas clases se suspendieron igualmente por la crisis sanitaria. En este último caso serán los ayuntamientos los que decidan si los incorporan al servicio antes de concluir su estancia en Arkaute y en qué condiciones lo hacen.

La pandemia está obligando a la Ertzaintza y las policías locales a desdoblar sus tareas y les ha convertido en un colectivo necesario pero también vulnerable por su exposición al contagio (una treintena de agentes se ha contagiado del virus), lo que ha obligado al Departamento de Seguridad a recurrir a agentes en prácticas. También está estudiando la posibilidad de incorporar a ertzainas ya jubilados que se han presentado como voluntarios. En este caso su incorporación es más complicada por la dificultad de regularizar su situación contractual y jurídica.