La CIA advirtió de la posible presencia de civiles, entre ellos menores, segundos antes de un bombardeo de Estados Unidos en Kabul el pasado 29 de agosto, donde las Fuerzas Armadas de EE.UU. mataron por error a diez personas.

Según informó la cadena de televisión CNN, responsables de Inteligencia siguieron durante ocho horas el 29 de agosto los movimientos del conductor del coche atacado, Zamari Ahmadi, un trabajador de una ONG estadounidense, por haber tenido una corta interacción con varias personas, en lo que EE.UU. creía que era un piso franco del grupo Estado Islámico (EI).

Las sospechas contra Ahmadi hicieron que los comandantes militares malinterpretaran sus movimientos: vieron cómo cargaba botellas de agua a la parte de atrás de su vehículo pensando que eran explosivos. Además, creyeron que un segundo estallido que hubo después de que un dron de EE.UU. atacara su coche fue provocada por lo que pensaban que eran explosivos en la parte trasera del vehículo, cuando en realidad lo más seguro es que fuera un tanque de propano que había detrás del automóvil aparcado, dijo la CNN.

demasiado tarde

El aviso de la CIA llegó demasiado tarde, segundos antes de que un misil disparado desde un dron estadounidense golpeara el coche de Ahmadi, cobrándose la vida de diez civiles, siete de ellos menores de edad. Consultada por la CNN, la CIA ha rechazado pronunciarse sobre esta información, al igual que el Comando Central de las Fuerzas Armadas de EE.UU.

En las semanas siguientes al bombardeo, el Pentágono insistió en que había sido un ataque “justificado” contra un objetivo terrorista confirmado, sin descartar que pudiera haber algún civil muerto.

Sin embargo, el pasado viernes, el jefe del Comando Central, general Frank McKenzie, reconoció el “trágico error”. “Como comandante de combate, soy plenamente responsable de este bombardeo y de su trágico resultado”, dijo McKenzie en una rueda de prensa telemática en el Pentágono.

El bombardeo de EE.UU. se produjo tres días después de que 13 soldados estadounidenses murieran y 18 resultaran heridos en un atentado de EI contra el aeropuerto de Kabul, donde hubo decenas de víctimas afganas.

EE.UU. culminó el pasado 30 de agosto las evacuaciones de sus nacionales y de sus colaboradores afganos del país centroasiático y la retirada de sus tropas tras veinte años de guerra en Afganistán. Precisamente ayer, Catar fletó el cuarto avión de pasajeros de Kabul a Doha desde el pasado 31 de agosto, con 236 pasajeros de varias nacionalidades a bordo, lo que supone el mayor vuelo hasta la fecha.

Por otra parte, al menos cuatro personas murieron, entre ellas dos talibanes, y varias más resultaron heridas en un atentado con bomba cometido ayer contra un vehículo del grupo radical en la ciudad de Jalalabad (este de Afganistán), el segundo en 24 horas en la región tras semanas de relativa calma desde la retirada estadounidense.

Aunque se desconoce la autoría de estos ataques, EI se ha convertido ahora en la principal amenaza contra los talibanes, al ser capaces de perpetrar atentados como el del pasado 26 de agosto en el aeropuerto de Kabul, que dejó al menos 170 muertos.