BILBAO - Albert Rivera culmina la purga de los críticos rodeándose de una dirección a su medida que refrende su posición de veto a Pedro Sánchez y aleje la crisis interna que sacude a Ciudadanos. 22 nuevas incorporaciones y cinco ceses, entre ellos el de Fernando Maura, responsable de Exteriores del partido, configuran una reorganización apuntalada con la presencia de Lorena Roldán, nueva líder naranja en Catalunya y portavoz de la ejecutiva estatal relevando a Inés Arrimadas, que ejercerá de portavoz parlamentaria. Tras el fiasco de la investidura del socialista, Rivera ha decidido parapetarse en sus afines para encarar la oleada de presiones en favor de la abstención -la última, del rotativo económico The Financial Times- llamando a “conjurar el plan Sánchez” desde las ideas liberales y el centro que dice encarnar su formación y a recomponer el constitucionalismo que, a su entender, está siendo “criminalizado” por el PSOE.

Sin una sola referencia en su discurso ante el Consejo General a la posibilidad de que tengan que repetirse las elecciones si no hay un gobierno antes del 23 de septiembre, sí que evocó “el espectáculo lamentable que dieron Sánchez e Iglesias por las sillas, como si España fuera parte de un botín”, aunque en plena sesión de investidura Rivera ya diera por hecho un reparto que no se produjo. Por ello, llamó a dar la batalla intelectual a su plan defendiendo “más libertad y más unión” frente a “las imposiciones y el dirigismo”, seguro de que C’s gobernará España “más pronto que tarde” tras estos momentos “de incertidumbre y hartazgo”. Porque “hay una luz al final, una luz naranja, potente, limpia, que alumbra un futuro distinto”, remarcó el líder de C’s, que pasó por alto la cascada de dimisiones en el seno de su formación, hasta cuatro en un mes -Toni Roldán, Javier Nart, Xavier Pericay y Francisco de la Torre-, y las fuertes críticas que asoman desde dentro del partido hacia su viraje político.

De las cinco destituciones, dos pertenecen al sector díscolo, en tanto que se apartaron de la línea oficial en la votación que forzaron Luis Garicano y Javier Nart para reconsiderar el veto al PSOE. Al margen de Maura, fue cesada Orlena de Miguel, responsable de seguridad vial, además de Antonio Espinosa, Matías Alonso y Raquel Morales, aunque dejó a salvo al propio Garicano, jefe de filas en Europa, y a Francisco Igea, vicepresidente de Castilla y León. Rivera lanzó un mensaje para los que están y los que se fueron: “Mientras yo sea presidente de C’s, habrá democracia en este partido, pero siempre remaremos todos a una para que el Gobierno de España sea antes que tarde naranja”.

Entre las incorporaciones sobresalen varios de los fichajes para reforzar el “núcleo duro catalán” -formado por José Manuel Villegas, Fernando de Páramo, Inés Arrimadas, José María Espejo y Fran Hervías-, destacando la del exdirectivo de Coca Cola Marcos de Quinto, que asumirá la portavocía económica tras la marcha de Toni Roldán. A ellos se unen el abogado del Estado Edmundo Bal, la letrada y activista gitana Sara Giménez y la economista María Muñoz, incluyendo en su dirección a dirigentes llegados de otros partidos: Joan Mesquida, que fue director general de la Policía y la Guardia Civil con el PSOE; José Ramón Bauzá, expresidente de Baleares con el PP; o Ángel Garrido, expresidente madrileño con el PP. C’s amplía su composición de 33 miembros a 50 para diluir a los críticos.