bilbao - A la luz de los resultados de las elecciones municipales y forales del domingo, ¿EH Bildu tiene problemas para crecer, mientras el PNV parece que no tiene techo por su imagen de centralidad?

-Ellos están encantados de haberse conocido y no voy a ser quien les enmiende la plana. Lo importante es tener un baño de realidad. La ciudadanía ha revalidado el liderazgo del PNV. La izquierda abertzale o, perdón, la izquierda independentista, me recuerda a la tradición ciclista, a Poulidor siempre detrás de Anquetil, el eterno segundón. Hemos visto un aggiornamento de la izquierda abertzale en campaña. Ha transformado sus posiciones más duras y tradicionales en unas mucho más moderadas y próximas al PNV hasta en la imagen de marca. Bienvenido sea, pero siempre llegan tarde. Es como si hubieran estado en una cámara del tiempo y hubieran llegado cuarenta años tarde a este país. Empiezan a conocer los logros del autogobierno, las bondades del Estatuto de Autonomía y de las instituciones del país. Nosotros llevamos trabajando aquí día a día todo este tiempo. Hasta ahora nos habíamos tenido que preocupar de su enfrentamiento directo a esta realidad.

¿El PNV ha recibido voto refugio, sobre todo en Gasteiz?

-Es otra de las teorías de Otegi, que viene decir que el PNV es líder porque ha sido voto refugio del electorado de derechas, que hemos blandido la bandera del miedo. No sé de dónde ha sacado los datos. El votante es el dueño del voto, y el voto no es de Otegi, ni del PNV ni de nadie. Lo que ocurre es que el PNV tiene una máxima desde su fundación: vivir a ras de suelo y estar en permanente contacto con la sociedad vasca con los batzokis, que nuestra gente esté pegada a los barrios... Ese es el secreto: tener un contraste permanente con la sociedad, y eso le falta a Otegi y a su partido porque viven permanentemente en un laboratorio de ideas políticas.

Pero sí es verdad que el PP de la CAV está en crisis. ¿Ha podido el PNV recibir un voto coyuntural de ese sector?

-Votos coyunturales hay siempre. Vuelvo a repetir que el voto no es de nadie, los partidos tenemos que asumir que los compartimentos estancos están acabados; y que los ejes de izquierda y derecha, nacionalistas y no nacionalistas, se están rompiendo porque la gente es muy exigente a la hora de determinar quién representa mejor sus intereses. Y Gasteiz es muy plural porque en cuatro elecciones ha votado a cuatro partidos distintos.

¿Está el lehendakari en una posición de fuerza para convocar el adelanto electoral?

-No pensamos que, ahora que estamos fuertes, es el momento adecuado para que el lehendakari opte por adelantar las elecciones. No lo valoramos así. Las circunstancias son las que llevan a estas decisiones, a parte de que es una prerrogativa del propio lehendakari. Hay que vislumbrar qué posibilidades reales hay de que la sociedad esté tranquila y avance en certidumbre porque eso va a dar posibilidades a la creación de empleo, el desarrollo económico y la paz social. Creo que hay mimbres suficientes para mantener con normalidad el desarrollo de la legislatura. Pero claro, el PNV es propositivo y lo que plantea es generar actividad y proyectos. No sé si hay un afán de boicot. Va a depender de la oposición si se mantiene el grado de enfrentamiento o volvemos a una situación previa a la electoral y buscamos entre todos el acuerdo. Eso no lo va a rentabilizar el PNV, sino el conjunto de partidos que lo apoyen. El PNV está abierto a llegar a acuerdos con todos los partidos, incluida la izquierda abertzale, con la que hemos intentado una y otra vez acuerdos en materia de RGI, presupuestaria y otro tipo de medidas, pero ha sido imposible. Veremos si son posibles los grandes acuerdos de país de los que habla Otegi. Menos predicar y más dar trigo.

Por lo que dice, nos vamos como mínimo hasta los primeros meses de 2020...

-Si fuera por el PNV, cuando toque. Y toca en el año 2020. Lo saludable es que la legislatura continuara hasta cuando marcan los plazos.

