bilbao - El Gobierno vasco fue ayer más allá de su tradicional insistencia en que se cumpla el Estatuto de Gernika y se transfieran sus competencias porque son ley. Su portavoz, Josu Erkoreka, recordó a Pedro Sánchez que el debate del nuevo estatus tomará forma tarde o temprano en el Parlamento Vasco y dará el salto a las instituciones españolas, y lo que se espera de quien será reelegido previsiblemente como presidente español es que muestre una actitud “equilibrada y razonable” ante las aspiraciones de un mayor autogobierno por parte de la sociedad vasca.

Erkoreka lanzó ese mensaje en el homenaje a la Marina de Guerra Auxiliar de Euzkadi celebrado en Bermeo. Su reflexión la planteó al hilo de las preguntas sobre la ronda de contactos que abre a partir de hoy el presidente en funciones para garantizarse los apoyos necesarios en una nueva investidura. Sánchez no quiere revelar sus preferencias antes de las elecciones municipales, europeas y autonómicas del día 26 porque decantarse por un socio u otro podría pasarle factura en los comicios. Los socialistas han lanzado como globo sonda su deseo de gobernar en minoría y que PP y Ciudadanos dejen correr su investidura, para sortear así el acuerdo formal con otros grupos y, muy en particular, con Vox y ERC. Erkoreka, desde su posición institucional como representante del Gobierno vasco, no entró en las especulaciones, pero de alguna manera vino a reforzar la idea de que Sánchez no podrá dar la espalda a Euskadi porque Urkullu seguirá defendiendo las reivindicaciones vascas. El Gobierno vasco, en cualquier caso, se expresa en positivo porque cree que la reelección de Sánchez puede reforzar la vía de interlocución que ya tenían sobre las transferencias, y aspira a ahondar en la relación bilateral.

La apuesta por el reconocimiento nacional de la realidad vasca y una relación bilateral, en pie de igualdad con el Estado, aparecía en el programa electoral del PNV para las elecciones generales, pero durante el acto de presentación del documento no ocultó que podría darse el caso de que la correlación de fuerzas en el Congreso fuera proclive a la recentralización y abocara a una posición de resistencia y defensa. Las elecciones han arrojado finalmente un Congreso con mayoría absoluta de la izquierda y de los nacionalistas vascos y catalanes. El contexto político, por tanto, en principio es algo más propicio de lo esperado, aunque está por ver la influencia de Ciudadanos. El estatus se encuentra en manos de un grupo de juristas en Euskadi que tienen que redactar un articulado, y el debate volverá al Parlamento Vasco, donde el acuerdo con el PSE no ha sido posible hasta ahora porque pide una reforma constitucional previa.

Erkoreka pidió un gobierno estable para que su interlocución no quede a merced de los vaivenes políticos, pero no quiso hacer lecturas sobre la ronda de Sánchez, que arranca hoy con el líder del PP, Pablo Casado, y continúa mañana con Albert Rivera (C’s) y Pablo Iglesias (Unidas Podemos). “Forma parte de la normalidad de un gobierno que no goza de mayoría absoluta y tiene que lograr estabilidad con la base del diálogo. Esperamos que haga una apuesta por la estabilidad para tener un interlocutor estable y no uno que cambia cada cierto tiempo”, argumentó. A partir de ahí, expuso lo que espera. “Esperamos que cumpla los compromisos del calendario, el cumplimiento íntegro del Estatuto, y que tenga una atención equilibrada y razonable de las aspiraciones que la sociedad vasca pueda ir planteando en el ámbito de la ampliación de su autogobierno. Este es un debate que está planteado en Euskadi y antes o después se planteará como reivindicación ante las instituciones centrales del Estado”, explicó.

LA INCÓGNITA DE ERC El Congreso y el Senado no se constituirán hasta el próximo día 21, y ya entonces podrán atisbarse algunas señales sobre los posibles pactos, porque los grupos tienen que repartirse los puestos de las mesas. Por ahora, Sánchez quiere evitar a toda costa a los independentistas catalanes de ERC y escenificar que no cuenta con ellos. En ese contexto, la ministra en funciones Dolores Delgado quiso proyectar ayer su distancia ante las reivindicaciones catalanas con un plante en un homenaje a las víctimas del nazismo porque el Govern aludió a los presos soberanistas. El choque terminó empañando el acto. No obstante, no se descarta que la relación se reconduzca tras las elecciones municipales, donde Barcelona puede ser el laboratorio de una alianza entre ERC y el PSC. Los republicanos, sumados a Unidos Podemos, darían mayoría absoluta a Sánchez. El socialista también podría lograrla solo con C’s, pero por ahora dice que la intención es gobernar con apoyos variables. La opción que daría margen al PNV es la suma de 175 escaños de la izquierda con los canarios, cántabros y jeltzales, a un escaño de la mayoría absoluta. El PP acudirá a la cita con Sánchez con la apuesta por ejercer una “oposición firme y constante”, según Europa Press.

Con un artículo en su blog, el senador jeltzale, Jokin Bildarratz, avisó a Sánchez de que el PSOE ganó las elecciones pero no lo tendrá fácil para gobernar y tendrá que pensárselo bien al elegir. “Lo que es evidente es que toda aquella política que vaya en contra de la realidad vasca o catalana está destinada al fracaso”, dijo, para pedir diálogo. Le recomendó que tenga una “mayoría estable” y no dé por sentado que no estar contra él implica un voto a favor.