bilbao - La izquierda abertzale se enfrenta a una presión cada vez más intensa para que revise de manera crítica el pasado de ETA. Las peticiones son públicas y unánimes, y la última vino anteayer por boca del lehendakari, quien le pidió que reconozca que matar estuvo mal. Pero Sortu ha vuelto a esquivar las exigencias con un argumentario muy duro que no deja ver ningún propósito de enmienda y que intenta desviar el foco hacia otros partidos. En una serie de tuits de su secretario general, Arkaitz Rodríguez, y en una entrevista concedida a ETB-1, diluye a ETA y pretende poner el foco en Urkullu y el PNV por pactar con partidos que tampoco tendrían un expediente inmaculado. Y endosa a los jeltzales todo tipo de muertes, o los acusa de “recoger las nueces”.

En una lista que mezcla eventos de todo tipo, recuerda al PNV que rinde homenaje a los gudaris en la Guerra Civil, dando la sensación de que coloca la trayectoria de quienes lucharon a favor de la legitimidad del gobierno republicano al mismo nivel que los atentados de ETA ya en democracia; le recrimina que gobierne en todas las instituciones “con el PSOE de los GAL” y que en su momento tuviera acuerdos con el PP de la guerra de Irak, e incluso dice que hay empresas que exportan armas “vía puerto de Bilbao” para utilizarlas contra el pueblo yemení. Rodríguez pide al lehendakari “el mismo nivel de exigencia consigo mismo y con los que actualmente son sus aliados”. Asegura que “jamás escuchará a nadie en la izquierda abertzale decir que matar estuvo bien”, pero cree que la pregunta es si para Urkullu el resto de muertes también estuvieron mal, “o tan solo las de ETA”. El episodio de ayer empeora, además, el fuerte desencuentro que viene arrastrando con el PNV, que le afeó su ejercicio de retórica y que no sepa caminar al mismo ritmo que la sociedad vasca a la que dice parecerse.

Entre la izquierda abertzale y el resto de partidos con representación en el Parlamento Vasco se abre ya un abismo en materia de convivencia. La coalición de la que forma parte Sortu, EH Bildu, vivió la semana pasada una derrota al quedarse sola y votar en contra de una iniciativa de rechazo a los recibimientos a los presos cuando salen de la cárcel. La iniciativa había sido redactada de manera conjunta por todos los grupos salvo el suyo. Rodríguez, además, se está granjeando la imagen de portavoz duro, después de que rechazara considerar a los miembros de ETA como meros delincuentes. Este enroque tiene consecuencias en el trabajo de la Ponencia de Memoria, que solo está alumbrando consensos entre el PNV y Elkarrekin Podemos, porque el PSE no quiere firmar nada mientras la izquierda abertzale no supere este debate. El PP ni siquiera participa en el foro. En paralelo, se mantienen actitudes como los recibimientos a los presos, que dañan a las víctimas y enrarecen el ambiente. Este asunto afecta en igual medida a la política aplicada a los presos, a quienes se exige autocrítica para progresar de grado. El propio lehendakari recriminó a la izquierda abertzale que no se extiendan a todos los niveles los acuerdos en algunos juicios insignes como el del frente de abogados, donde se lograron reducciones de pena a cambio de asumir las acusaciones.

Fuentes jeltzales aseguraron a DEIA que Sortu “tiene la osadía de proclamar que es la formación política que más se parece a la sociedad vasca” después de esta reacción de Rodríguez tan “desairada, tan fundamentalista y tan retorcida”. “Es la evidencia de que la izquierda abertzale sigue teniendo un gran problema, y nos hace pensar que lo va a seguir arrastrando a corto y medio plazo”, avisaron. Los jeltzales no entienden el “ejercicio retórico” de Rodríguez con “lo sencillo que resulta decir que matar estuvo mal”. “Quien necesita de tanta retórica es que tiene un serio problema, y además lo sabe. Toda vez que no dicen que matar estuvo mal, ¿acaso piensan Rodríguez y los suyos que matar estuvo bien en algún momento?”, se preguntan.

La cuenta de Twitter de Rodríguez echaba humo anteayer, con una quincena de tuis del líder de Sortu para desviar el foco hacia el respaldo del PNV a los gudaris que “mataron a centenares de requetés y nacionales en la defensa armada del pueblo vasco contra la agresión fascista”, los simpatizantes jeltzales que celebraron la muerte de Carrero, la frase del árbol y las nueces del ya fallecido Xabier Arzalluz, la muerte del joven hincha del Athletic Iñigo Cabacas tras recibir el impacto de un proyectil de goma de la Ertzaintza, el informe que “atribuye más de 300 casos de tortura a la Ertzaintza”, o la financiación a empresas que exportan armas “vía puerto de Bilbao”. En la lista vuelve a acusar al PNV de contribuir a la puesta en marcha del alejamiento de los presos. Rodríguez también dijo que la izquierda abertzale es quien “más ha hecho por la construcción de la paz”.

el debate Lo que piden los grupos es que reconozca que matar estuvo mal, porque durante décadas mantuvo una posición de connivencia o silencio cómplice ante ETA. El apoyo social que recibió la organización ya disuelta en ámbitos de la izquierda abertzale, el hecho de que continuara con la violencia ya en democracia, y el número de víctimas que causó la convierten en un fenómeno singular que para los partidos exige una autocrítica específica, más allá del repudio general a todo tipo de violencia.