En cuanto a los pactos poselectorales, ¿el PNV va a condicionar los acuerdos en la comunidad autónoma a la posición del socialismo en Nafarroa y a ser socios de Sánchez en Madrid?

-Yo en su momento lo que vine a decir es que el PNV no se iba a abstraer de la situación del conjunto del Estado y Navarra. No significa condicionar. Hay que tener una cierta lógica a la hora de establecer apoyos o compañeros de viaje. Para el PNV es muy importante lo que pueda ocurrir en Navarra y, en tal sentido, espera a ver cuál es la decisión de los navarros. También es muy importante lo que pueda pasar en el Estado con la investidura, que queremos que aborde una nueva fórmula de convivencia que nos dé satisfacción a vascos y catalanes por lo menos. En relación a la política estatal y navarra, está en manos del Partido Socialista y en manos de Sánchez contar con el PNV ante la posibilidad de un giro a la derecha, o una normalización de la situación política en la Comunidad Foral de Navarra y abrir de vías de cara a resolver el conflicto territorial. Como tal, yo vincularía Navarra y el Gobierno español en un ámbito general, y lo que es la gobernabilidad del día a día de las instituciones vascas lo encuadraría en nuestro ámbito de decisión.

Ha diferenciado dos ámbitos: por un lado, pactos en la CAV y, por otro lado, pactos en Nafarroa y el Estado, que los ha visto más relacionados. ¿En qué se traduce? ¿En que si el socialismo no apostara por el cambio y dejara gobernar a la derecha, complicaría que el PNV pudiera tener una colaboración con Sánchez?

-Evidentemente. Nosotros no apoyamos la moción de censura, que ha llevado a Sánchez a estar donde está, sin la necesidad de un cambio político en el Estado, y veríamos defraudada en cierta medida nuestra apuesta en aquel momento por una decisión coyuntural que provocara un gobierno o el establecimiento de unas políticas en la Comunidad Foral de Navarra que creíamos superadas. Confiamos en que el señor Sánchez y el PSOE atiendan la necesidad de abrirse a acuerdos entre diferentes, y esperamos que estén nuestra agenda vasca y el respeto a la singularidad navarra.

Si en Nafarroa gobernara Navarra Suma, ¿el PNV se opondría a la investidura de Sánchez?

-Tendríamos que analizar en su conjunto cuáles han sido las variables que han dado opción a esa hipótesis, pero de momento es una hipótesis que no barajamos. A veces se habla de nosotros como un agente externo en Navarra, cuando tenemos legitimidad para hacer política en Navarra, llevamos 124 años allí, y estamos en Geroa Bai. Esa situación va a condicionar evidentemente nuestra relación con Sánchez. ¿Nuestro apoyo a la investidura? Vamos a ver. Son hipótesis. Veamos cómo evoluciona y qué hace la candidata del PSN. No nos gustaría volver a una situación de bloqueo en Navarra, de vivir de espaldas a la realidad del país como se vivió en los años de UPN.

¿Se ha complicado mantener el cambio después de que Navarra Suma se haya visto reforzada con el escaño número 20?

-19 o 20 escaños viene a ser prácticamente la misma situación. Al cuatripartito no le dan los números. Creo que hay que buscar situaciones diferentes. En la etapa anterior veníamos de un descrédito de la clase política navarra que provocó el vuelco, y el valor del Gobierno de Uxue Barkos ha sido el cambio tranquilo, sin exacerbar medidas llevar adelante una normalización de la pluralidad. Ese valor creemos que hay que apoyarlo, pero les tocará a los navarros decidir y, como PNV y conformantes de Geroa Bai, estamos expectantes.

Entonces, ¿no habría por qué romper con el PSE en la CAV en función de esos pactos? De lo que decía Joseba Egibar se desprendía ese escenario...

