Donostia - Eba Blanco liderará Eusko Alkartasuna (EA), salvo que el sector crítico del partido pueda evitarlo y consiga hacer valer a su candidato, Maiorga Ramírez, que ayer vio truncada su aspiración de convertirse en secretario general de la formación al anular la Comisión de Organización Electoral su candidatura, dejando expedito el camino a la candidata del sector oficial. Al no haber más que una sola candidatura, la votación de las primarias previstas para el 25 de octubre no será necesaria. Los críticos ya han anunciado que recurrirán la decisión y denuncian que han sido víctimas de una “cacicada”.

Finalizado el recuento de avales, la comisión electoral no ha validado la candidatura de Maiorga Ramírez a pesar de que los 400 apoyos a su candidatura superan con creces los 60 presentados por Eba Blanco. La clave está en los avales de afiliados logrados por el dirigente navarro en Iparralde. Según señalaron fuentes de la dirección a este diario, el órgano electoral ha anulado cinco de los siete apoyos presentados allí: dos por haber sido presentados fuera de plazo, uno por duplicidad (firmó en primera instancia por Blanco y a última hora avaló a Ramírez), otro aval de una persona no afiliada y un quinto apoyo con muchos defectos de forma.

El reglamento electoral de EA establece que cada candidato tiene que presentar un mínimo de 50 avales para poder ser candidato y al menos cinco avales por cada territorio de Euskadi (Bizkaia, Gipuzkoa, Araba, Nafarroa e Iparralde). El número de afiliados de EA en Iparralde ronda la veintena y convierte esta circunscripción en una barrera difícil para lograr los avales necesarios.

Los críticos sostienen que la Comisión de Garantías -el órgano de control interno de los procesos electorales y los derechos de los afiliados- rechazó el pasado 4 de octubre la necesidad de reunir los cinco avales por territorio y, por tanto, consideran que Ramírez ha cumplido todos los requisitos para presentarse como candidato. Denuncian, además, que se les ha negado hasta en dos ocasiones el censo de afiliados de Iparralde.

En declaraciones a este diario, Ramírez calificó esta situación de “auténtico escándalo” que pretende sustraer la participación de la afiliación en las primarias y designar directamente a Eba Blanco como secretaria general. “Es un día triste para EA porque se ha privado a la militancia de la posibilidad de pronunciarse entre dos candidaturas. No me imagino ser secretario general sin que los afiliados puedan pronunciarse”, subrayó, al tiempo que recordó que los cuatro miembros de la comisión electoral son afines a la candidatura de Blanco.

Los críticos alertaron de que Blanco deberá gestionar “una situación absolutamente irregular, puesto que ha conseguido seis veces menos avales que Ramírez”, quien considera que la resolución constituye “un atropello sin precedentes” y anuncia que la recurrirá ante la propia Comisión de Organización Electoral y ante la Comisión de Garantías.

Desde que el anterior secretario general, Pello Urizar, dimitió de su cargo el pasado 24 de junio, el partido integrado en EH Bildu -junto con Sortu y Alternatiba- vive una confrontación abierta entre los afines a la dirección nacional y el sector crítico, encabezado por Ramírez con el apoyo de los líderes del partido en Gipuzkoa, Nafarroa y Araba. En estos últimos meses, los críticos han denunciado la falta de transparencia de la dirección, que no les ha permitido acceder a la base de datos del partido.