BILBAO - Iñigo Urkullu defenderá en la ONU el papel de los Gobiernos sin Estado en el “desafío mundial” del desarrollo sostenible en el viaje que emprende hoy a Nueva York, donde presentará los avances de las políticas vascas en la Agenda 2030, dentro de la séptima edición del High Level Political Forum (HLPF) 2019, y debido al carácter pionero de los proyectos que ha desarrollado el Gobierno vasco, entre ellos, los llamados bonos sostenibles, que han permitido captar 1.100 millones de euros para destinarlos a inversiones sociales y medioambientales. El programa del lehendakari, que intervendrá junto a altos representantes de la UE y de los Ejecutivos de Noruega, Suiza, Túnez o Jamaica, incluye encuentros con el Teniente de Alcalde de Nueva York, Phil Thompson; el Alto Representante para la Alianza de las Civilizaciones, Miguel Ángel Moratinos; y una recepción a la comunidad vasca en suelo neoyorquino.

La delegación de Euskadi en Estados Unidos fue proyectada por el lehendakari ohia José Antonio Aguirre en los años 30 para establecer contactos con personalidades relevantes de la vida política, religiosa y económica de Norteamérica, y desde 2007 se encuentra está ubicada junto a la sede de las Naciones Unidas. Euskadi ha sido invitada ya dos años consecutivos a esta cumbre, cuyos organizadores seleccionan anualmente una serie de experiencias que les parecen satisfactorias en relación con el cumplimiento de la agenda.

Urkullu, acompañado de la Secretaria de Acción Exterior, Marian Elorza, y el Delegado de Euskadi en Estados Unidos, Jorge Fernández, explicará mañana al exministro socialista Moratinos las políticas de la CAV para acoger refugiados, integrar migrantes, promover la convivencia con la comunidad islámica vasca y prevenir la radicalización; y después el lehendakari acudirá al acto de recepción a la comunidad vasca en un céntrico hotel de Nueva York. Para la jornada de hoy, además de la cita con Thompson, una delegación de Quebec ofrecerá luego una recepción a la representación de Euskadi, en la oficina del Gobierno quebequés en la ciudad de los rascacielos. Anteriormente será cuando diserte sobre el modelo social de Euskadi, único ente subestatal que ha sido invitado por Naciones Unidas al encuentro, compartiendo panel con ministros de otros países, y mañana tomará parte en la ponencia titulada Acción local para compromisos locales: financiación y apoyo a los Objetivos de Desarrollo Sostenible a nivel de país.

apertura al exterior La Agenda Basque Country 2030 engloba 100 metas y 93 compromisos asociados al programa de Gobierno, e incorpora un panel de 50 indicadores relacionados con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). Urkullu expondrá el modelo vasco de desarrollo humano sostenible, del que destacará su compromiso y contribución a cuatro retos de carácter global: igualdad de mujeres y hombres, compromiso con el medio ambiente y lucha contra el cambio climático, crecimiento inteligente y oportunidades de empleo para la juventud, y cohesión social y atención a las personas más necesitadas. El Jefe del Ejecutivo vasco considera que “avanzar en el objetivo de desarrollo sostenible significa avanzar en una Euskadi mejor y en un mundo más igualitario y solidario”. También cree que el encuentro en Nueva York supone “una oportunidad única” para reconocer en el escenario internacional “la realidad de Euskadi-Basque Country”, como “país avanzado, solidario y abierto”, y que defiende los principios de subsidiariedad y gobernanza multinivel. “Euskadi trabaja en la buena senda y en armonía con el gran reto internacional del desarrollo humano sostenible. Somos un territorio pequeño en tamaño, pero tomar parte en este foro de las Naciones Unidas nos da la oportunidad de situarnos como un gran territorio”, valora.

La apertura de Euskadi al mundo es uno de los empeños del lehendakari, que quiere posicionar la marca Basque Country como un territorio solvente y atractivo, para abrir la puerta a inversiones y facilitar la salida de las empresas vascas al exterior. La acción internacional tiene un componente emocional por el volumen de vascos que conforman la diáspora en el exterior, al margen de poder reconocer lo vasco como un modelo diferenciado del estatal, con voz propia en este tipo de organismos.