Bilbao - A seis días del pleno de investidura de Pedro Sánchez y apenas 24 horas después de que el líder socialista diera por rotos los puentes con Pablo Iglesias, lo sucedido ayer en la comunidad de La Rioja puede servir como ejemplo de lo que pasará la próxima semana en el Congreso si PSOE y Unidas Podemos no logran recomponer una relación que no pasa por los mejores momentos.

La Cámara riojana vivió ayer la primera sesión del debate de investidura que debería haber proclamado a la socialista Concha Andreu como presidenta de la comunidad. La Cámara riojana está formada por 33 diputados, de ellos 15 del grupo socialista, por lo que necesitaba dos diputados más para conseguir la mayoría absoluta. A pesar de que sí contó con el voto afirmativo de Izquierda Unida, la diputada de Podemos, Raquel Romero, votó que no, bloqueando así la elección de Andreu, por lo que mañana jueves deberán volver a producirse las votaciones. La explicación hay que buscarla en que Podemos, al igual que en el Estado, quiere entrar en el gobierno. El bloqueo puede impedir que se desaloje al PP, que lleva años gobernando. No obstante, ayer se dijo que Podemos pide tres de las ocho consejerías, y esa posición fue desautorizada por Pablo Iglesias a nivel estatal, que avisó de que nadie puede pedir más de lo que le han dado las urnas. En La Sexta, confió en que se reconduzca, aunque en esencia esta es una réplica del conflicto que se vive en el Estado. La consencuencia es que la tensión crece.

El secretario de Organización del PSOE, José Luis Ábalos, calificó la postura de la diputada morada de “acto decepcionante para los electorales; frustrante para la izquierda y deplorable para el concepto de la política”.

Posiciones fijas Desde el PSOE, la vicepresidenta Carmen Calvo, mano derecha de Sánchez en el gabinete, no quiso ayer concretar si se abrirán de nuevo las negociaciones para la investidura estatal. La vicepresidenta defendió que el PSOE ha venido proponiendo líneas de trabajo, equipos y documentos y lamentó que Unidas Podemos haya respondido con una negativa. A su juicio, las posiciones de “flexibilidad” de Sánchez han sido rechazadas “una detrás de otra” por Iglesias. Sobre los pormenores de la negociación, la dirigente socialista afeó que “todo el tiempo” Iglesias ha hablado de cargos y de puestos en el Consejo de Ministros. “Ha puesto el carro antes que los bueyes”, señaló Calvo, que apuntó que de momento el líder de Podemos está vetando la investidura y “todo apunta” a que votará “lo mismo que Abascal”.

Calvo justificó su negativa a la entrada de Iglesias en el Consejo de Ministros en que es Pedro Sánchez quien “asume la totalidad” del órgano. Así, habló de una “imposición” por parte de Podemos para que haya “dos gobiernos en uno”, pero recalcando que sobre quien recae la responsabilidad de ese Ejecutivo sería Sánchez. Según su punto de vista, con el bloqueo a la investidura está “en juego el comportamiento democrático de todos” y la situación también atañe a PP y Ciudadanos, a los que les pidió su abstención.

Sin embargo, la portavoz parlamentaria de Unidas Podemos, Irene Montero, insistió en que están dispuestos a sentarse con los socialistas en cuando “levanten sus vetos y sus líneas rojas”. Montero hizo hincapié en que su formación no renuncia a la “negociación integral”, pero abriendo la puerta a que se empiece hablando del “para qué” y que “después” se aborden los nombres de las personas elegidas para aplicar ese eventual programa. En Podemos defienden que hay tiempo para retomar la negociación y pactar un gobierno de coalición. “Creemos que es posible que sea en julio pero, si no, también esta septiembre”, apuntó Montero. - DEIA