BILBAO. El diputado Agustín Zamarrón, conocido como el Valle Inclán del PSOE por su larba barba y su retórica literaria, volvió a erigirse en protagonista de la sesión inaugural de ayer el volver a presidir la Mesa de Edad. Así, en su condición de representante más veterano del Congreso de los Diputados, se hizo cargo del funcionamiento de la Cámara Baja y de las votaciones hasta que se formó la Mesa definitiva.

Zamarrón sorprendió otra vez y, al igual que el pasado mes de mayo, ilustró el transcurso de la sesión con citas célebres y un culto lenguaje en sus intervenciones. “Estoy cojo, como el resto del Parlamento, unos inválidos y otros cojos”, ironizó a su llegada al Congreso. Nada más tomar la palabra en el estrado, ya sorprendió aprovechando la oportunidad que le brindaba el presidir la Mesa de Edad para pedir “perdón” a los ciudadanos por haberles llevado a una repetición electoral. En este sentido, se refirió a la “responsabilidad de los diputados y de la Cámara entera”, asegurando que cada actor político tiene una culpa “distinta” en que la anterior legislatura fracasara. “Mas cualquier comentario al respecto en punto y hora es enojoso y a mi voluntad está vedado”, añadió al respecto.

Otra de las anécdotas de la jornada, y que también involucró al presidente de la Mesa de Edad, la protagonizó la diputada más joven -Marta Rosique, de ERC-, que al leer el orden de diputados electos incluyó antes de comenzar la lista a los independentistas presos que no pudieron presentarse a estas generales por las condenas del Supremo. Zamarrón no interrumpió a la representante republicana, pero sí le reprochó posteriormente su actitud. “Olvidémonos de este tiempo de nubes pasajeras”, zanjó.

Durante la sesión, el socialista aludió en varias ocasiones a sus dolencias físicas -“mis huesos lo agradecerán”, expresó respecto a un receso- y también a las de otros diputados que no pudieron ejercer su voto como el resto subiendo la escalinata de la tribuna, a los que se refirió como “heridos”. A este respecto, acompañó en cada votación al ujier que portaba la urna para que pudieran votar representantes como Pablo Echenique (Unidas Podemos), en silla de ruedas, Adriana Lastra (PSOE), que se torció un tobillo al tropezarse durante la sesión, o Macarena Olona (Vox), en avanzado estado de gestación.

Amenazas de PP y Vox

Otra de las polémicas de la jornada fueron las diversas fórmulas de acatamiento de la Constitución que emplearon numerosos diputados. Los soberanistas prometieron “por imperativo legal” y añadieron frases relativas a los presos independentistas o a la consecución de un Estado catalán. Esto motivó las protestas del PP y de Vox, que amenazaron con presentar un recurso ante el Tribunal Constitucional, ya que entienden que algunos representantes independentistas no adquirieron la condición plena de diputados.

Así, tras los acatamientos en el pleno inaugural, Pablo Casado advirtió de que “casi medio centenar” de diputados no han adquirido esta condición plena por no aceptar la Constitución. Por ello, anunció diversos recursos ante la Cámara y la Justicia, igual que hizo Vox, que se reserva el derecho de acometer acciones legales por “prevaricación administrativa”.