-No hemos llegado a ese diagnóstico de romper o pactar con el PSE. Lo que ha hecho el EBB es solicitar a los consejos territoriales un análisis pormenorizado de los resultados con realismo. El análisis lo haremos el lunes y determinaremos con quién podemos llegar a alianzas. Hablaremos con todos, pero ya vemos que algunos se han desmarcado desde el minuto cero: Elkarrekin Podemos dice que no va a llegar a ningún tipo de acuerdo con el PNV en gobiernos municipales y territoriales. En EH Bildu también vemos que antes de empezar a hablar ya hay marcajes, pretenden liderar la oposición al PNV y acabamos de ver en Durango cómo hacían un llamamiento a Elkarrekin Podemos a desalojar al PNV. Son elementos puntuales, pero tendremos que constatar con ellos en unas conversaciones si hay voluntad de acordar. No digo con el PP, porque está casi desaparecido del ámbito institucional. Tenemos que hacer un análisis básicamente con el PSE y EH Bildu. Si me dice usted que tenemos un pacto con el PSE, le diré que lo valoramos muy positivamente, pero veremos si es posible revalidarlo.

El EBB abordará el lunes la estrategia de los pactos. ¿De ahí se supone que tiene que salir una estrategia conjunta para toda la comunidad autónoma?

-Sí. El PNV va a definir una estrategia conjunta para el conjunto de la comunidad autónoma. Siempre lo hemos hecho reconociendo el ámbito de los consejos territoriales y las organizaciones municipales, pero la política de alianzas es una competencia propia del Euzkadi Buru Ba-tzar, y en tal sentido vamos a plantear un acuerdo general que vincule a todo el partido.

¿Y qué va a pasar entonces con Irun?

-Vamos a ver primero con quiénes estamos dispuestos a conformar unas alianzas y, a partir de ahí, veremos. Pero Irun, al igual que Basauri, Getxo o Zaramaga, son organizaciones municipales del PNV que se deben a una disciplina y las decisiones son compartidas.

El PSE vería una agresión si el PNV optara a Irun, y el miércoles Mendia insinuaba que, si el PNV le disputa esa plaza, a lo mejor los socialistas podrían presentarse en Gasteiz...

-Ha habido representantes de su partido en campaña que han tenido declaraciones sumamente preocupantes en relación a la convivencia de la coalición entre ambos partidos...

Pero si hubiera un pacto con el PSE, ¿no sería lo más coherente que, si es global esa alianza, incluyera un pacto de no agresión?

-Evidentemente, cuando hay un acuerdo, lo básico es pactar la convivencia. Y ahí tiene que haber un respeto mutuo. No olvidemos que en Irun el actual alcalde, que parece que se va a presentar a la reelección, tuvo un comportamiento fuera de lugar en relación al representante del PNV y esos comportamientos no benefician para nada una confluencia y apoyos mutuos. Reconocemos a nuestro representante en Irun todo lo que ha pasado y su esfuerzo por sacar adelante nuestra alternativa pero, cuando llegue el momento de determinar las alianzas, el planteamiento será común para Irun, Errenteria, Trapagaran o el Valle de Aiara.

¿Eso incluye repetir el modelo de 2015, donde había ayuntamientos en los que PNV y PSE eran segundos y se apoyaban para desbancar a otros?

-No voy a adelantar acontecimientos porque no hemos iniciado conversaciones con nadie.

¿Se apostaría por gobiernos de coalición, o no son necesarios en Bizkaia y Bilbao, donde se han quedado a un escaño de la mayoría absoluta?

-Habrá que verlo municipio a municipio, como hicimos en el pacto en vigor hasta el día de hoy. Cada cual optará por la situación que le permita mayor sosiego.

¿Han hecho autocrítica sobre Galdakao y lo que ha pasado con el metro? ¿Esto se puede reconducir, llegar a un acuerdo y acelerar las obras?

-Las obras de una infraestructura como el metro no se pueden acelerar de la noche a la mañana por mor de un resultado electoral. Técnicamente hay condicionantes y también de carácter económico. El diputado general recordó que su compromiso era que para 2021 pudieran iniciarse las obras. 2021 está a la vuelta de la esquina.

En Gasteiz, si repitieran pacto PNV y PSE, aún les haría falta un tercero. ¿Sería EH Bildu? Larrion se está ofreciendo, pero no han tenido una legislatura plácida.

-Escucharemos a Gorka Urtaran y el ABB.