Bilbao - La apuesta del lehendakari por aplazar el acto público del Día de la Memoria para que no entre en la batalla partidista de las elecciones generales es una decisión ampliamente compartida por los grupos del Parlamento Vasco, y se ha recibido sin resistencias inesperadas. Tanto PSE como Elkarrekin Podemos confirmaron ayer a este periódico que comparten la reflexión de Iñigo Urkullu, y no pondrán ninguna objeción a que se celebre después de las elecciones del 10 de noviembre. Los socialistas lo tienen apalabrado con el PNV como socios en el Gobierno vasco, y Podemos no va a ser beligerante con lo que se plantee. EH Bildu no ha querido hacer valoraciones, pero tampoco ha hecho constar de saque una actitud negativa.

Los comicios coinciden con el Día de la Memoria y han generado un contratiempo al Gobierno vasco. La situación ha obligado a Urkullu a abrir una reflexión para aplazar el homenaje por primera vez en una década. Quiere buscar otra fecha de manera consensuada con los grupos, tal y como adelantó DEIA. Parece que todo va a resolverse sin poner en peligro el consenso de los últimos años. El único desmarque explícito se produjo por parte del PP, pero no es novedoso porque se ausenta de los actos principales de esa jornada desde 2011. Que el homenaje vaya a quedar fuera de la pugna de la campaña electoral no ha servido para suavizar su posición. Fuentes populares aclararon que el problema no es la fecha, sino que su discrepancia viene de lejos y radica en el espíritu del homenaje, que creen que debe centrarse en exclusiva en las víctimas del terrorismo sin extenderlo a las policiales. Por ello, seguirán desmarcándose con su propio acto alternativo, que creen que es el único que respeta la filosofía inicial del Día de la Memoria.

En cuanto a EH Bildu, fuentes de la coalición rechazaron hacer declaraciones con el argumento de que solo conocen la información que adelantó anteayer este medio. Al margen de este debate, no está viviendo con gusto la intensa presión política que le llega desde todos los flancos, y desde el propio lehendakari, para que reconozca la injusticia de la violencia de ETA. Pero sería una sorpresa que se desmarcara de un acto que recuerda a todas las víctimas y al que siempre ha acudido, y nada indica que su presencia esté en riesgo.

Las generales del 10 de noviembre coinciden con el Día de la Memoria, y el lehendakari ha decidido retrasar los actos para que no se celebren en pleno día de votaciones, y para que tampoco se hagan en campaña, pero buscará pactar el día concreto y qué hacer con este asunto con los grupos.

Fuentes del PSE aseguraron a este periódico que, como socios del PNV en el Gobierno vasco, ya habían abordado este asunto. Los jeltzales trasladaron al PSE su apuesta por que el día no forme parte de la batalla electoral, presentaron a sus socios una propuesta “fácil y simple que no causará conflicto”, y los socialistas vascos compartieron el planteamiento. No obstante, el Gobierno vasco debe cerrarlo aún con el resto de grupos.

Desde Elkarrekin Podemos tampoco tienen ninguna intención de provocar una polémica. “El Día de la Memoria es suficientemente importante para que las elecciones no lo tapen”, defienden las fuentes consultadas, que consideran que, si es necesario cambiar la fecha por el bien del recuerdo a las víctimas, se hará. En ese momento, todavía no habían hablado con el Gobierno vasco, pero adelantaron que, pase lo que pase, no pondrán ningún problema ni serán beligerantes. Bildu tampoco había recibido ayer ninguna llamada cuando este periódico le consultó su posición. Por ello, en la coalición quisieron abstenerse de hacer valoraciones.

En el PP recordaron que su posición sigue siendo la misma: “Debe respetarse el espíritu original de la jornada, que se recuerde a las víctimas del terrorismo. No es cuestión de fechas”.

El lehendakari confirmó ayer sus intenciones: “No querríamos por nada que el día 10 de noviembre, Día de la Memoria, se viera condicionado porque coincide con la celebración de las elecciones generales. Sin obviar que hemos de cumplir con el Día de la Memoria, por este año estaríamos planteando la celebración del mismo día en otra fecha diferente a la del 10 de noviembre y posterior a la misma para no influir en la campaña electoral”. En el marco de la firma de un memorando de entendimiento con el gobernador de Fukushima, añadió que, aunque se aplace el acto público, el mismo día 10 podría leerse una declaración, si lo quieren los grupos.

el debate El Día de la Memoria se celebra desde 2010 y se suman a él todas las instituciones autonómicas, desde el Gobierno vasco hasta los ayuntamientos, pasando por el Parlamento. El acto principal se desarrolla en torno a las palabras del lehendakari, que el año pasado pidió perdón por el olvido que han sufrido las víctimas. El 10 de noviembre se escogió porque en esa jornada no se había producido ninguna víctima mortal, y se ha mantenido desde entonces, aunque cayera en domingo. Otras jornadas, como el día europeo de las víctimas del terrorismo del 11 de marzo, sí se han movido.